Capítulo 11 "Viajeros parte 2"

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—Parece que no hay una sola alma viviendo aquí— Donghae miro a los alrededores buscando el más mínimo indicio de estar habitado —De igual manera no podemos quedarnos bajo la lluvia más tiempo, busquemos donde pasar la noche—

—No tenemos otra opción, será mejor darnos prisa—

De pronto se escuchó un ruido muy cerca de nosotros, sin pensarlo fui corriendo hasta el lugar donde provenía el sonido. Donghae corrió detrás de mí quizá impulsado también por la curiosidad, detrás de un barril un niño se escondía intentando no ser descubierto, se veía muy asustado y por causa de la lluvia su ropa estaba empapada, me acerque lentamente a él intentando no asustarlo más de lo que ya estaba.

—Tranquilo pequeño no te vamos a lastimar— le tendí mi mano esperando que al menos con ese gesto intentara confiar en nosotros —No es bueno que te quedes bajo la lluvia mucho tiempo—

— ¿Qué haces aquí solo? — pregunto Donghae detrás de mí, para ser sincera su presencia no estaba ayudando mucho a disipar el temor del pequeño.

— ¿Ustedes son amigos de esos bandidos? —nos miramos perplejos ante la pregunta del menor.

—No somos malos, solo estamos buscando donde pasar la noche— respondía el chico de ojos tristes — ¿Puedes decirnos donde está toda la gente?— pero antes de que pudieran responder una mujer abrazo al pequeño en brazos.

—Por todos los cielos Chaac, me has dado un buen susto— la mujer era joven y delgada con un cabello rubio hasta la cintura, era muy linda a pesar de estar toda mojada. Llenaba al niño de besos en el rostro alegre por haberlo encontrado— Te dije que no salieras de casa por la noche, es peligroso—

—Disculpe— trate de hacer que notara nuestra presencia ahí, pero al vernos su rostro palideció.

— ¿Quiénes son ustedes? —Dio un paso atrás apretando más al niño en su regazo —No tenemos nada que darles, así que por favor no nos lastimen—

—No vamos a lastimarla, ni tampoco vamos a robarles, solo buscamos un lugar donde pasar la noche— repetía por tercera ocasión Donghae.

—Es verdad mami, ellos me ayudaron— a pesar de no haber hecho nada por el menor, la mujer me observo de arriba abajo.

—Está bien, pueden quedarse en mi casa solo esta noche y mañana se van, no quiero tener problemas con el líder de la aldea—

—Te lo agradecemos mucho, ¿solo podemos ir por nuestro compañero que se quedó con los caballos? — la sonrisa de Donghae hizo perder la compostura de la mujer, fue rápido por Eunhyuk y regreso casi de inmediato.

—Síganme, en cuanto lleguemos les preparé algo de cenar y también agua caliente para que tomen un baño—

Mientras avanzábamos por la calle nos percatamos que los aldeanos pasaban por un momento de crisis, solo nos quedaba descubrir el factor que lo ocasionaba. Al llegar a la casa de la aldeana pudimos respirar aliviados de que por fin teníamos donde resguardarnos de la lluvia, no era un lugar grande pero si acogedor, una pequeña mesa de madera junto a una ventana, dos puertas que probablemente eran los cuartos y una chimenea eran todos los detalles que conservaba.

El sueño de las HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora