CAPÍTULO. 13

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Pov. Derek.

Una vez pude moverme y escapado de las negativas por parte de mi madre, me encontraba corriendo como loco hasta aquella casa. Hasta donde mi pequeño me esperaba. Peter dijo muchas cosas que aún no puedo creer y prefiero que sean falsas ya que si yo estaba despierto, el podría...

—¡Mierda! -rugo, estaba desesperado. Miles de cosas pasan por mi mente. —No puedes hacerme esto, Stiles. -contengo mis ganas de lloriquear, el saber que podría perderlo para siempre me rompe en mil pedazos mi corazón. No quiero pasar por esto.

Al perderme en mis pensamientos no me doy cuenta hasta que me encuentro recargando mis manos sobre el frío suelo para no caer completamente. Miro a mi alrededor y no consigo entender lo que pasó. Pensé que había chocado con algo, pero no había nada que me llevará a tal accidente. Cuando estoy a punto de ponerme en pie escucho como unos fuertes pasos se aproximan. No llego a levantarme ya que un poderoso olor me marea por completo. Ese aroma es...

—Uh, pobre perrito no puede levantarse. -escucho a alguien. —Quieto Derek, esto pasará pronto. -no me agrada para nada lo que estaba ocurriendo.

—¿Quien eres?  -susurro, y al parece esa persona me oye.

—Veo que los años afectaron tus canales auditivos. -Hace una pausa. —¿No recuerdas mi voz? Eso duele Der. Y así dices que le amas. No creo ser tan diferente de él. -chasque con mi lengua, y si poder creer lo que veía me quedo en silencio. —¿Qué el zorro te comió la lengua? Y eso que ni te e tocado. -ríe con superioridad. Yo solo no creo lo que veo.

—Stiles... -murmuro. El se da cuenta y sonríe.

—Error perrito. Ya has olvidado mi verdadero nombre. Todos son muy egoístas. -antes de poder responder siento como un fuerte adormecimiento me invade. Y vuelvo la vista a aquella aparición frente a mi. No es Stiles, no. Sus ojos, esos no son sus ojos. Ni su olor... No... —Duerme... Hablaremos luego cariño. -Y por fin caigo inconsciente.

Pov. NARRADORA.

Mientras los minutos y horas pasaban, en todo el territorio Stilinski todos corrían de un lado al otro, buscando y organizando los grupos que saldrían en busca de Stiles y aquel sujeto que después de mucho tiempo había vuelto aparecer en sus vidas. Y para completarlo era el peor de los presagios.

John corre desesperado por todo los alrededores. No puede entender como aquel malnacido había roto el sello que tanto les había costado crear. Ahora estaban vulnerables ante cualquier ataque. Aunque lo peor era no saber dónde aquel ser se había llevado al ojimiel y con su estado delicado era un calvario para cualquiera. Pero, mucho más para sus progenitores.

—Maldición. -dice afligido el Stilinski mayor.

En su recorrido pudo encontrar la causa de que la barrera se rompiera. Pero aquello no fue solo hecho por aquel sujeto, para eliminar el sello debías de ser un Druida o en este caso un Alfa, y la segunda opción era la correcta. Pero... La pregunta ahora era ¿Quién? Aquello era un desastre.

John toma su cabeza con desespero. No tenía idea de qué hacer. Los rastros eran escasos y los nervios, como aquel interno miedo lo estaban desequilibrando. Miles de pensamientos injustos para su hijo se presentaban a darle unos fugases y dolosos puñetazos en el corazón. Se sentía culpable, inútil, un reverendo idiota por volver a repetir aquella historia. Pero, ahora era peor. El estaba allí. Su peor pesadilla había regresado y no podía concluir como llevar a cabo todo sin que nadie salga herido o muerto.

—¿John? -ante esto el mayor gira con rapidez. Encontrándose con aquella penetrante mirada. Qué un tiempo atrás lo hizo estremecerse de cabeza a pies. Perdiéndose por completo de este mundo.

¡Enemigos! [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora