Capítulo XI

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*Joe*

Cuando llegamos a la casa sería cerca de las 11:30 de la noche, se escuchaba ligeramente la música que provenía del apartamento, entré al edificio, seguido de Nick. __________ nos recibió con una sonrisa encantadora.

Llevaba un vestido negro pegado, hasta la mitad del muslo, que le marcaba todas las curvas, de tela negra y el cabello recogido en una coleta, con unos tacones imposibles.

—__________— ronroneó Nick, besando su mejilla— te ves increíble ¿cierto, Joe? — me miró

—Sí, te ves bien Evans— le sonreí mientras me quitaba la sudadera

Desde mi entrada a la residencia, había olvidado como vestirme para una fiesta casual, pues solo había asistido a cenas llenas de vestidos largos y trajes formales. En cambio, Nick, recién egresado, parecía en su elemento, ____________ lo estaba presentando con la gente del hospital que yo ya conocía, me quedé mirando el techo.

De alguna manera, la pelirroja había conseguido que su casa pareciera una especie de discoteca psicodélica, hice nota mental y me prometí preguntarle si experimentaba con drogas.

Había escondido los muebles de casi toda la casa en algún lado y había dejado un espacio enorme como pista de baile, al fondo tenía una mesa llena de botellas de licor, refrescos y jugos, vasos y limones. La barra de la cocina estaba llena de frituras y de jelly shots de colores, el aire tenía un ligero aroma a cigarro y la ventana estaba abierta, pero lo que más me sorprendió fue el color del lugar. Había cambiado las bombillas por unas de color púrpura y tenía un pequeño láser que enviaba lucecitas de colores en todas direcciones en tiempos determinados. Se me acercó en la extraña oscuridad.

—Comenzaba a creer que no vendrías— me gritó por encima de la música

—No me habría perdido esto por nada— le sonreí de lado— ¿Nick?

—Ocupado— volteó a verlo, bailaba con su amiga Anna y tenía un vaso en la mano— ¿un trago?

—Buena idea— me ofreció un vaso desechable casi lleno, de sabor fuerte, ella me imitó y beso el límite del suyo

—¿Dónde están tus muebles?

—Es un secreto— se río, yo terminé mi vaso y tomé una botella de tequila, la sopesé en las manos

—¿Me dejarás ganar? — preguntó mientras servía más en nuestros vasos

—Por supuesto que no

—Vamos Jonas, todos sabemos que ganarás

—Defiende tu orgullo, Evans— tomé mi vaso y lo terminé por segunda vez

—Mi resistencia es buena, pero jamás he tenido buena experiencia cruzando alcohol

—¿Bailas? — la ignoré

—Perfectamente

Le ofrecí una mano y la arrastré en medio de la habitación. Dios mío, se pegó a mí y me puso los brazos alrededor del cuello, tomé su cintura y me moví lentamente, con la música entrando por mis oídos y el olor a alcohol por la nariz, su aliento era alcohólico.

La luz púrpura se reflejaba en sus ojos y sus labios, color crema, estaban hinchados.

*____________*

Joe se veía increíble con los jeans color negro y la playera gris que llevaba, junto con unos Adidas blancos, si no lo hubiese visto antes, abría jurado que era un universitario a punto de romper corazones.

Todas las noches de mi vida [J.Jonas]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora