Maratón 3.

9.4K 534 46
                                    

37

Zayn.

La colección de comida había sido un desastre. La mayoría de las vallas y frutos que encontrábamos eran venenosos. La maestra de biología intentaba lo mejor para darnos a conocer las características de todos los frutos venenosos, pero eran demasiado.

Caminamos por dos horas y aparte trepábamos arboles. Estaba exhausto.

Además no había encontrado a Adelaide aun.

Cuando regresamos todos estaban sentados en un círculo con platos sirviéndose lo que parecía pollo.

-Genial, pollo, moría de hambre- Niall casi corrió hacia los platos.

Mientras me servía comida en el plato miraba a todos lados buscando a Adelaide. No la había visto en todo el día.

-Hola ¿podemos sentarnos aquí?- unos chicos y chicas de varias clases se acercaron y rápido hicimos plática entre todos.

Al terminar la comida tocaba la lección de nado. Los chicos y yo nos cambiamos a con nuestra bermuda para nadar y tomamos una toalla y fuimos al lago. El entrenador Wesley estaba organizando por grupos de ocho personas. Todas las chicas estaban en bikinis y los chicos sin camisa. Comencé a buscar entre las cabezas cabello rosado.

-¿Buscas a la cerdita?- giré y Natalia pasó a mi lado usando un bikini rosa muy revelador. -Está por allá escondiéndose- con la cabeza apuntó a unos pinos. Antes de que pudiera exigirle que no la llamara así ella se fue. Giré hacia los pinos y caminé hasta ellos.

-¿Adelaide?- asomé la cabeza por detrás de éstos y la encontré recargada de espaldas en el tronco- ¿Qué haces aquí?

-No quiero salir- ella miraba hacia la derecha, impidiéndome ver su rostro.

-¿Por qué?- giró y la vi. Estaba llorando. -¿Qué pasa?

-No quiero ir a nadar- dijo con la voz quebrada.

-No pasa nada- intenté calmarla. -Si no sabes el entrenador te enseñará. Para eso es la clase...

-No, si sé nadar pero...- soltó un sollozo y se acercó a mí. Llevaba un suéter enorme que le llegaba a la mitad de los muslos. Despacio se lo quitó y me sobresalté realmente sorprendido. Tenía puesto un bikini color azul pero eso no fue lo que me dejó horrorizado...

En sus muslos, caderas y parte del estómago estaba llena de cicatrices en forma de línea recta, desde muy pequeñas hasta medianas. -Zayn, me van a acabar ahí- ella me miró a los ojos y a pesar de que estaban rojos por las lágrimas pude ver mucho dolor, ansiedad y desesperación. Y no importaba si yo la defendía como las otras veces. Sabía que todos la mirarían y se burlarían.

-Ven- la tomé de la mano y comencé a caminar por el bosque.

-¿A dónde vamos?- preguntó confundida.

-A donde no nos encuentren- musité. No dijo nada más y seguimos caminando. Sabía exactamente lo que hacía. Caminaba por el perímetro del lago para encontrar otro punto donde nadie estuviera ahí.

Así que cuando vi entre los árboles un pedazo de lago sin personas o canoas, me animé a salir de entre los árboles.

-¿No nos regañarán si faltamos a las clases?- yo me encogí de hombros.

-Tal vez no se den cuenta- ella no dijo más. Podía ver en su mirada lo asustaba que estaba. - Ade, no hay nadie aquí, no te verán. ¿Por qué sigues así?- ella tomó un largo suspiro y sus ojos se hicieron llorosos de nuevo.

-Porque tu si me viste- dijo con voz quebrada. Fruncí el ceño.

-Pero yo no me burlaré o te juzgaré- ella semi sonrió- ¿Adelaide?

-¿Qué?

-¿De qué son esas cicatrices?- sabía la respuesta. Pero no sabía qué hacer. Qué decir. Ella se atragantó con sus palabras y volvió a llorar.

-Zayn, debes creer que soy una estúpida. Debo darte asco- escondió su cara entre sus manos.

-Está bien, está bien- la estreché entre mis brazos y la pegué sobre mi torso desnudo. -No me lo digas ahora. Y no pienso que seas eso. Y no me das asco. Venga- la incliné para verla a los ojos y le limpié las lágrimas- vamos a nadar- dije señalando con la cabeza el lago. Ella rió.

-Bien- aceptó. Corrí hasta la orilla del lago y me adentré en el agua. No miré hacia atrás. Lo más seguro es que Adelaide no querría que la viera. Y no iba a obligarla a que nadara con ese suéter.

Cuando el agua me llegaba abajo del pecho giré y vi a Adelaide detrás mío. El agua le llegaba a las clavículas.

-¿Te molestaría no avanzar más? Hay personas que tenemos estatura compacta- yo solté una carcajada. -Enserio, es un gran inconveniente medir menos de 1.60

-A mí me gusta tu estatura- dije alzando los hombros. -Te hace ver más tierna- ella se sonrojó. Y entonces recordé lo que Jordan me había dicho. Tenía que saber si ella sentía lo mismo que yo.

Adelaide inspiró aire y se sumergió en el agua. La imité un segundo después y me sumergí. El agua era clara y no me molestaba abrir los ojos debajo. Ambos comenzamos a nadar sin dirección alguna.

Podía ver la felicidad en sus ojos. De no ser porque estábamos debajo del agua, podría jurar que ella estaría sonriendo.

Después de unos segundos salimos al aire de nuevo.

-Esto es adorable- dijo echándose hacia atrás y dejando que su cuerpo flote. -Adorable, muy adorable- soltó una risita que hizo que mi corazón saltara.

-¿Adelaide?- dije sacudiéndome el cabello.

-¿Mande?

-¿A ti te... gusta alguien?- ella se incorporó de inmediato y me miró con confusión.

-Que buen chiste- dijo sonriendo. -Nadie se fijaría en mi.

-No te eh preguntado si le gustas a alguien, te pregunté si a ti te gusta alguien.

-Ah... sí, bueno... yo...-sus mejillas se tornaron rosadas y yo esperaba con impaciencia la respuesta- ¿Por qué la pregunta?- Mierda. Ahora ¿qué le diría?

-Oh, ya sabes... Curiosidad.

-¿A ti te gusta alguien?- preguntó.

-Pues si- ella alzó las cejas. -Si, ella es... realmente muy hermosa.

-Wow, pues, que bien por ella- pude ver la decepción en sus ojos, en su tono de voz. Y eso fue lo que necesité para confirmar lo que Jordan me había insinuado.

-Sí. ¿Sabes que es lo que la hace más hermosa?- ella negó con la cabeza tímidamente. -Que ella no tiene idea de eso- susurré.

-Pues ¡qué chica!- dijo riendo, tratando de ocultar su decepción. -Lo siento- se disculpó al notar la falsedad. -Estoy muy feliz por ti Zayn.

-Gracias- admití. ¿Cómo no se daba cuenta de que ella era esa chica?

-Y, ya sabes, ¿ella siente lo mismo que tú?

-Es lo que no se- refuté.

-¿Le gusta alguien más?- preguntó algo interesada.

-No sé- iba a dar el siguiente paso. -Le pregunté pero no me respondió.- Listo. Lo dije. Ahora sabría que era ella.

-Oh, lo más seguro es que no quiera ilusionarte o tu eres quien le gusta una de dos- dijo alzando los hombros. Me quedé estupefacto. ¿No había entendido que era ella?

Decidí dejar el tema. Si le diría que tenía sentimientos por ella, sería de una manera directa. No así.

Así que solo empezamos a jugar y jugar en el agua. No volvimos a tocar el tema de sus cicatrices. No la miraba en esas zonas para que no se incomodara. Nadamos y nadamos. Y chapoteamos. Hasta que dieron las 7:30 de la noche. Fue muchísimo tiempo.

Save me from myself. | Zayn Malik. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora