Sexualidad

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Con otoño, Wonwoo fue finalmente capaz de entenderlo.

Fue difícil, porque lo intentó tanto y nunca era capaz de obtener respuestas, pero la visita de Hansol –que había decidido continuar con su carrera en el país de su padre –lo obligó a reconocer el estado en que se encontraba.

Ya Jihoon había dejado de insistir, porque Wonwoo parecía un muerto en vida y se había refugiado en sus pinturas; ignorando a sus amigos y sumergiéndose en una miseria de la que no sabía cómo salir. Entonces, su compañero de habitación lo dejó ser, porque Wonwoo había rechazado toda su ayuda y el menor sabía que cuando lo necesitara, estaría ahí para el azabache.

Sin embargo, cuando fue a recoger a Hansol al aeropuerto –porque el castaño insistió en que no se sentía confiado en su nivel de coreano para comunicarse –el menor notó que algo andaba mal desde el momento en que se vieron. Claro, Wonwoo intentó actuar como el mismo tipo de antes, y bromeó con Hansol mientras buscaban un taxi que los llevara al apartamento que los padres del menor le consiguieron; pero fue fácil para el estadounidense descubrir ese vacío y perdido Wonwoo.

Y él ni siquiera intentó negarlo, demasiado cansado con la culpa y añoranza, porque tenía a todos sus amigos cerca y aún así no valía de nada si no estaba Mingyu a su lado. Cuando Hansol le preguntó, él finalmente habló. Derramó toda la historia, sin detenerse ni mostrando sus sentimientos al hacerlo, porque llevaba mucho tiempo de ignorarlos y sabía que si los analizaba ahora nunca terminaría de explicarse ante el menor. Porque Wonwoo descubrió que era bueno para fingir que no sentía nada, e incluso sus pinturas se habían vaciado de sentimientos. Eso fue otra cosa que notó Hansol cuando fue a visitarlo a su facultad, porque quería conocer la universidad en la que estaría por unos años. Sin embargo, cuando Wonwoo le abrió la puerta del aula donde él solía guardar sus lienzos, Hansol inmediatamente preguntó de quién era aquel que estaba aún en el caballete; la escala de grises y el vacío no son algo normal en ti –le explicó sorprendido cuando Wonwoo mencionó que era su trabajo más reciente.

Odiaba concordar con aquello, pero Hansol tenía razón y él simplemente no pudo esconder lo roto que estaba ante el menor.

Los labios de la chica le sabían amargos, probablemente por el alcohol que ella ya había tomado antes de acercarse a coquetearle. Aunque llamarle coqueteo a su mínimo intercambio de palabras era algo inexacto; no la había dejado terminar de presentarse cuando se lanzó a su boca como si no pudiera evitarlo. Ella era bonita, su cuerpo era atractivo, pero Wonwoo descubrió que no se sentía atraído en lo absoluto. Él solo quería recordarse de su sexualidad, aquella de la que estaba dudando tanto en los últimos meses.

Luego de restregarse descaradamente contra ella al lado de la barra, la pelirroja decidió terminar el asunto en los servicios. Wonwoo no mostró resistencia cuando ella cerró la puerta y lo sentó en el inodoro. No se resistió cuando tomó su miembro entre sus manos y lo masturbó hábilmente. No la detuvo cuando lo montó sin pudor, gimiendo y besándolo en el cuello y mandíbula. La dejó disfrutar, repitiéndose que eso era lo que le daba placer a él. Eran esos pequeños y firmes pechos que rebotaban en su rostro –esos labios finos y cubiertos de brillo –que atraparon todo su semen –a lo que estaba acostumbrado. Y no pudo dejar de pensar durante todo aquello, que extrañaba el aroma de Mingyu y su confianza, ese peso y músculos marcados que le recordaban que era un hombre.

Salió del pequeño espacio sin mirarla ni una vez más y volvió al mismo asiento que había abandonado al irse con la extraña. Hana se acercó con una bebida y la colocó frente a él, señalando a un rubio al final de la barra cuando Wonwoo levantó las cejas confundido.

Asintió al chico y acabó el trago con rapidez para luego levantarse y caminar a él. Le sonrió y el rubio empezó una conversación, aunque Wonwoo no podía decir que supiera de qué estaban hablando. No le importaba escucharlo hablar, aunque tampoco le interesaba mucho. Soltó un suspiro que asimilaba una risa al darse cuenta que estaba casi en las mismas condiciones que Mingyu cuando hablaron por última vez.

Mil pedazos • MEANIE • |TERMINADA|Where stories live. Discover now