Capítulo 32

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Suga y yo llevamos una semana saliendo oficialmente.
Aunque yo ya no cuento las semanas que pasan, si no las que me faltan para que el programa termine y deba irme de este lugar.
El día que deba dejar a los chicos.
El sólo pensarlo comienza a entristecerme.
Desde el principio había acordado con mis padres que el dinero que ganara haciendo el programa se invertiría en mi universidad.
Ya he hecho un examen en una preparatoria donde aceptan intercambios y es más fácil para mí tomar las clases. Están informadas que llegaré en un par de semanas y me integraré a las clases.
Es el último año y ya tengo una carrera y una universidad seleccionada.
-______- llaman desde afuera tocando la puerta.
-Pasa- digo lo suficientemente fuerte para que me escuche.
Y ahí está.
Entra la persona que me hace olvidar todo este alboroto que es mi vida.
-¿Qué pasa oppa?- pregunto al verlo entrar.
-Así me gusta. Sólo dime oppa- Suga entra en la habitación y se recuesta junto a mí.
-Llevo tiempo aquí y aún no entiendo que es el "oppa"- le digo y busco su mano para tomarla.
-Es una forma un poco informal para hablarle a un hombre mayor que tú. Normalmente las chicas le dicen oppa a sus novios- lo miro y sonríe.
-Pero yo le digo oppa a todos ustedes.
-No lo tomes de ese modo....bueno, sólo conmigo.
-Siempre he odiado el oppa- comento- pero como ustedes querían que les dijera así...lo hice.
-Que obediente eres- toma por fin mi mano.
Nada ha cambiado mucho, Suga sigue llegando temprano y pasa tiempo conmigo, pero hemos suspendido las clases de coreano.
-Estoy preocupada, ¿me darías un beso?- preguntó apretando su mano.
-Negativo.
Lo miro mal.
-¿Por qué?.
-No besaré a mi novia mientras estamos recostados en una cama. Eso es alerta roja- ríe.
-¿Tan poco autocontrol tienes? Que débil- me burlo.
-No, de hecho tengo demasiado autocontrol. Pero tú eres muy hermosa.
-No puedo creer que eso haya salido de tu boca- me río y recargo mi cabeza en su pecho.
-Cállate- se ríe y siento su pecho bajar y subir- ¿Por qué estás preocupada?.
-¿Por qué será? Tengo al mejor novio, unos grandes amigos y un perro muy lindo...lástima que sólo me quedan un par de semanas a su lado- se me hace un nudo en la garganta al decirlo.
-Sabes que no me gusta hablar de eso- se pone serio de repente.
-Lo sé, pero es un tema que tarde o temprano tendremos que tocar.
-Bien- se sienta y yo hago lo mismo. Quedamos frente a frente.
-Ahora...nos quedan dos semanas juntos- comienzo a decir pero me interrumpe.
-No. Nos queda vario tiempo, no le pongas fin a esto.
-Bueno...en dos semanas comenzaré a asistir a la preparatoria en mi último semestre. De ahí iré a una universidad aquí en Corea.
-Ya, ¿cuál es el problema? Estaremos en el mismo país.
-El problema- me preparo antes de decirlo- Dejaremos de vivir juntos, y los dos estaremos ocupados.
-¿Piensas vivir sola?- me pregunta.
Esto irá mal.
-No...- bajo la mirada- Para economizar...estaré compartiendo departamento con un amigo.
-¿Un amigo? ¿Un chico?- levanto un poco la mirada y veo que está apretando su mandíbula.
-Si...nos conocemos desde hace años...él quiere estudiar su carrera aquí y...
-Vivirás con un chico- me interrumpe.
-Ya he vivido con siete...serán seis menos- sonrío nerviosa.
-No lo permito.
-¿Eh? Pero oppa, es mi futuro.
-No vivirás con un chico...ten tu propio apartamento y yo pagaré la mitad.
-¿Qué? ¡No! No permitiré que pagues la mitad de un lugar en el que no vives.
-Puedo mudarme, puedo vivir ahí.
-Oppa, basta- lo detengo- Estás en un grupo con 6 chicos más y tienes que vivir con ellos. No los dejarás.
-Yo puedo...puedo mudarme.
-No.
-Yo no doy permiso de que vivas con un chico.
-Es casi un hermano- reprocho Además esto no es sólo de mí...¿olvidas que se acerca la gira mundial?.
-¿Y qué?.
-Estarás fuera durante mucho tiempo.
-Pues ven conmigo.
-Debo estudiar.
Suelta un suspiro frustrado y yo hago lo mismo.
-Puedes...puedes ser como JungKook, él todavía no termina la preparatoria.
-Él es un idol...yo no- sonrío dulcemente.
-Entra a un grupo. Audiciona.
-No me dejarán entrar, no soy asiática- niego con la cabeza riendo en voz baja.
-Carajo.
-Encontraremos una solución, así podré seguir a tu lado y no dejar a los chicos- lo abrazo.
-Juro que habrá una opción, la buscaré para ti...sólo espera.
-Oppa- digo y levanto mi mirada hasta su rostro- Bésame.
-Al diablo la alerta roja. Estamos sentados- sonríe y rápidamente planta un beso en mis labios.
Los besos de Suga siempre son dulces y lentos. Transmiten un mensaje, cada vez que me besa es cómo si me dijera:
"Te amo"
Pero sin palabras.
A diferencia de lo que he leído en los libros, sus besos no me hacen sentir protegida. Cuando él me besa me siento como una cosa extremadamente frágil y que necesita ser protegida. Suga me hace querer sentirme querida.
También he tomado el hábito de acariciar su mejilla y de vez en cuando su cabello. Me gusta jugar con él.
Llega un momento en el que caemos y quedo sobre él.
Se separa un poco de mí y jadea al igual que yo.
-Alerta roja. Hay que dejarlo hasta aquí- dice con la respiración entrecortada.
-Que niña eres- sonrío.
-En serio _____. Levántate.
-No- me tumbo sobre él- Así te quedarás hasta que mueras- susurro en su oído.
-Estás pesada- responde.
-¿Me estás diciendo gorda?- pregunto ofendida falsamente.
-Si.
-Por lo menos yo tengo carne en las piernas- contraataco.
-Oh no. No lo dijiste- intenta levantarse pero le es inútil.
-Yo no soy como las coreanas. No podrás levantarme.
-Oh, yo no te voy a levantar. Te levantarás tú sola- sonríe coqueto.
-Oblígame- le saco la lengua y río.
-¿Sabes que esto no es un castigo para mí?- mueve un poco su mano y la apoya en mi espalda.
-Para mí si. Mira que estar encima de un viejo verde.
-¿Qué te dije sobre decirme viejo verde?- arquea las cejas y otra vez junta nuestro labios.
La mano que está en mi espalda comienza a moverse de arriba hacia abajo y hago un intento por contener las cosquillas.
Ahogo una risa en el beso.
Su mano comienza a bajas hasta...oh no.
-Oppa- digo pero sigue besándome.
Está a punto de tocar mi trasero, ¿este quién se cree? Yo soy una chica con valores.
Me levanto y termino el beso.
-¡Sucio!- salgo de mi habitación y escucho una carcajada de su parte.
-Vuelve, mi mano aún no llegaba- dice desde mi cuarto.
-Eres un pervertido- ruedo los ojos y escucho pasos detrás mío- ¡Atrás cochino!- lo miro asustada.
-Era para que te movieras, sabes que yo no soy así- levanta sus manos en señal de paz.
-¡Querías tocarme el trasero!- grito alejándome más.
-¿¡Qué él que!?- gritan seis voces a coro desde la entrada.
-Chicos- sonrío nerviosa- Llegaron.
-¿Suga casi te viola?- se acerca TaeHyung y me abraza.
Ahora sí morirás infeliz.
-Si- le correspondo el abrazo a TaeHyung y finjo llorar.
-¡Al ataque!- gritan los cinco y corren detrás de Suga.
No puedo evitar reírme ante la escena.
-¡Si le pegan que sea en el trasero!- grito y río junto a TaeHyung.
Por cosas como estas es que amo a estas personas.
Quisiera no dejarlas nunca, pero hasta ahora esa es la única opción.

¡Gracias por cuidarme![BTS y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora