-¡Tranquilícese joven!
-¡Quiénes son ustedes! ¡lárguense!
-¡Hijo, por favor!.-
Se escucho el grito desgarrador de una madre.
Era un habitación azul claro casi como el cielo, la ventana tenia pequeñas manchas de la suciedad del viento, la cortina estaba meciéndose junto a la pequeña ráfaga de viento que se infiltraba por la rendija de ventilación. Había 6 personas aparte de él.
No era silenciosa, no por el momento, un joven forcejeaba con tres enfermeras, quienes lo ataban a los barandales de la camilla, tenia miedo, sentía desesperación, no conocía a nadie, no recordaba a nadie, se sentía tan confundido.
Las palabras de su padre no podían consolar a su madre, no podía hacerla parar de derramar lagrimas sobre sus pies ya atados, como un animal fuera de cabales.
Su madre ya no podía llorar más, pero parecía que su cuerpo encontraba algún pequeño lago de donde sacar más agua y seguir soltando los sollozos mas desgarradores y penetrantes para cualquier persona ahí presente. No podía creer que su hijo estuviera así.
Oh, y su pequeño hermano estaba inerte, no miraba a su alrededor, no escuchaba, en realidad no estaba ahí, estaba sumido en su mundo, lo único que podía ver era lo que sus ojos únicamente le permitía ver, a su hermano completamente atado con lienzos blancos, pequeños pero fuertes, su madre rompiéndose más con su cara roja y sus ojos quebrados, y a su padre que parecía tener una batalla interna en sobre las decisiones que tomara en nombre de su hermano por ahora.
En la otra esquina de la habitación se encontraban las otras tres personas restantes. Igual que los anteriores, un padre, una madre, y un hijo. Solo que ellos no tenían el dolor como una estaca en el corazón como el pequeño amado del chico sin memoria.
No supo porque paso, no sabe el motivo, ¿acaso Dios lo estaba castigando?,¿ tan prohibido era amarlo?.
Hace un par de meses se habían hecho novios, se habían correspondido de la manera en que se debía, ya eran felices o eso se suponía.
No había culpables y es que nadie lo era, fue un accidente o más conocido como "estuvo en el lugar equivocado a la hora equivocada".
Aún así el piensa que fue su culpa, si no lo hubiera hecho enojar, si le hubiera respondido la llamada telefónica, si no le hubiera llegado tarde a la cita, si no se hubiera sentido tan orgulloso para pedir perdón, tal vez, solo tal vez, él estuviera con su amado en la cama revuelta, con su cuerpo encima, acariciando sus piernas, besando su cuello, con las mejillas sonrojadas, como lo fue su primera experiencia sexual hace unos días, pero eso solo era un "tal vez" y un "hubiera".
Se hizo espacio entre el tumulto de la habitación y se detuvo casi enfrente de la camilla, enfrente de él esta su amante, ambos se miran y parece que el corazón del paciente se tranquiliza porque ya no grita, solo se dedica a mirarlo, ambos lo hacen.
El chico atado,esta aturdido hace rato se encontraba llorando, no conocía a nadie y un punzante dolor atravesaba su cráneo como si de una bala se tratase, sus muñecas no correspondían pero podía sentirlas al igual que sus piernas, sentía una presión en su pecho, no podía hacer nada estando atado así que lo único que podía hacer era gritar, pero había parado al ver los ojos de la persona que estaba enfrente de el y tres mujeres vestidas de blanco y labial de diferentes tonos trataban de hablarle pero a el no le importaba en responder ademas de que no sabia que contestar. Un pequeño olor a rosas familiar se mezclo con el ambiente al igual que su mente empañada.
Miraba de forma penetrante la silueta del chico, sus ojos, su nariz, su cabello un poco crecido, los escasos tatuajes que se asomaban bajo la chaqueta guinda, en general, el chico se le hacia conocido, pero no se atrevió a decirlo.
-¿T-tú....?.- las primeras palabras del chico en las semanas que había ocurrido el accidente.
Sorprendidos, esperaban ansiosos la respuesta tan deseada.
-¿Tú quien eres?
El chico esperaba una respuesta , algo que le ayudara a recordar con mas firmeza pero lo único que recibió fue una huida rápida de la habitación y el corazón roto del chico prófugo.
Su pequeña pero intensa historia de amor había acabado.
¿O no? .
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Volví ahora si seguiré la historia xd.
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Fluoxetina. (F r e r a r d)
Fanfiction"A veces los sentimientos de una persona, la superan más allá de lo que alguien pueda imaginar, tanto, que éstos sigan presentes aunque no podamos recordar porqué los empezamos a sentir."