— ¡¿Qué hiciste que cosa?!— Yuuko soltó una carcajada, incluso comenzó a girar en el sillón de la risa.
— ¿Qué te parece tan gracioso?— pregunte molesto.
—Lo siento, es solo que no puedo creer que de verdad dijeras eso, pensé que lo habías entendido pero tal parece que no tienen idea de nada— de nuevo se burló de mí, lo mejor era no contarle nada o terminaría riéndose de mis acciones.
—Tía Yuuko si continuas riéndote será la última cosa que te cuente en la vida— la amenace con la máxima seriedad que me fue posible.
—Ya, está bien— paró la risa pero su rostro aún lucia con esa expresión divertida— Dejare que descubras el chiste tu solito más adelante, ahora mejor pasemos a cosas más serias, como tu entrenamiento—
Los días pasan rápido y el entrenamiento va progresando, ya soy capaz de controlar un poco mi poder y mantener una pelea con la tía Yuuko por unos minutos, ella dice que si estuviéramos en Meridian sería más fácil puesto que aquí la magia es cosa poco común.
Hoy es la última noche antes del baile, Yuuko ha insistido en pedirle a Lacie que la deje arreglarla, ella acepto a fin de cuentas y Yuuko se emocionó tanto que no para de hablar de eso. Yo por mi parte me siento nervioso, nunca me había interesado tanto en una mujer como lo hago por esta chica. Estoy viendo la luna desde mi ventana, al observarla una inquietud me invade, como si estuviera presagiando algo dentro de poco.
—El tiempo se acabó Kyu— dice Yuuko desde la puerta de mi habitación –El despertar de Lacie está próximo, la luna indica cambios y nosotros debemos tener cuidado— Abandona mi habitación y mi preocupación crece al pensar en ella.
—***************—
El sonido de las aves me despiertan muy temprano en la mañana, no pude dormir bien de solo pensar en que sería el baile, los nervios me mantuvieron en vela hasta muy entrada la madrugada, ya no puedo estar más tiempo en la cama y me levanto de un salto, me veo al espejo percatándome de unas horribles ojeras debajo de mis ojos. Bajo rápido para dejar todo listo a la llegada de la tía de Kyuhyun, no quiero que encuentre la casa terriblemente desordenada.
El día transcurre normal y de lo más pacífico, cuando volteo a ver el reloj me doy cuenta que ya es demasiado tarde y corro al baño para ducharme, de lo contrario no alcanzare a estar lista para cuando lleguen por mí. Me meto en la regadera y el agua caliente relaja mis músculos tensos, la ducha se siente tan bien, que no quiero salir nunca de ahí, pero no puedo quedarme mucho tiempo jugando con el agua.
Escucho como suena el timbre y cómo puedo envuelvo una toalla en mi cabello y mi cuerpo lo cubro con una bata, bajo las escaleras de dos en dos, y corro por el pequeño recibidor. Abro la puerta y Kyu está parado de espaldas hablando con una mujer que no puedo ver, me falta el aliento y tomo aire para pronunciar unas palabras.
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El sueño de las Hadas
FantasyMeridian un reino Mágico vive en completa paz y armonía hasta que cierto día cae sobre él una desgracia, invasores de otro mundo llegan a perturbar la paz en busca de una venganza. Su rey tras varios años de vivir escondido en el mundo humano le enc...