Capítulo 46

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Él la miró y se incorporó rápidamente en el sillón.

—¿Dormiste toda la noche aquí? —susurró.

—Quería estar con mi hermano —bostezó.

—Bien, tengo que despertarlo —dijo ella, abriendo las cortinas.

—Bueno, yo iré a darme un baño —se levantó del sofá y caminó hasta la puerta.

—Mhm, Mario... —se detuvo y volteó a verla. —Sólo te iba a informar que en la noche voy a salir y, cómo mi trabajo termina a las 8:30, a las 9:00 saldré con Sebastián... Sólo te aviso —mordió su labio inferior un poco nerviosa.

Él la miró. Pero no de cualquier forma. Su mirada era fría, tal y como la miraba cuando recién llegó a ésta casa. Parece que algo de lo que dijo _____ le molestó.

—Haz lo que quieras —se encogió de hombros y salió de la habitación. Cerró la puerta con fuerza, lo suficiente para despertar a Jan.

Y ahora, ¿qué hizo mal? Estaban hablando muy bien y ahora se va y da un portazo. ¿Realmente Mario cambiaría su actitud algún día? Sería absurdo​ pensar que Mario se habría molestado por qué ____ saldría con Sebastián, ¿o no? Aunque cabe la posibilidad, pero ¿por qué esa actitud?

—Jan, es hora de levantarse, tienes que ir a la escuela —el chico sólo se removía en la cama, estirando sus extremidades. —Te dejo tu ropa aquí para que te cambies y luego bajes a desayunar.

_____ dejó la ropa en la orilla de la cama y salió de la habitación. Hace unos momentos, había tomado la decisión de ir a hablar con Mario, aunque ¿estaría bien o no? En parte sería lo mejor, para poder aclarar las cosas y todo eso, pero ¿y si la trata mal nuevamente? Por un lado, ya estaba acostumbrada a esos maltratos... Los recuerdos comenzaban a aparecer, así que continuó su camino. Hablaría con él si o si.

Llegó a la puerta del cuarto de Mario y tocó. Al no recibir respuesta del otro lado, volvió a tocar unas cinco veces más.
Iba a tocar por enésima vez, pero Mario abrió la puerta.

_____ no creía lo que sus ojos veían en ese preciso momento. ¡Estaba delirando! Sus ojos veían a un Mario con tan sólo una toalla amarrada a la cintura que, claramente, dejaba ver el torso desnudo de su cuerpo recién salido del agua (eso era evidente, pues las gotas de agua escurrían por su cuerpo perfectamente marcado).

No dijo nada. Por más que quisiera articular una palabra, ninguna salía de su boca. Aquella escena la dejó sin aliento, literalmente.

—¿Qué haces aquí? —preguntó de mala gana.

—Tenemos qué hablar.

—¿Tenemos? Me suena a manada.

—¿Por qué actúas así?

—Como puedes ver, me estaba cambiando cuando llegaste, así que conversar lo podemos hacer más al rato, mañana, pasado... O mejor —se quedó pensando —NUNCA —recalcó la última palabra y cerró la puerta fuertemente.

Bien. Si no quería hablar, está perfecto. No continuaría rogándole para que lo hiciera. Pero esta vez, era la última que lo buscaba para tratar de solucionar las cosas.

Por un momento, ____ pensó que ambos podrían ser tan siquiera amigos, pero aquella idea se desvaneció tan pronto que nada. ¿Por qué era tan difícil? ¿Por qué tiene que ser tan cerrado con los demás?

A veces, se sentía tan estúpida al tratar de hablar con él, ya que siempre que lo intentaba, terminaba saliendo lastimada por culpa de Mario.

Se rindió. Iba a irse para seguir con sus labores, pero la puerta se abrió de nuevo. Se hubiera caído, de no ser por Mario, quien la sujetó del brazo.

—¿Seguías aquí? —dijo Mario.

—Ya me iba —dio media vuelta, pero la sujetó del brazo.

¿Ahora que diablos quiere?

—Bien, ¿quieres hablar? Hablemos.

—No, ya no quiero —sonrió falsamente. No iba a ser cuando al señor se le antojara. ¿O sí?

—Por favor, ____, no seamos infantiles, ¿si? —dijo ya más tranquilo.

Ella suspiró, dándose por vencida. Se cruzó de brazos y entró al cuarto de Mario, rozando su hombro con el de él. Y ahora, ¿qué le diría? Tenía que hablar con él, pero no sabía cómo empezar una plática con el señor "tengo mi ego por los cielos" sin que terminara mal, como siempre. Si se pone arrogante, saldría de la habitación y no le hablaría nunca más. Bueno, a lo mejor estaba exagerando un poco, pero podría llevarlo a la práctica si Mario no pone de su parte al arreglar sus diferencias.

Se paró frente a él y agradeció el hecho de que ya traía ropa puesta. Examinó un poco su atuendo, pantalón ajustado negro junto con una playera blanca que le quedaban perfectamente combinados.

Después de todo, ahora si iban a hablar.

.....

Hellooooo! He vuelto chamas. Perdón por dejarlas tanto tiempo con la intriga pero estaba en curso para prepararme para el examen a la universidad y no tenía tiempo de escribir :( pero ayer presenté mi examen, así que ya estaré más libre y podré subir capítulos.
Prometo subirles uno mañana también, las quiero babes❤
Ya saben, comenten y dejen sus votos para saber que les gusta :3

Solo Soy Una Empleada ||→m.b [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora