Capítulo I

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Criaturitas del mundo 🌎❣️ no importa a qué hora, cuando (en que año, mes, semana o día) y donde, lean esta historia, le agradeceré eternamente y les pediré que me dejen sus comentarios (y estrellitas ✨🌚, solo si quieren, no me golpeen 💕) me gusta leerlos y saber de ustedes 🙋🏻💕
Esta historia fue escrita es un momento de ocio y me tardé un montón de decidir si subirla o no 🤦🏻‍♀️ porque tenía años sin escribir nada, pero bue.

Espero disfruten tanto de ella como yo lo hice, besos sabor Joe 😏❣️✨

Pd. El reparto es para darse una referencia de más o menos el aspecto físico de nuestros queridos personajes 🖤 realmente ninguno cumple todas las características, pero son lo más cercanos posible (a excepción de quienes están como "ellos mismos"🌚)

***


Apreté los ojos, molesta por el ruido y arrugué la nariz. Olisqueé la almohada y la abracé con fuerza. Doble las piernas sobre el estómago y suspiré. Maldita sea.

El despertador sonaba apremiante. Abrí el ojo izquierdo y miré el techo, oscuro, miré a mi izquierda y me encontré con la gruesa cortina que tocaba el piso y se encontraba del otro lado de la habitación, era tan larga como la pared, miré hacia abajo y me encontré con mi cuerpo semidesnudo sin ninguna sábana encima.

—Liam...— susurré alargando el brazo para alcanzarlo

Mis dedos chocaron contra su espalda y los zarandeé un poco. El reloj se apagó.

—Liam, levántate, tu despertador está sonando

—Demonios _____, déjame dormir cinco minutos más— musitó molesto. La alarma volvió a encenderse.

—Mierda...— me levanté y pasando por encima de él, lo apagué de un golpe

No podía dormir más. Me senté en la orilla de la enorme cama y prendí la lámpara de mi buró, me levanté y estiré mis brazos sobre mi cabeza lanzando un bostezo al aire y apretando los puños.

Caminé por la madera fría del apartamento y me encerré en el baño. Desde el espejo me miró una demacrada mujer de baja estatura, delgada y algo escuálida, a decir verdad, pálida y de cabello pelirrojo largo, ondulado y esponjado cayendo por su espalda.

—Hoy te ves peor que nunca— le susurré mientras intentaba borrarle las oscuras ojeras con un tallado de ojos y quitarle las pequeñas pecas de las mejillas con un lavado de cara.

Miré mis ojos, verdes y brillantes como cada mañana, con rastros del maquillaje anterior.

Busqué un tazón en la cocina y me serví cereal con leche helada. Mastiqué poco a poco y sentí su presencia detrás de mí.

—Te queda bien— elogió jalando su camiseta de la noche anterior de mi espalda y rodeando la barra de la cocina

—Y a ti...— coqueteé mirándole los azules ojos mientras lamía mi cuchara

Liam era un hombre alto y fornido, mucho más alto que yo, con el cabello rubio castaño y los ojos color mar, con la barba de candado crecida lo suficiente y las piernas de atleta que le quedaban exquisitas debajo de los jeans.

Nos conocíamos desde la universidad. Él estudiaba leyes y yo medicina, habíamos sido amigos desde el principio, pero hacía un año y medio que éramos pareja.

Él había jugado futbol americano para el equipo de la universidad y yo había sido porrista una temporada por él. Nos gustaba estudiar juntos en la biblioteca hasta tarde y el solía limpiar mis lágrimas antes de los exámenes finales, nos conocíamos a la perfección, él había aprendido a hacerme una coleta cuando vomitaba el tequila después de una fiesta en la fraternidad y yo sabía cómo le gustaba el café, había sido el peor mujeriego que pude conocer y yo fui quién limpió muchas veces su desastre, a cambio de las múltiples veces que me había cubierto tras haber escapado de clase o por no llegar a casa.

Todas las noches de mi vida [J.Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora