Capítulo 4 "Secretos parte. 2"

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-Kyuhyun ¿Estás bien?- pregunto mi padre mientras me recuperaba.

-Solo necesito recobrar el aliento, pero estoy bien- conteste desde el piso.

-Pero mira a quien tenemos aquí, pensé que nunca nos volveríamos a ver, Gilbert- la mujer se levantó de inmediato y comenzó a rodear la habitación- Pensar que te ocultaste entre los humanos, Aion va a estar encantado de saber esta información, incluso ocultaron su poder para no ser detectados, pero tu hijo es tan poderoso que no puede pasar desapercibido, lástima que no tenga ni idea de cómo usarlo-

-No permitiré que le hagas daño, pues te aseguro que a pesar de todo el tiempo transcurrido aún puedo acabar contigo fácilmente, en cuanto a mi hijo está bien entrenado y su falta de conocimiento no es impedimento para darte batalla e incluso derrotarte sin esfuerzo- mi padre empuño su espada y se lanzó al ataque.

No podía apartar los ojos de la pelea, la mujer trataba de buscar una abertura, pero mi padre era muy rápido y lograba bloquear todo ataque, me sentía asombrado pero sobre todo arrepentido por haber causado todo esto por mi capricho, de solo pensar que demasiadas personas podrían salir lastimadas me hacía sentir responsable.

Como si se tratara de una premonición, la batalla se salió de control y abandonaron la habitación para continuar en la sala donde estaba la fiesta, como un acto de reflejo corrí tras ellos para asegurarme que no causarían más daños o que no lastimaran a alguna persona, pero cuando llegue al centro de la casa, la música se había detenido y mis compañeros asustados corrían a la salida. Solo Leo y otro compañero permanecieron ahí, ayudaban a los demás a escapar, perdí de vista a mi padre y a la extraña mujer, pero no estaban lejos puesto que podía escuchar algunos destrozos en la parte superior, de seguir así la casa se nos vendría encima y todos estaríamos en serios problemas.

De pronto la mujer cae desde la parte superior, ya no puede moverse, y mi padre de un salto llega hasta donde esta ella, escucho como comienzan a caer pedazos de concreto, en cualquier momento todo se va a derrumbar. En cámara lenta veo mi amigo Leo está a punto de ser sepultado por los escombros que caen de la planta superior, grito para que se mueva de ese lugar pero no soy lo suficientemente rápido y me quedo ahí estático al ya no lograr distinguir su figura.

Estoy furioso, mi mejor amigo puede morir y todo por mi culpa; la mujer que aún sigue viva se levanta en un último ataque pero esta vez no es mi padre quien la detiene, soy yo, sintiendo como un enorme poder fluye dentro de mí. La detengo con una de mis manos, y con la otra arranco de su cabeza uno de sus cuernos, sin darle oportunidad de hacer algo más, tomo la espada que mi padre trae en la mano y de un solo movimiento la clavo en su horrible ser; dando fin a la batalla.

Cae al suelo inconsciente y mi padre pone una mano sobre mi hombro, su respiración es agitada y se le ve exhausto, pensamos que todo había terminado pero un sujeto con las mismas características que Rizelle aparece frente a nosotros, estoy a punto de atacarlo pero mi padre me detiene en el acto, solo levanta a la mujer y nos lanza una mirada de odio.

El sueño de las HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora