Capítulo 15 "Marionetas parte 1"

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La villa a la que se dirigían los viajeros era un pequeño asentamiento habitado en su mayoría por cazadores, que comerciaban las pieles y la carne de las bestias con las que se enfrentaban. Eran expertos en el combate cuerpo a cuerpo, teniendo conocimiento sobre la magia del elemento tierra la cual usaban en ocasiones como un muro defensivo cuando eran atacados.

Cabalgaron por horas después de su visita a Govannon hasta que por fin pudieron divisar a lo lejos algunas de los hogares de los aldeanos, una ligera sonrisa de alivio se dibujó en el rostro de Kyuhyun cuando hicieron la entrada en la calle de la población. Bajaron de sus caballos para darse paso entre la multitud de gente que se encontraba en el lugar.

—Dejemos los caballos en este lugar y vayamos con mi informante— dijo Chrono a los otros dos jóvenes.

—Todo parece estar en orden, yo no veo nada fuera de lo normal— Sungmin volteaba de un lado a otro buscando alguna anomalía.

—Llévanos con tu contacto el tendrá más información que darnos— el joven príncipe parecía impaciente por resolver el problema.

Chrono los condujo hasta un callejón escondido al final de la calle donde había una puerta en la pared, escrito en enorme letrero de madera se encontraba la palabra "Curandero". Al abrir la puerta una campana sonó avisando de su llegada, de inmediato un hombre de complexión robusta asomó la cabeza de entre los estantes, a simple viste era alto e imponente, su espalda ancha con músculos marcados.

Su cabello negro azabache estaba despeinado y con algunas hojas secas enredadas, en su cara redonda unos ojos apenas visibles observaron fijamente a los recién llegados, al reconocer las figuras de por lo menos dos de ellos una enorme sonrisa apareció haciendo que sus ya pequeños ojos se cerraran ante tal gesto. Vestía un pantalón café y una camisa de color blanco, que a pesar de llevar un delantal de piel, estaban llenas de polvo.

—Pero si son ustedes, Chrono, Sungmin y un invitado— cambiando su expresión al ver al joven Kyuhyun. — ¿En qué puedo ayudarlos? — de inmediato se giró para continuar con sus actividades.

—Hemos venido a investigar como lo pidió Ryeowook, ¿Estará en casa? — pidió el togabito al hombre que parecía ignorar su presencia.

—No se encuentra, salió para atender a tus hombres heridos en combate, es por eso que yo me encuentro cuidando la tienda—

—En ese caso tú podrás darnos lo que estamos buscando ¿no es así Kangin? — Sungmin se sentó en una de las sillas del mostrador.

— ¡No, me niego rotundamente!— gritó señalando al demonio— Cada vez que ustedes vienen a esta tienda el trabajo se multiplica para Ryeowook y para mí, tenemos que solucionar los destrozos que provocan y ni siquiera se aparecen después para ofrecer por lo menos una disculpa, así que regresen por donde vinieron porque esta vez no estoy dispuesto a cooperar— inhaló aire después de ese largo discurso, mientras que el joven príncipe observo furioso a sus compañeros al escuchar esa información alarmante.

El sueño de las HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora