Tres meses han pasado desde que partimos del campamento con rumbo a la frontera sur de Meridian, los cuales me han parecido eternos; durante el día recorríamos grandes distancias cruzando valles, pueblos y montañas. Por las noches recuperábamos energía y nos dedicábamos a fortalecernos con entrenamientos, en ocasiones recordaba con nostalgia aquella vida en el mundo humano, pero no extrañaba nada a lo que estaba acostumbrado, esos lujos con los que crecí; ahora me sentía libre y extrañamente sentía este mundo mi hogar.
—Descansaremos en este sitio, el sol esta por ocultarse y no podemos correr más riesgos— ordeno Chrono mientras se bajaba de su caballo.
—A este paso nos tomará una eternidad llegar— reclame como todos los días desde que partimos, la verdad estaba ansioso por querer encontrar a Alyssa.
—No seas mezquino Kyu, debemos ahorrar energía y sobre todo no dejar que nos encuentren los togabito— respondió mí querido tío Ryeowook, daba la misma respuesta cada día, creo que le divertía fastidiarme.
—Si no fuera por ese idiota de Donghae que fallo en el hechizo ahora estaríamos llegando al Valle de los Reyes— poco antes de partir nos enteramos de que el efecto en el enemigo solo duraría poco menos de cuatro meses.
—Nos dio bastante ventaja majestad— dijo Sungmin quien no se cansaba de llamarme así. —Si nos hubiera dado más tiempo ahora ese idiota estaría haciéndole compañía a Oswald en su prisión de cristal—
—Ya estamos cerca Kyuhyun se paciente un poco, mira el lado bueno gracias a estos descansos has podido entrenar y fortalecerte— el togabito que nos acompañaba me dio una ligera palmada en la espalda, odiaba admitir que tenía razón —Venga, vamos a entrenar— me lanzó mi espada e instante después ya estábamos manteniendo una lucha de entrenamiento.
Debía admitir que esos descansos me ayudaban a entrenar y fortalecerme, ya no me agotaba tanto cuando utilizaba magia y además mantenía más control sobre ella. Paramos el enfrentamiento cuando Ryeowook nos llamó para cenar, el tipo tenía talento en la cocina ya que sus alimentos siempre contaban con buen sabor; me atrevo a pensar que algo le ponía a la comida puesto que en el viaje nos mantuvimos llenos de energía y jamás nos sentimos agotados, no por nada era un médico reconocido.
Después de que terminamos de cenar y ya agotados fuimos a descansar puesto que al día siguiente estaríamos llegando a nuestro destino, me encontraba ansioso y emocionado; la curiosidad de saber que encontraría ahí o como era ese famoso valle me mantenía despierto observando las estrellas. Aunque realmente lo que me carcomía por dentro era encontrar a la dichosa Alyssa y descubrir de una vez por todas que significaba ella para mí.
— ¿Cómo estarán esos dos? — me di la vuelta para dormir mientras pensaba en Lacie y Donghae, esperando que les fuera bien.
A la maña siguiente continuamos el viaje, cabalgamos a todo galope con una sola meta en mente. Un poco después de mediodía por fin pudimos observar a lo lejos el lugar donde la historia de Meridian comenzó, dentro de mí creció un sentimiento de nostalgia indescriptible nunca ni en mis pensamientos más locos hubiera imaginado la belleza del lugar. Enormes estatuas custodiaban un hermoso valle lleno de plantas que crecían con el más verde follaje, un puente conducía una puerta gigantesca de metal que custodiaba un castillo en ruinas; en el agua del lago algunos peces nadaban con tranquilidad y al seguir la vista a una cascada un magnifico arcoíris nos daba la bienvenida.
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El sueño de las Hadas
FantasyMeridian un reino Mágico vive en completa paz y armonía hasta que cierto día cae sobre él una desgracia, invasores de otro mundo llegan a perturbar la paz en busca de una venganza. Su rey tras varios años de vivir escondido en el mundo humano le enc...