Miradas.

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Zayn..

-¿Has visto a Ade?- le pregunté algo preocupado a Niall, hacía 20 minutos que la estaba buscando.

-Sí, hablamos y la dejé en la puerta de la cafetería.

-Gracias- caminé hasta ahí y pronto localicé sus delgadas piernas en un short con unas botas y una sudadera. - Hola.

-Hola- sonrió.

-Te buscaba- comenté.

-Estaba aquí con Niall.

-Sí, me lo dijo- señalé la barra. -Vamos por allá- caminé y ella me siguió a mi lado. Tome una bandeja y ella siguió de largo.

-¿No piensas comer?- ella negó con la cabeza. -O vamos, toma una bandeja, yo pago, pero come algo que últimamente te veo muy delgada- ella bajó la mirada como si hubiera dicho algo malo.

-Ya te había dicho que desayuno en casa- dijo con una sonrisa linda.

-Cierto, mi culpa- dije sacudiendo mi cabeza. -Bueno, veamos que hay aquí- tomé un poco de albóndigas y arroz y nos dirigimos a una mesa.

-¿Cómo ha estado tu día hoy?- comenzó con la charla.

-Bueno, las clases aburridas como siempre. Pero... hoy han dejado menos tarea que es algo bueno, podremos ir a algún lado en la tarde en lo que esperamos que el señor ese salga de tu casa- ella sonrió asintiendo. -¿El tuyo?- pareció que pensó mucho su respuesta.

-Bien- se limitó a decir con una sonrisa. -Adorable como siempre.

-Espero que no te moleste que te deje en silencio por unos minutos, pero no quiero hablar con la boca llena.

-Adelante- dijo con una risa. Así que empecé a comer. Ella miraba hacia todos lados y a veces a mí. Cuando terminé dieron el timbre.

-¿Qué? Oh, no tuvimos tiempo de platicar- me quejé.

-Está bien, lo haremos en la tarde- respondió.

-Bueno, te veo a la salida y nada de irte sola ¿eh?- dije alzando las cejas y ella rio.

-Está bien.

-Amigo, iremos a casa de Harry a la alberca ¿vienes?- dijo Louis mientras se acercaba.

-Lo siento, tengo que llevar a Adelaide.

-Mmm, supongo que tenemos que acostumbrarnos a tu nueva amistad- dijo Louis alzando las cejas.

-Así es- dije tajante.

-Bueno, mañana iremos de nuevo e invitaremos chicas- dijo Harry. -Puedes invitarla si quieres.

-Le diré- dije sonriendo.

-Adiós- se despidieron todos y se fueron. Minutos después se apareció Adelaide.

-¿Lista?- ella asintió. -Ten- le di el casco y ella subió. -¿Algún lugar al que quieras ir?

-Ayer elegí yo, es tu turno- pisé el acelerador y ella se abrazó a mí.

Tardamos menos de 20 minutos en llegar al billar. Estacioné la moto y la encadené al poste especial para motos. -Nunca te dije que tu moto es linda, me agrada demasiado.

-Pues gracias, fue un regalo a los 16.

Caminamos juntos a la entrada y abrí la puerta para que pasara. Como era típico de Adelaide, miraba todo, sus ojos vagaban de un lado al otro.

-Un billar/bar- dijo con una risa reprimida.

-¿Está mal?- ella me miró con ojos obvios. -Bien, no tengo ni puta idea de a donde se llevan a las chicas.

-Está perfecto. Probablemente a las chicas las llevas al centro comercial, pero yo ahí me aburriría como el demonio, y esto es... lindo- dijo dando un saltito. Por eso era tan especial, era tan inusual y diferente.

-Ven- nos acercamos a la barra y Robbie estaba limpiando una copa. -¡Robbie!

-Zayn, hace mucho que no te veía aquí- dijo chocando las manos conmigo.

-Sí, dejé el alcohol así como el tabaco- confesé orgulloso.

-Claro, pues estoy orgulloso de ti. Mira que las borracheras que te ponías por la tal Hannah...

-Lo sé- dije con un suspiro. -Oh, qué mal educado… Robbie ella es Adelaide- la muchacha se hincó en uno de los bancos y se inclinó hacia el dándole la mano.

-¿Es nueva eh? ¿Es tu chica?- dijo Robbie alzando las cejas.

-No, ella es... una amiga- dije con voz apagada.

-Ya veo- dijo chasqueando la lengua. -¿Qué te doy de tomar, rosita?

-Agua natural y hielo, por favor, grandulón- el rió.

-Me agradas- dijo señalándola con el dedo. -¿Para ti?

-Una piñada sin alcohol- el asintió y se puso a hacer las bebidas.

-¿Quién es Hannah?- preguntó Ade con voz dulce. Mi semblante se hizo serio. -Oh, si no me quieres decir está bien.

-Es una ex novia- dije amablemente. -Ella me engañó con mi ex mejor amigo.... tres veces.

-Wow- dijo realmente sorprendida. -¿Por eso te emborrachabas aquí?- asentí. -¿La sigues queriendo?- susurró.

-No- dije con el ceño fruncido.

-Pero aun te duele su recuerdo- afirmó.

-Cuando alguien te lastima demasiado, siempre te dolerá su recuerdo- ella se quedó seria ante mi respuesta. Robbie llegó con nuestras bebidas y las puso en la barra.

-Pues vaya que es estúpida la tal Hannah- mencionó Adelaide después de tomar su agua. Reí.

-Gracias Ade- le dije sonriendo. Ella me sonrió también mientras me veía a los ojos, y luego bajó su mirada cuando sus mejillas se tornaron rosadas. Jamás me había dado cuenta de lo bonita que era su sonrisa. Jamás había notado lo lindos que se veían esos hoyuelos en esas mejillas.

-Ya no me veas así- dijo con una sonrisa nerviosa. Sacudí mi cabeza.

-Perdón- mencioné nervioso también.

Save me from myself. | Zayn Malik. (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora