Aquella noche

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Aquella noche Tomás se deslizo hasta la habitación de Rubi, que estaba vacia como habían acordado con Tiago. Se acercó a la cama del rubio, y tapandole la boca, comenzó a besar su cuello. Este reacciono sobresaltado, hasta sentir la reconocida voz de su novio.

-No quiero esperar más.

Rubi se giró para fundirse en sus labios. Tomás se subió encima de él devorandolo. Quizá no lo amaba, pero Rubi llevaba mucho tiempo provocandole erecciones que había tenido que calmar a solas. Así que no tardó en reaccionar cuando Rubi bajo su mano y comenzó a tocarlo. Tomás hizo lo mismo, comenzando a bajar los pantalones de Rubi.

-Estoy... muy impaciente...-dijo Tomás al oido de su amante.

-Yo... yo... quiero...sentirte...-comenzó a decir el rubio.- Por favor Tomi... quiero sentirte dentro de mi...

Ante ese estimulo el autocontrol de Tomás desapareció. Sacó el condón y el lubricante que llevaba en su bolsillo y se preparó. Rubi sintió pronto el frio humedo del lubricante que preparaba su entrada, seguido de un impaciente dedo de Tomás.

-Nnmhnn- gimió despacio el rubio.

-¿Te duele?- le preguntó a Rubi

-N-no... por favor... sigue...

Tomás paso a introducir otro dedo más...  y luego otro. Haciendo que Rubi gimiera cada vez más. Su erección dolía. Dolía mucho. Quería entrar. Estaba desesperado y ya no podía esperar más.

-Voy a entrar. Lo- lo siento.

Rubi negó con la cabeza.

-Por favor. Hazlo. Entra en mi. Dejame sentirte dentro.

Dijo esto entre gemidos, mientras Tomás desbordaba su autocontrol y acercaba su miembro a la entrada de Rubi. Nunca lo había hecho, y no sabía bien como empezar, pero su entrepierna lo sabia a la perfección. Tocarlo no fue suficiente y comenzó a entrar.

-Te-te duele?- preguntó asustado.

-No... es... ah... muy placentero...-le contesto el otro chico disfrutando.

Ante su gesto, Tomás terminó de meterlo. Una vez allí comenzó a moverse lentamente. Rubi era apretado, por lo que era dificil contenerse a moverse rápido. Pero no quería lastimarlo...

-Por favor... hmmm mas rápido.

Interrumpió Rubi. El poco autocontrol que quedaba en Tomás desapareció, y comenzó a entrar y salir en grandes y rápidas embestidas. El interior de Rubi era estrecho y necesitaba entrar más en él, por lo que lo tomó poniendolo en cuatro y lo embistió con fuerza. Tomás sentía su miembro hinchado, rozando las paredes de Rubi, y no tardó mucho en sentir que se venía.

-Me... me vengo yo...- dijo querindo salir.

Pero Rubi lo tomó, aprentandolo contra él, mientras se corría, apretando a Tomás entre gemidos. Este no pudo contenerse, rebozando el interior de Rubi, que sintió el liquido caliente bajar por sus piernas. Tomás cayó junto a Rubi que lo abrazó amoroso.

-Te amo.- dijo Rubi.

Y tomás lo miró, sin ser capaz de responder, por que sus ojos se habían llenado de lágrimas.

Amigos de la infancia (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora