Prólogo

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  Podrá nublarse el sol eternamente; 
Podrá secarse en un instante el mar; 
Podrá romperse el eje de la tierra 
Como un débil cristal. 
¡todo sucederá! Podrá la muerte 
Cubrirme con su fúnebre crespón
Pero jamás en mí podrá apagarse 
La llama de tu amor.  

Gustavo Adolfo Becquer.

-Gerard Way

Vaya han interrumpido mi lectura...pero aun así respondí

-Aquí- levante la mano para hacer notar mi presencia.

-Tienes visita, levántate y límpiate la cara tienes una mancha de pintura, por favor.-

-Gracias en un momento voy.

Me levante del piso y me dirigí al lavabo que se encontraba afuera de la sala de terapia social y me lave mi cara,¿cuando fue que me manche con pintura?. Bueno no lo recuerdo, lo haré después. Salí del pasillo para formarme en la fila en donde estaban los otros internos que también tenían visita, levantamos los brazos, las colocamos detrás de la nuca y nos dejamos revisar para al final, uno por uno, y y empezáramos salir, afuera estaban nuestros familiares cambiando la tan dichosas tarjetas de libertad.

Cuando llego mi turno para salir, no pude evitar mirarlo de forma ávida, era igual de hermoso a como lo había conocido antes, me miro fugazmente antes de dirigir la mirada al guardia para verle entregarle una tarjeta verde e intercambiarla por una rosa , me dejaron salir, nos dirigimos hacia el jardín y nos sentamos sobre el pasto algo crecido yo me senté en el sol, él en la sombra, junto al pequeño ser que descansaba sobre sus brazos, cubierto con una manta blanca , la manta que yo le regalé.

De no haberme hablado lo hubiera seguido observando, y diciéndome internamente lo bonito que se veía con el bebe que había sacado, por suerte,  sus hermosos ojos avellanas y por desgracia, la piel tan pálida como la mía.

-Gerard, llevas aqui casi un mes, y no ha habido progreso por parte tuya, ¿pasa algo?.-

Me miró serio, rayos.

-Nada, amor.-

-Siempre te he dicho que eres un pedazo de mierda cuando mientes , ¿sabes?.-

Okay, eso me causo gracia.Me reí.

-Ya, te hice reír, ahora si me cuentas, ¿no?.-

-Quisiera poder decirte , de verdad pero no se que como hacerlo, no sé  que es progreso, no entiendo el verdadero significado de "estar bien", no se siquiera porque estoy aqui ,además mi psiquiatra es un imbécil.

Fue el turno de Frank de reír.

-Gee, lo único que tienes que hacer, es decir todo lo que sientes desde lo mas profundo de ti , al menos para salir de aquí además de tomarte las pastillas, y las terapias grupales. Lo demás lo descubrirás aquí afuera conmigo. -

-No le puedo contar a nadie mas que a ti lo que yo siento, odio las pastillas y las terapias son aburridas además no sé si saldré de aquí.

-Hazlo por favor Gee, por mi, por nuestro hijo y sobre todo por ti. Además, no quieres perderte el cumpleaños de Miles, ¿verdad?.

-No, no quiero. -

-Entonces trata, Gee.-

-Lo hare con una condición

-¿Cuál?.- 

Sonreí de manera pícara  y gateando me acerque a donde él  estaba, incliné  mi cara hacia la suya y casi rozando sus labios con los míos, además, teniendo cuidado de no aplastar a nuestro hijo le susurré.

Fluoxetina. (F r e r a r d)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora