Capítulo 10

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Despierto de golpe en mi cama y pongo una mano sobre mi cabeza intentando recordar qué pasó ayer.
Sólo me viene a la mente que estaba tan agotada por la fiesta de Jin oppa que me fui a dormir primero.
El cambio de horario al fin me golpeó. Aunque de alguna manera, ya me siento mejor.
Me levanto algo somnolienta y camino por el pasillo tanteando las paredes para no caer. Hasta que impacto con alguien...¿o algo?.
Estoy a punto de caer pero me recupero y tallo mis ojos.
Suga se encuentra frente a mí sin expresión.
-Buenos días- saludo con una voz horrible.
-¿Días? Son las 7:30 de la noche.
Mis ojos se abren de golpe y me sobresalto un poco.
-¿Eh? ¿Q-qué día es?- preguntó ya recuperada. Tal parece que con un buen susto alguien puede volver a sus cinco sentidos.
-6 de diciembre.
-¡Oh diablos!- pongo mis manos sobre mi cabello.
¿¡En serio dormí casi dos días!? Tal vez en mi anterior vida fui un oso. Un oso muy flojo.
-Lo siento mucho- hago una reverencia pero Suga se mantiene al margen.
-¿Por qué te disculpas?.
-Yo...la verdad no lo sé...¿por holgazana?.
Lo miro y puedo notar que se ríe.
Dios, la sonrisa de Suga es hermosa.
-¡Oh, que linda sonrisa!.
Espera, ¿lo dije o lo pensé?.
Lo miro y su cara se vuelve una mueca.
Lo dije.
-¡Perdón, no quise decirlo en voz alta!.
-Vale, no te preocupes.
Después de eso el entra a la puerta de al lado, y deduzco que es su habitación.
Yo, sintiéndome como idiota camino a la cocina para preparar algo de comida. Abro el refrigerador y...¡no hay tortillas!.
Un refrigerador sin tortillas no es un refrigerador.
Espera, en Corea no hay tortillas ¿o si? Pero claro que no.
Disipo las estupideces de mi cabeza y busco algún ingrediente conocido. Específicamente, sólo hay leche.
Me resigno a buscar una tienda por los alrededores y comprar galletas. Es lo que se me hace más lógico.
Salgo del departamento y no sé a dónde dirigirme. Al azar escojo una dirección, giró hacia la izquierda y comienzo a caminar.
Camino durante diez minutos hasta dar con una bendita tienda de despensa.
Entro rápidamente y cojo unas galletas, las pago y decido volver a casa tan rápido como salí.
Ya había anochecido.
Vuelvo al departamento y en cuanto abro la puerta puedo ver a Suga hablando por teléfono, cuando me ve cuelga y se dirige a mí.
-¡¿Estás loca?!.
-¿Eh?.
-¿Dónde estabas?- me pregunta dando un largo suspiro.
-Yo...quería cenar algo y...no había nada...fui...a...fui a una tienda y...compré algo para cenar.
-No entiendo mucho de lo que dijiste, pero, yo estaba a cargo de ti y de un momento a otro desapareciste.
-Perdón, no pensé en eso- hago una reverencia en señal de arrepentimiento.
-Bien, ¿qué tuviste que comprar? Espero haya valido la pena que me preocupara.
-G-galletas.
-¿Galletas?.
-Si.
-No estás perdonada-me dice cruzándose de brazos.
-¿¡Huh!?.
Se va dejándome con la palabra en la boca.
-Podemos compartirlas, si quiere- digo y se detiene.
-¿Qué? ¿Tus galletas?.
-Si.
-Bien, tráeme un vaso de leche a mi cuarto y las compartiremos.
Asiento con una sonrisa y él sigue su camino.
Vuelvo a la cocina para servir dos vasos de leche, los meto en el microondas y en una bandeja pongo las galletas y la leche.
Me dirijo al cuarto de Suga con la bandeja en las manos pero me detengo antes de entrar.
Escucho el sonido de un piano.
-¿S-suga oppa?.
El piano se detiene y Suga abre la puerta, yo entro sin decir más.
Es la primera vez que entro al cuarto de uno de los chicos.
La habitación de Suga es enorme. Hay una cama matrimonial y un piano...¿¡Un piano!?.
-Wow, que lindo piano- digo dejando la bandeja con galletas y leche en una mesita.
-¿Sabes tocar?- me pregunta.
-No mucho.
Él se sienta a un lado de la mesa y comienza a comer.
-¡Ey! Yo también quiero. No se las acabe.
Me mira confundido y sigue comiendo, yo me apresuro y me siento a comer junto a él.
-¿Sabes? A veces no entiendo lo que dices- me dice y le da una mordida a su galleta.
-¿Yo? ¿Por qué?.
-No soy muy bueno en el inglés.
Lo miro asombrada.
-¿Ah no?.
-No. Así que de ahora en adelante, háblame en coreano por favor.
¿Es en serio lo que me pide?.
-Pero...yo no sé hablar coreano.
Arquea una ceja incrédulo.
-Entonces te enseñaré.
-¿Perdón?.
-Todas las noches vendrás a mi habitación y te daré lecciones de coreano.
-P-pero usted no sabe hablar inglés.
-Nos las arreglaremos.
Seguimos comiendo hasta terminar todo lo que había en la bandeja.
-Ah, pero las lecciones no son gratis. Tendrás que traerme cena a cambio de una lección.
-¿Quiere verme cocinar?.
-Se ve que tienes buen sazón.
-¡Vale, acepto!.
-Bien.
Después Suga siguió tocando el piano algunas horas más. Yo me limitaba a escucharlo y aplaudir de vez en cuando.
Todo iba bien hasta que los demás miembros llegaron.
-Yo, ya me voy- le informo a Suga y salgo de su habitación.
Al salir me encuentro con los demás.
-Hola, buenas noches.
-Buenas noches- responden y todos se van a sus habitaciones menos JungKook, TaeTae y Jimin.
-¿Qué hacías en cuarto de Suga?- pregunta Jimin cruzado de brazos.
-Comíamos galletas.
-Vaya, ¿nada más?- ahora ataca TaeTae.
-Si...
No entiendo su interés.
-Ya déjenla en paz- interviene JungKook y me rodea con su brazo.
-¡Ey! ¡JungKook! Suéltala- TaeTae se ve enojado.
-Me voy a dormir. Hasta mañana- digo y me suelto del agarre de JungKook para dirigirme a mi habitación.
-¡________! Salgamos mañana a conocer la ciudad, ¿vale?-volteo y veo a Jimin esperando una respuesta.
-Vale- sonrió y sigo mi camino hasta mi habitación pero una puerta se abre de golpe.
-¡Váyanse a dormir! Mañana tenemos que levantarnos temprano- Rap Monster entra en la conversación y los tres que quedaban en el pasillo desaparecen despavoridos.
Me río.
-Gracias- le digo y me dedica una sonrisa, logro notar que se le hacen hoyuelos.
Entro a mi habitación y vuelvo a dormir, no sin antes pensar que V, Jimin y JungKook se portaron muy extraño hace unos momentos.
No debo preocuparme por eso, de seguro estaban cansados.

¡Gracias por cuidarme![BTS y tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora