Las memorias de Chase: Capitulo 2

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El día antes:


El sol saliendo desde el horizonte de las fértiles montañas, resplandeciendo la tierra con su calidad luz de la mañana, indicaba que un nuevo día había llegado. Las calles de Night Valley poco a poco fueron llenándose de transeúntes y mercaderes. Tanto la plaza principal como las casas del pueblo estaban siendo decoradas con adornos festivos para la llegada del tan esperado "Festival de las Calabazas", un evento que se llevaba a cabo anualmente durante la cosecha de vegetales. En esta celebración se armaban grandes espectáculos con luces, carrozas y presentaciones teatrales. También se hacían concursos en el que participaba gente de todas las edades y tamaños. La competencia más esperada, llamada "esculpir la siembra", consistía en que los participantes debían traer la calabaza más grande de su cosecha y comenzar a esculpirle cualquier figura salida de la imaginación. La calabaza ganadora sería puesta en la entrada del pueblo como un símbolo de admiración. Ya que la magia había sido legalizada en Night Valley, se permitió crear un concurso extra llamado "Torneo mágico" en el que participaban solo los magos del instituto. Consistía en que cada mago debía mostrar que estaba listo para adentrarse en el bosque de los lamentos, enfrentándose en una arena de combate contra otros del instituto. Solo los mejores participaban en este torneo, y el ganador recibía grandes reconocimientos y un pase oficial a la logia.

El festival de las calabazas no solo era una celebración, también era un día sagrado para los sabios y los miembros de la logia, pues la luna llena, en su más grande esplendor, permanecía quieta en el cielo. Se creía que cuando la luna estaba llena, significaba que la puerta del mundo espiritual se habría, permitiendo la salida de cualquier entidad, sea buena o mala. Los sabios llevaban a cabo un rito astral, para de esta manera atraer a los seres benignos y apartar a los malignos. Este ritual se llevaba a cabo generación tras generación con magníficos resultados.

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Durmiendo en una posición extraña pero cómoda, Chase babeaba la almohada mientras soñaba con la chica que le gustaba. Su sueño era tan placido que no se despertó ante los rayos de sol que golpeaban su rostro. Pero el fétido olor proveniente de su compañero de cuarto, un viejo y nauseabundo hombre zorrillo que dormía en la cama de al lado, hizo que Chase se despertara con lágrimas en los ojos:

--¡Puag!... ¡Maldición Nelson! Dijiste que no volverías a orinarte—dijo tapándose la nariz con la sabana:

--Lo siento Chase, es que ya estoy viejo, es algo inconsciente—

--Si, pues ahora abra que volver a desinfectar el cuarto—respondió

Chase se las arregló para poder vivir en la posada extranjera. Algunas criaturas del bosque no eran salvajes ni violentas, más bien podían comunicarse con los humanos de manera civilizada y convivir con ellos. Por esa razón fue construida la posada, un lugar para residentes antropomórficos. Sin embargo vivir allí tenía sus ciertas incomodidades, entre ellas dormir en el mismo cuarto con un zorrillo.

Después de hacer una larga fila para entrar al baño, Chase bajó a la sala principal para servirse el desayuno. Normalmente la posada tenía una cocinera que preparaba todo, pero el menú de comida para antropomorfos no era el mismo que el de los humanos. Por eso es que Chase para evitar desayunar; pastel de tierra, sopa de gusanos, ensalada de pasto, y pudin de excremento, se compraba su cereal de hojuelas dulces en la tienda de la esquina. Fue hasta la despensa en donde guardaba sus cosas personales, y al abrirla se llevó la desagradable sorpresa de que tres ratas estaban dándose un banquete con su cereal:

Night ValleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora