Capítulo 35

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Han pasado tres días, de los cuales, _____ y Mario han intentado no verse a la cara. Todo el tiempo se evitan desde aquel apasionado momento que tuvieron. Lo que pasó ahí, quedó como un error que, según ellos, no volvería a pasar jamás.

Es jueves. Sonó el despertador de _____ muy temprano. Con mucha pereza, se levantó para darse una ducha rápida. Al salir, se puso algo apropiado para ir a ver al médico. En estos últimos días se había sentido mal, por lo que tuvo que pedir una hora de su trabajo para ir al doctor y que la revisaran.

[...]

—_____ Méndez —llamó el médico desde la puerta de su sala.

Ella se levantó del asiento y fua hacia donde estaba el médico.

—Pase, por favor señorita Méndez y tome asiento —la chica realizó las indicaciones. El médico era un hombre ya mayor, de edad avanzada. Se veía un poco cansado pero aún tenía cordura y razonamiento y con un temperamento bastante agradable. —¿Qué la trajo por aquí? —preguntó, anotando unas cosas en su libreta —¿Qué tienes?

—No me he sentido bien en estos días —respondió claramente —He tenido mucho dolor de cabeza y a veces mareos. —Explicó —Me extraña todo esto porque nunca me he enfermado tan grave.

—Bueno, según tu expediente, hace algún tiempo te hiciste unos exámenes —_____ asintió —Bien, aquí nos muestra que estás sufriendo de un grave problema de estrés. Eso de debe al exceso de trabajo; también puede ser que te preocupas demasiado de las cosas. —Dio una leve pausa y continuó —Es normal los dolores de cabeza y los mareos. El estrés produce estos síntomas. —Sonrió —Te recetaré unas pastillas para el dolor de cabeza —escribió unas cuantas letras sobre una hoja —Pero también, quiero que reposes y descanses. No hagas ningún esfuerzo ni pases malos ratos ni nada por el estilo. —Arrancó la hoja de la pequeña libreta y se la entregó. Ella la guardó rápidamente en su bolsa. —El nivel que presentas de estrés es algo grave. Tienes que tener mucho cuidado, así que cuidate mucho porque si no es bien cuidado, te puede traer graves problemas en el cerebro, ¿entendido? —Aclaró.

—Si doctor, muchas gracias. Tendré mucho cuidado, lo prometo. —Dijo mostrando una media sonrisa. Se levantó del asiento para salir.

Lo que faltaba. Tener estrés. ¿Como quiere que descanse si no lo puede hacer? Tiene que cuidar una mansión durante 3 meses o más, soportando todo lo que ocurre en esa casa. ¿Realmente podría descansar como el médico le dijo? Sólo hay una respuesta para eso, y es NO. Simplemente no podía. Ahora que Patty estaba enferma y no podía estar con ella, _____ iba a tener más trabajo.

Fue a una farmacia para comprar los medicamentos que le recetó el doctor. Al salir, tomó un taxi que la llevaría a la casa de los Bautista.

Cuando llegó, bajó del vehículo y entró en la gran casa. Al cruzar por el jardín, se dio cuenta que había un vehículo que no reconocía. Se apresuró más para llegar a la casa. En el camino, se encontró con el jardinero, quien podaba un árbol.

—Hola, buen día —saludó ella.

—Hola señorita _____, ¿como le va? —preguntó amable, quitándose el sudor de la frente.

—Muy bien, gracias... ¿De quien es ese auto?

—Es del nuevo chófer que la señora Gloria contrató —exclamó el jardinero. —Se llama Sebastián. Él se encargará de llevar a los muchachos y a la señora Gloria a donde ellos quieran ir.

—Oh, muy bien. Gracias. —Sonrió —Bueno, te dejo, tengo bastantes cosas que hacer. Nos vemos luego.

—Hasta luego señorita.

Solo Soy Una Empleada ||→m.b [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora