Serendipia

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Jeonghan entró a Averno, silbando con un buen humor que tenía desde que despertó. Joshua le había preguntado qué sucedía, porque él no era una persona mañanera y aún así, cuando Wonwoo le llamó y el mayor contestó aún medio dormido, no le gritó como era usual. Se acercó a la caja, recitando su orden e ignorando a la chica que ayudó a provocarle una intoxicación a Mingyu –la tipa tenía el descaro de coquetearle, pretendiendo ignorar que él era el mejor amigo del moreno.

Luego, giró sobre sus talones para buscar al azabache en el local, y sonrió al verlo en una mesa al lado de la ventana, hundido hasta las narices en un libro tan grueso como una enciclopedia. Había cosas que no cambiaban, y ese lado de Wonwoo seguía intacto a pesar de los años, lo que Jeonghan amaba. Apenas registró la voz de la barista, y él tomó su orden distraídamente para sentarse frente al menor, que duró varios minutos en alzar la mirada de su libro y sonreírle. Tomando su café –y mirando a Wonwoo enfrascado en su lectura –Jeonghan se recostó en su propia silla, cómodo con el silencio entre ambos que tenía años de historia.

─Hazme lucir guapo. –Susurra, quizá una media hora después, con los ojos cerrados y casi cayendo dormido. Sabe, por el sonido del lápiz rasgando el papel, que Wonwoo está dibujándolo desde hace minutos; una manía común del azabache cuando la situación le hace desearlo. El menor ríe, un ligero bufido que es más un narcisista que una burla. Sin embargo, no le responde, y sigue dibujando al pelinegro por un rato más. Jeonghan lo deja, porque creció con esa extraña costumbre del azabache y es cómodo así, incluso luego de tantos años. – ¿Dibujabas a tus amigos en Nueva York?

─Bueno, tenía un amigo. Hansol. Pero sí, me gustaba dibujarlo también. –La voz de Wonwoo es suave, distraída y su lápiz no se detiene incluso cuando habla.

─Fuiste a otro país, ¿y te conseguiste a un amigo coreano? –Jeonghan sonrió con sarcasmo, pero sus cejas se fruncieron levemente. Y maldita sea, sabe que está tocando una fibra sensible cuando el lápiz se detiene por unos segundos antes de continuar dibujando. Lo sabe, porque conoce a Wonwoo como si fuera una de sus extremidades, pero no tiene derecho a seguir preguntando. Sin embargo, sabe que el menor le dirá. El menor se explicará, le callará las dudas porque así es él, que siempre reconoce las preguntas no planteadas de Jeonghan.

─No fue el único amigo que hice allá. –Susurra Wonwoo, su voz un poco frágil, y Jeonghan finalmente abre los ojos para observar a su amigo enfocado en el cuaderno donde lo dibuja y aún así luciendo tan pequeño que le duele en el alma. –Pero sí el más cercano. Hansol... Él me ayudó a sentirme menos solo.

─ ¿Nos odias por ello? –Finalmente, luego de más de seis meses, Jeonghan se atreve a preguntar. No lo cambiaría, nada de lo sucedido, porque Mingyu los necesitó más que nunca, pero era imposible olvidar por un día a su otro mejor amigo; al afable y a su vez maravillosamente fuerte Wonwoo en un lugar desconocido, solo y sin saber qué hizo mal para ser abandonado.

─Creí que lo haría. –No lo duda al decirlo, porque sabe que es verdad. Son recuerdos amargos, porque antes de irse ya empezaban a convertirse en adultos; y aún así hicieron las infantiles promesas de hablar siempre que pudieran, sin importar los cambios de horarios ni el costo de las llamadas internacionales, porque la distancia no sería un enemigo.

El que Wonwoo se estuviera yendo a otro país no cambiaría nada.

Ilusos.

Los primeros meses pensó que tal vez necesitaban espacio y tiempo para acostumbrarse a la distancia. Él, por su parte, se concentró en vivir en un lugar extraño, tan nuevo e intimidante que deseaba escuchar de sus mejores amigos. Pero pasó un año, luego dos... Y él vivía bien. Ya no sentía dolor al pensar en la ausencia de esas personas que creyó estarían siempre para él. Y cuando los recuerdos lo amenazaban, podía perderse en las calles de Nueva York para distraer su mente. Tenía mucho por conocer y él era tan pequeño en ese gran mundo.

Mil pedazos • MEANIE • |TERMINADA|Where stories live. Discover now