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Los rayos de luz se filtraban por el gran ventanal de la habitación obligando a Emma a que abra los ojos. Con algo de esfuerzo consiguió abrirlos y se los restregó con fuerza. Dio un bostezo largo y recordó que tenía que ir al instituto así que resignada se levantó y bajó para prepararse el desayuno. Té y galletas era lo único que su madre le permitía desayunar y no tenía otra opción por ahora.
Luego de desayunar se cambió el pijama por unos jeans rojos y una polera de color gris mangas largas, arriba una chamarra de mezclilla y en los pies sus botas militares. Tomó una pequeña mochila verde entre sus manos y le colocó un bloc de dibujo unos libros y un estuche con lápices. Se colgó la mochila al hombro y antes de salir ató su cabello con una pequeña liga. Comenzó a caminar por las calles y el frío le helaba los huesos. Por fin llegó al instituto. Entró y como siempre todas las miradas se posaron en ella. Trató de no darle importancia pero se estaba sintiendo incomoda. La primera clase era psicología y por los pasillos se murmuraba que había un nuevo estudiante en la misma. Abrió la puerta haciendo el mínimo ruido posible para pasar desapercibida pero una persona se dio cuenta de su presencia. El chico que le había llevado la carta ayer estaba ahí sentado, mirándole con una sonrisa. Ella se ruborizó y él le hizo una seña para decirle que se siente con él. Se acercó hasta aquel extraño y el profesor ingresó a la sala.
-Buenos días alumnos- Comenzó saludando el hombre de no más de cincuenta años- Soy John Stevan y seré su instructor de psicología este día.
Y bla bla bla, Emma no prestaba atención por el chico que tenía al lado. Aún no podía creer que la haya reconocido ni tampoco creía que alguien en todo el instituto no la ignoró. Sacudió la cabeza, debía dejar de hacerse ilusiones.
-Solo quiso ser amable, deja de pensar estupideces Emma- Murmuró en voz baja mientras se mordía el labio.
De repente el hombre que estaba al frente hace unos minutos desapareció y su compañero le habló.
-Hola- Sonrió, su sonrisa Dios Santo.
-H..ola- Ella sonrió también.
-Soy Jeffrey- hizo una pausa- pero puedes decirme Izzy.
-Un gusto Izzy soy Emma- ¿Desde cuándo tenía tanta confianza?
-Lindo nombre, linda chica- Dijo en tono de galán.
Emma se puso roja cual tomate y Izzy rió levemente.
-¿Eres nuevo v..erdad?- Se aclaró la garganta.
-Así es- Volvió a sonreir.
-Pero… si estudias psicología ¿por qué trabajas en el correo?- Preguntó y se dio una paliza mental por ser tan idiota.
El chico volvió a reír.
-Es un trabajo de medio tiempo… vivo solo tengo que mantenerme- Se encogió en hombros.
Ella asintió con una sonrisa y trató de concentrarse en su libro mientras que Izzy, sin que ella supiera, la miraba de reojo. Emma era una chica muy bonita pero ¿era feliz? Esa fue la pregunta que se le cruzó por la cabeza. Se mordió el labio y trató de distraerse con cualquier otra cosa que estuviese en el salón.
La hora finalizó con el sonido del timbre. Todos los estudiantes salieron atropellados por la puerta y Emma, como siempre, salió última. Ahora le tocaba Biología, clase la cual odiaba, no porque no le gustara la materia, al contrario, no le gustaban las personas que estaban en ella. Jenna era una de esas personas y se encargaba de hacerle la vida imposible cada día tanto en la escuela como en las clases de ballet donde era la favorita de su madre.
Suspiró.
Tomó la perilla de la puerta y la abrió lentamente. Cuando la puerta se abrió del todo vio al salón que estaba casi vacío. La profesora aún no había llegado y Jenna tampoco, eso era bueno. Se sentó en uno de los asientos del fondo evitando las miradas incomodas por parte de sus compañeros. De su mochila saco un pequeño cuaderno color verde manzana y comenzó a golpear la tapa con su lápiz mientras apretaba sus labios. Un fuerte ruido hizo que levantara la vista. Ahí venía la profesora con Jenna y todas sus amiguitas por detrás.
-Buenos días alumnos- Saludó con tono serio- Saquen sus libros en la página 213 y tú Jenna ve a sentarte.
No dijo nada y obedeció mientras miraba a Emma con una sonrisa que reflejaba maldad.
La hora se paso rápido y las clases habían llegado a su fin. Todos estaban aprontando sus cosas y la profesora dio un anuncio:
-Bien… esta semana tendrán que hacer un trabajo practico de a dos.
Todos bufaron.
-Silencio, yo armaré los grupos.
Otra vez los bufidos.
-¡Silencio! Estos son los grupos…
Comenzó a nombrar a todos por sus apellidos, no le preocupaba que no la nombraran a ella, le preocupaba que no nombraran a Jenna y los nombres se iban acabando y justo ahí fue cuando lo escucho.
-Miller, Carter ustedes son el último grupo.
Y ahí fue cuando su mundo se vino abajo.
¿Un trabajo con Jenna? De ahí no podía salir nada bueno.

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Ayúdame |Izzy Stradlin|
FanfictionIzzy conoce a Emma en el momento que su mejor amigo le implora de rodillas ayuda para conquistarla. Es la propuesta más rara que le ha hecho hasta ahora y la más sospechosa. Aún sabiendo que Axl no tiene inconvenientes para que las chicas caigan ren...