Capítulo 49

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Hubo un silencio incómodo. Ninguno articuló palabra alguna. ____ aún derramaba lágrimas ante la dura explicación que le dió a Mario para que entenfiera el presente, la realidad.

—Tú no deberías estar aquí —hizo un movimiento con sus brazos —Ayudándome... No merezco nada de ti... Jamás te he tratado correctamente —escupió molestó de sí mismo y de sus actitudes que había tomado con ____ desde que llegó a trabajar a la casa.

—Mario, yo no soy una persona que guarde rencor. Lo pasado es pasado. Además, lo que más quiero es ayudarte... Sólo déjame hacerlo, por favor.

—No ____, déjame —exclamó.

—No, no te dejaré en este estado. Sólo... ¡Mírate! No puedo dejarte así —sus ojos se cristalizaron de nuevo.

—¿Por qué, ____? —hizo una leve pausa —¿Por qué eres así conmigo cuando yo he sido una mierda contigo? —su voz parecía más relajada, al igual que sus expresiones. Poco a poco la molestia iba bajando el él.

—No... No lo sé —levantó la ceja. Y si, nunca había pensado en una respuesta ante esa pregunta. La verdad no sabía porque lo ayudaba. Tal vez sólo es por educación, tal como su madre le había enseñado desde pequeña, o simplemente por el cariño que le tenía. —Creo que siento esa necesidad de tener que ayudarte y estar aquí contigo... Quiero cuidarte.

De nuevo, un silencio inundó la habitación. _____ tenía la cabeza agachada. Mario sólo la observaba, hasta que ella cruzó su mirada con la suya. No supo en que momento y como lo hizo, pero fue como una estrella fugaz el como llegó tan rápido a sus labios. De nuevo la estaba besando. Esta vez, el beso era distinto. Tenía sentimientos, pero no sólo necesidad o impulso, este tenía sentimientos verdaderos y llenos de cariño, sinceridad y pasión. Por primera vez, ambos sentían lo mismo.
Para intensificar el beso, Mario puso sus manos en cada lado de la cara de ____, sujetándola con ternura y delicadeza.

Y por fin entendió. La necesitaba. Necesitaba de su cariño, de sus besos, de sus caricias. La necesitaba a ella.

Sus labios calzaban a la perfección. Eran como dos piezas de rompecabezas que, al unirlas, ambas se complementan para formar una figura más grande. Pues ellos pasaban por lo mismo. Ambos de se complementan, y no sólo al besarse, sino también se complementan sus vidas. Eran el uno para el otro. Tanto Mario cómo ____ no querían darse cuenta de la realidad. Ninguno de los dos lo admitía. Ninguno se atrevía a expresar sus sentimientos hacia el otro.

El beso continuaba. Los labios de él eran dulces, suaves, perfectos y, sobre todo, adictivos. Eran como una verdadera droga.
Se separaron un momento, pero sólo para tomar algo de aire, antes de que Mario volviera a depositar un beso corto sobre los labios de ____. Volvieron a separarse, pero no completamente. Ambos juntaron sus frentes, sin decir nada. Mario tenía los ojos cerrados y no quería abrirlos. Tenía miedo.

—Soy un completo idiota, ____ —susurró.

—No digas nada —ordenó. Y antes de cualquier otra cosa, lo volvió a besar. No supo como tomó valor para hacerlo, pero simplemente lo hizo. Obedeció lo que su corazón le estaba diciendo en ese momento, ignorando por completo a su mente.

—Quédate esta noche conmigo —le susurró entre sus labios. —O sólo deja que me quede dormido. Y si quieres te puedes ir, pero no me dejes solo, por favor —pidió amablemente, y depositó un corto beso en sus labios.

Sin decir nada, se levantó de la cama para ir del otro lado. Removió las sábanas y se metió en la cama aún con el vestido puesto. Mario se dió la vuelta, quedando frente a frente con ____. Ella estiró sus brazos hasta el rostro de Mario y acarició tiernamente sus mejillas y su cabello también.
Todo esto era muy extraño. Las cosas estaban cambiando rápidamente. ¿Estaría sintiendo más que cariño por Mario? Si la respuesta era negativa, entonces, ¿por qué sentía que lo necesitaba? ¿Por qué sentía la necesidad de estar cerca de él, de cuidarlo, de apoyarlo, de protegerlo, de darle amor? Aunque a veces tenía ganas de hacer todo lo contrario, ya que sus actitudes no ayudaban del todo.
Ellos eran como agua y fuego, con vidas muy diferentes, pero nadie les prohibía sentir algo por el otro. Eso no se le debe a nadie, y tampoco es consecuencia de algo. Simplemente estaba sintiendo que quería a Mario. Puede que el no estuviera sintiendo lo mismo porque aún vive con el recuerdo de su novia ya fallecida. Pero, ¿qué pasa si ella lo ayuda a salir de ese trance, y lo ayuda a aprender a amar de nuevo a otra persona? Si no resultase, ____ se iría para siempre de su vida. Renunciaría a su trabajo y a todo lo que tenga que ver con él.
Definitivamente, iba a hacerlo. Lo ayudaría a olvidar a Ariana para que pueda continuar con su vida de una manera plena y merecida. Haría todo con tal de hacer que él vuelva a amar a alguien, a sentir lo que es el amor, el cariño, la confianza y todos los sentimientos que abarque el universo para verlo siendo feliz de nuevo.

[...]

Abrió lentamente los ojos, acostumbrándose a la luz del día. Cuando por fin estuvo despierta por completo, sintió una mano en su cintura y la respiración de alguien sobre su cuello. Se extrañó un poco, pero luego recordó lo que pasó anoche, así que se relajó.
Mario dormía plácidamente al lado suyo, sujetándola por la cintura con delicadeza.

_____ se removió un poco en la cama, tratando de no despertar a Mario. ¿Como saldría de ahí sin despertarlo? Se sentiría un poco apenada si él despierta y la ve ahí.
Lo miró de nuevo. Mario tenía su rostro completamente relajado, sus labios estaban levemente entreabiertos. _____ tragó bruscamente, sus ganas de besarlo se apoderaron de ella, pero resistió.

Lenta y silenciosamente, quitó el brazo de Mario de su cintura, para que pudiese salir. A ella Lu hubiera gustado quedarse ahí, contemplando la belleza de Mario, pero tenía que trabajar.

Se levantó rápidamente y caminó hacia la puerta. Salió, dejándolo sólo para irse a su propia habitación.

Al entrar, se miró en el espejo que había detrás de la puerta. Parecía un zombie. Tenía ojeras y el cabello alborotado. El vestido que usó la noche anterior, seguía igual, aunque con un par de arrugas no muy notorias. Sin pensarlo dos veces, se quitó el vestido para darse una ducha. Salió del baño cuarenta minutos más tarde, envuelta en una toalla.

Su cabello goteaba, así que decidió secarlo primero. Luego de veinte minutos, se colocó su ropa interior y después su ropa del día.

No hacía mucho calor. El cielo estaba parcialmente nublado, probablemente más tarde lloverá. Continuó arreglándose, peinó su cabello en una coleta y, como toque final, puso un moño azul sobre esta.

Al verse al espejo de su tocador, miró las ojeras que tenía bajo sus ojos. Tenía que hacer algo para ocultarlas, así que tomó un pequeño contenedor de una bolsita de maquillaje que había sobre el mueble; lo destapó y puso un poco de base sobre las ojeras. Ella no utilizaba maquillaje muy seguido, pero esta ocasión lo ameritaba.

Cuando por fin estuvo lista, salió del cuarto y fue hasta la cocina. Ahí se encontraba Patty, quien conversaba amistosamente con Sebastián.

—Buenos días.

—Ya despertó la bella durmiente —dijo Sebastián con evidente sorpresa, acercándose a ____.

—Hola Sebas —el chico se acercó a su mejilla y depositó un beso en ella. —¿Cómo dormiste?

—Muy bien, gracias —sonrió por lo bajo al recordar que no pasó frío en la noche.

—____, ¿puedes ir a despertar a Mario? Su madre llamó. Quiere que vaya al banco para retirar algo de efectivo que les dejó —avisó Patty.

Maldijo por lo bajo. —Ah, claro... Está bien —sonrió nerviosa. —¿Y como está la señora Gloria?

—Por lo que me pudo cobrar, dice que el trabajo no es muy pesado, que está entretenida en ello, y que aún no está en sus planes volver a la casa —explicó amable.

—Oh, muy bien —susurró.

—Anda, ve a despertar a ese muchacho, o si no van a cerrar los bancos.

____ asintió y salió de la cocina. Subió las escaleras lentamente, recordando lo que vivió anoche. Aquellos besos apasionados, el sentir sus reparación en el cuello, su loción. Todo él. Era la primera vez que dormía con alguien, en especial con él. La verdad, es que fue de lo más bonito que pudo experimentar. El sentir sus brazos sobre su cintura, la hizo sentir protegida. Era una sensación inexplicable. Sinceramente, él la hacía ver el mundo de manera distinta. Poco a poco se daba cuenta de que la mayoría del tiempo pensaba en él. El 90% de su mente sólo pensaba en Mario, y nada más que él. ¿Si se estaba enamorando de Mario, o simplemente sentía atracción por él?
Muchas preguntas que no tenían respuesta viajaban una y otra vez por su mente, pero sólo las contestaría al escuchar a su corazón y no a su mente.

.......

Buen día chicasssss!
Lo prometido es deuda, y aquí les he traído un nuevo capítulo. Como veo que comentan y votan, les subiré más así como lo estoy haciendo.

Gracias por sus votos y comentarios, las amo un resto💕
Nos leemos en el siguiente bellezas, chao💜

Solo Soy Una Empleada ||→m.b [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora