No son celos.

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Zayn.

-¡Hey! ¿Puedes tocar antes de entrar?- dijo Adelaide cuando entré a la cocina.

-Es la cocina no un baño- dije dándole una mirada dura.

-La puerta estaba cerrada, siempre debes de tocar en una puerta que está cerrada.

-Claro, lo siento mamá- dije esquivándola y abriendo el refrigerador.

-Oye ¿y a ti que te pasa?

-¿Qué me pasa de qué?- me servía jugo en un vaso.

-Estás raro, como molesto... -se acercó a mi pero yo di un paso al lado.

-No tengo nada Adelaide- contesté.

-Ya dime, ¿qué pasa? ¿Qué te puso tan de malas?- dijo con un tono suave.

¿Que qué me pasa? Oh nada en realidad. Solo acabo de verte con Niall mientras él estaba a punto de besarte y mientras se abrazaban.

-¡Que no tengo nada!- sustituí. Ella se quedó callada y miró el suelo- ¿Dónde está Horan?

-¿De qué hablas?

-Creí que estarían abrazándose aquí como lo estaban haciendo allá fuera- dije señalando con el mentón.

-Pareciera que por eso estás molesto- dijo con los ojos entrecerrados.

-Pues sí, por eso estoy molesto- declaré.

-¿Estás... celoso?- preguntó con cautela.

 ¿Celoso? ¿Yo? Claro que no. Me molestó verlos afuera mientras Niall le levantaba la mandíbula para verla, creía que iba a besarla. Pero eso no significaba que estaba celoso. Para nada...

-¿Celoso? ¡Claro que no! Qué tontería- ella agachó la mirada y negó con la cabeza.

-¿Entonces porque estás tan molesto con el hecho de que abrace a Niall? ¿No puedo abrazar a ningún chico?- la imaginé abrazando a alguien más que no fuera Niall, y seguía sintiendo lo mismo en el pecho.

-Pues, si pero... no sé. No deberías.

-¿Por qué no? Zayn, estás molesto por el hecho de que abrace a alguien más. Si esos no son celos, entonces no se que son.

-Bueno, si, son celos- refuté, ella sonrió.

-¿A si?

-Si... dijiste que yo era tu único amigo. Y ahora estás abrazando a Niall y contándole tus cosas- la sonrisa se desvaneció de su rostro. Ella miró hacia su derecha y se quedó callada por poco tiempo.

-Creo que eso es algo egoísta. Todo mundo tiene más de un amigo. Y yo solo te tenía a ti, hasta que hoy me di cuenta que Niall también lo es-. Rodé los ojos- Zayn, no entiendo tu molestia. No es como si yo fuera tu única amiga también- eso me dejó callado.

Tenía razón, era una estupidez pensar que yo sería su único amigo para siempre. - Puede que consiga mas amigos, aunque no lo creo, pero tú siempre serás mi favorito- dijo mirándome atreves de sus grandes y redondos ojos verdes. Ella era más pequeña que yo, como por 20 centímetros, así que siempre me miraba hacia arriba.

-Ven aquí- la tomé del brazo y la atraje hacia mí para darle un gran abrazo porque ya no podía con la ternura que sus ojos inyectaban en los míos. -Lo siento, eso fue egoísta y estúpido.

-No tienes que disculparte. Es lindo saber que tienes celos de... amigos- dijo con una risa nerviosa atrapada en sus palabras.

-Te quiero Adelaide- le dije sinceramente. -Te has ganado mi cariño-. Con el poco tiempo que nos conocíamos, ella había logrado ganarse gran parte de mi cariño. Era muy tierna, frágil, cariñosa y valiente. Era sin duda una de las personas más fuertes que conocía.

Ella se sobresaltó en mis brazos y se puso tensa. No entendí porque. Claro que esperaba una respuesta, pero de sus labios no salía nada. No esperaba ciertamente un "también te quiero Zayn" por que como dije nos conocemos de poco tiempo. Pero si esperaba una respuesta. Un "gracias" por lo menos, toda la gente lo hacía. Pero ella no dijo nada.

-Bueno- se separó de mi- tu madre dijo que teníamos que llegar a las 8 y son las 7:30 así que te sugiero que nos vayamos ya mismo.

-¿Tu también quieres puré cielo?- le preguntó mi madre a Adelaide en la cena.

-Si, por favor- susurró.

-Hermano, ¿me regalas una de tus albóndigas?- me preguntó Diana.

-No, tengo hambre y es la última que me queda- dije un poco apenado.

-Pero yo me quedé con hambre y quiero otra- dijo haciéndome puchero.

-No me hagas puchero Diana- dije rodando los ojos.

-Está bien, yo te doy la mía- le ofreció Adelaide sonriendo.

-Oh, no, que Zayn me la de- dijo apenada mi hermana.

-Zayn quiere la suya, y la mía ya no la quiero porque ya me comí una antes, anda, tómala- con su tenedor se la pasó al plato de mi hermana y ella le dio las gracias.

Cuando estábamos de regreso a la casa, Adelaide estaba muy callada. No quise preguntarle qué pasaba. Pero cuando empezamos a cenar comenzó a hablar como perico. Les sacaba plática a mi madre, y a mis hermanas. No se cansaba de hablar y hablar. Me pareció extraño ya que nunca la había escuchado tan parlanchina.

-¿Quieres ver una película antes de ir a dormir?- le sugerí a mi amiga cuando íbamos a su recámara después de terminar la cena.

-En realidad, preferiría ira dormir ya, estoy un poco cansada- dijo tímidamente.

-Oh, está bien, mañana lo haremos- ella asintió sonriendo.

-Buenas noches Zayn- se acercó a mí y delicadamente presionó sus labios contra mi mejilla. Sentí algo en el estómago un poco extraño.

-Bue... buenas noches- dije con un hilo de voz. Ella entró a la recámara y cerró la puerta. Algo anonadado subí las escaleras para ir a descansar a mi recámara.

Hoy definitivamente habían sucedido cosas muy extrañas conmigo.

Save me from myself. | Zayn Malik. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora