Ann Letsbourgh
Despierto por una suave sacudida en mi hombro. Abro los ojos poco a poco y veo a mi hermano intentando ser dulce conmigo. Joder, si que lo intenta. Pero vamos, que él es solo un drogadicto de mierda que golpea a su pobre e indefensa hermana.
-Buenos días hermanita.-sonríe. Cualquiera diría que esa sonrisa detrás de esos dientes como perlas es verdadera.
Me levanto de golpe asustada y me alejo de él. Ya se a lo que viene, no está drogado pero sigue siendo un hijo de la gran puta.-H-hola.-no le sonrío y miro hacia abajo.
-Mírame Ann.-me ordena y yo le miro.-Joder, ¿quién te ha golpeado de esa manera?-pregunta preocupado y se acerca a mí.
Al instante me alejo de el con miedo e intento salir por la habitación pero Andrew cierra la puerta.
-Ann.-me mira.-No te irás hasta que me digas quién fue.-se cruza de brazos esperando respuesta.
Joder, qué jodido cabrón. ¿Cómo no se acuerda?, debe estar fingiendo o algo.
-E-eso no te i-incumbe Andrew.-paso por su lado e intento abrir la puerta.-Abre la puerta Andrew.-el abre la puerta y sale conmigo.
-Dime quién fue, es todo.-se para frente a mí.
Guardo silencio por unos momentos pero luego exploto.-¡Me he peleado en la calle!, ¿Vale?-tomo mi bolso y salgo a dar un paseo por ahí.
