Capítulo siete.

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7

Adelaide.

-Adelaide... Adelaide... ¡ADELAIDE!- me sobresalté y dirigí mis ojos hacia la maestra.

-Perdón- susurré.

-¿Estás en la clase?- preguntó ofendida.

-Claro.

-Entonces pasa a hacer el siguiente problema- dijo sosteniendo la tiza delante de mí. Suspiré y me levanté de mi asiento para tomar la tiza.

-Rara- escuché un murmuro y volteé hacia mis compañeros mientras la mayoría reía en voz baja. Leí el problema y gracias a algo logré recordar cómo se resolvía. No tardé menos de un minuto en resolverlo.

-Aquí tiene- le dije a la maestra dedicándole una sonrisa autosuficiente.

-Gracias señorita Hudson- al dirigirme a mi asiento pude ver la mirada de Zayn en mí. En la mañana también lo sorprendí viéndome. Me sonrió un poco pero yo no cambié mi mirada dura. Me senté y solo me quedó esperar a que terminara la clase. Y cuando acabó salí al baño, abrí la llave y me mojé la cara. Me miré al espejo. Hoy no me había maquillado. No tenía ganas de mucho después de la pelea con mi mamá. Siempre peleábamos por lo mismo. Tomé papel y me sequé.

-Am, hola- una chica a la derecha me habló.

-Hola- susurré.

-Estoy en tu clase de biología- dijo semi sonriendo.

-Sí, losé- le devolví la sonrisa.

-Haré una fiesta de bienvenida en mi casa, en una semana- dijo buscando algo en su bolso-, estás invitada- me tendió un sobre y lo tomé.

-¿Enserio?- dije sonriendo. Hacía siglos que no me invitaban a nada.

-Si- sonrió igual- nos vemos Adelaide.

-Adiós y gracias- ella dio la vuelta y yo sonreí mientras veía el sobre en mi mano. Esto era estupendo, era genial. Dieron el timbre y salí corriendo a mi casillero para dejar mis cosas e irme.

 *

En el estacionamiento ubiqué a tres chicas hablando. Las identifiqué de inmediato. Me acerqué a ellas tímidamente.

-Hola- susurré y ellas me miraron también tímidas.

-Hola- mencionó Louise segundos después. Louise era mi antigua mejor amiga. Esa típica chica perfecta de donde la vieras. Delgada, tez blanca, cabello largo y pelirrojo. Parecían incómodas, y yo también lo estaba. Hacía un año no hablábamos.

-¿Las invitaron.., a la fiesta?- pregunté medio sonriendo.

-Sí- dijo Fabiola.

-Genial- admití.

-¿A ti también?- el tono de Karine me hizo sospechar que querían un no por respuesta

-Sí- ellas se sorprendieron. -Estaba pensando que tal vez... podemos, ya saben, llegar juntas como… antes.

-Ade, nosotras no...- empezó Louise.

-¿Qué?- pregunté confundida.

-No creo que sea conveniente que nos vean contigo ahora- dijo Karine sin piedad .

-Pero...

-Lo sentimos, no podemos dejar que piensen que somos amigas- musitó.

-Pero, lo éramos- mi tono de voz era dolido. ¿Cómo podían ser así de crueles? ¿Cómo podían olvidar la amistad que les brindé?

-Sí. Antes, ya pasó- susurró Fabiola.

-Esto es por lo del año pasado, ¿no?- dije con los ojos húmedos. "No llores, Adelaide, no llores."

-Lo sentimos- volvió a decir Fabiola. Giraron y se fueron. Seguí viendo hacia donde estaban hace unos segundos, y una primera lágrima se escapó de mis ojos. Me la quité con rabia y di la vuelta bruscamente para largarme del lugar.

 Camine derecho a mi casa, pero a la mitad del camino recordé la pelea de la mañana con mi mamá sobre su esposo. No podía regresar a casa. Di la vuelta para alejarme del camino e ir a algún otro lugar.

Odiaba a esas tres. Les di todo, mi amistad, mi confianza, mi cariño. ¿Y así me pagaban? ¿Qué clase de seres humanos son? Ojalá nunca las hubiera conocido. Estaba enojada, más que enojada. Pero sobre todo estaba herida... porque ellas me importaban. Y aunque lo odiara su rechazo me dolía. 

Save me from myself. | Zayn Malik. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora