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Tic, tac, tic, tac.

El tiempo avanzaba a paso lento, mientras el corazón de los protagonistas latía a toda velocidad. Dylan, les miró por milésima vez y como las veces anteriores, fijó la vista en ambas manos entrelazadas.

- Entonces… - Enarcó una ceja - ¿Son pareja? ¿Están en algo al menos?

Izzy iba a contestar, pero Emma se apresuró a negar con la cabeza.

- No somos nada, aún – Desvió sus ojos al moreno, quien permanecía en silencio a su lado. Apretó los labios y continuó – Por favor, papá. Por todo lo que quieras en éste mundo…

- No le digas a mamá – Vociferó a coro junto su hija. Embozó una sonrisa y tomó la mano libre de Emma entre las suyas – Muy bien, muchachos. A partir de hoy, será nuestro secreto.

- Entonces… - Izzy abrió los ojos de par en par, conteniendo las tremendas ganas de bailar encima de la mesa.

- Así es, hijo – Giñó un ojo – Mi pequeña es toda tuya.

                                      [***]

- ¡Slash! ¡Cierra el pico, carajo! – El pelirrojo frotó sus cienes, exasperado.

- Uy, la niñita está de malhumor – Siguió cantando al ritmo de Foo Fighters, sin importarle los dolores de cabeza que le estaba dando a su amigo.

- Bestia, cállate antes de que empeores las cosas – Duff bebió hasta la mitad de la botella llena de líquido amarillento.

- Más de lo que Axl la ha cagado, no creo – Se sentó al lado del rubio.

- Si no quieren que termine por sacarlos a patadas, sólo cállense.

- Hey, amigo. Tampoco es para tanto, ni que la hayas dejado embarazada – Slash rió, pero su amigo permaneció serio – Axl no me digas que…

- No, no es posible y tampoco pasará – Ahora estaba de pie, caminando en círculos por la gran sala de estar - ¡Maldita sea! ¡Soy un inútil!

- De eso ya nos habíamos dado cuenta – Murmuró Steven, bajando las escaleras. - ¿Por qué tanto alboroto?

- Axl no sabe usar condón – Duff dio otro trago.

- ¡¿Qué?! – El ofendido se lanzó sobre el rubio - ¡Voy a matarte!

- ¡Basta, pelirroja! – Steven lo tomó de la camiseta – Quizá, el edificio parlante tenga razón. Además, por favor, te dobla en altura y fuerza.

- Gracias, Popcorn – Sacudió sus jeans y le gruñó a Axl. Éste último iba a decir algo, pero su bolsillo derecho comenzó a vibrar, en señal de llamada. – Es Jenna.

                                       [***]

- Hey, rojiza. ¿Qué piensas? – Izzy le abrazó por la cintura, su chica miraba a algún lugar del inmenso patio, distraída. Su chica, que bien sonaba eso.

- ¿Has notado que Axl está bastante cerca de Jenna últimamente? – Frunció el entre-cejo -  No es que me importe, pero…

- Yo también lo he visto – Tomó asiento junto a ella, apoyando su cabeza en su hombro – Es extraño ¿no cree, detective? – Dejó ver esa hermosa sonrisa que sólo él poseía.

- ¿Detective? – Emma sonrió, sin despegar los labios – Trataré de no darle importancia, de todas maneras, como dije, me da igual – Rozó su nariz contra la del chico, dándole un beso esquimal, para luego hacer lo mismo en sus labios.

- ¡Ow, mira Lea! ¡Pero si son adorables! – La castaña juntó sus manos, chillando.

- Demonios, Sara. Que has arruinado el momento. – Lea bufó.

- Primas – Izzy rió, enarcando una ceja.

- ¿Son tus primas? – Preguntó Emma.

- De nacimiento, nena – La menor le sonrió de lado. - ¿Qué hacían?

- Hablando, nada más – Sara soltó una risa e Izzy viró los ojos. – Es en serio ¿ustedes también lo han notado?

- ¿A qué? – Respondieron al unísono.

- Axl y Jenna, más juntos que antes – La pelirroja respondió por el moreno – Es raro.

- Oh, si – Sara iba a agregar algo más, pero su hermana hizo que callara.

Todos fijaron la mirada en la persona que Lea observaba. Axl venía caminando hacia ellos, más blanco que un papel y temblando como gelatina.

- Axl, ¿qué carajo te ha pasado? – Lea se puso de pie y lo tomó suavemente de los hombros.

- Yo… Jenna… ella… - Le costaba articular palabras.

- ¡Axl, vocaliza! – Gritaron los otros tres.

- Jenna… ella… está embarazada – Quebró en llanto, como si fuese un niño al que le han robado su juguete favorito.

Izzy y Emma se miraron, Sara y Lea levantaron al chico del piso. Pero todos con algo en común, nadie sabía qué hacer o qué creer. Sus sospechas más profundas eran ciertas,  está vez Axl si que había metido la pata.

Ayúdame |Izzy Stradlin|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora