Parte 2
– N-no, Gerard.- ahogó un jadeo y se aferró más de mi espalda.- M-me duele, no, no toques ahí.- alcé su pierna derecha y lo acaricie suavemente hasta llegar a su tobillo, él apretó mi camisa de Supergrass.- a-ah ah.
– Tranquilo, no te muevas tan brusco
– Me duele, juro que voy a gritar si me sigues tocando.
– Ni te atrevas, eso me saca de quicio.
– A ti no es el que te arde ni te duele. ¡Ah!
– Pues, no te muevas tanto.
– No puedo duele.- toque una parte blanda y saltó bruscamente.- ¡Gerard!
– ¡Ya calláte!
– ¡Pues me duele, cara de imbécil!
– ¿¡Quién te manda a saltar de las cajas!?
– ¡Yo quería ser Batman!
– ¡Pues a la próxima que quieras ser Batman, hazlo cuando tengas un colchón o algo esponjado que amortigüe el salto y no caigas como un saco de papas!.
–Pensé que me ibas a atrapar
-–¿Me avisaste?.- no me respondió solo infló sus mejillas y miró hacia otro lado.- ¿no, verdad? así que ahora déjame ver tu tobillo a ver si no te lo fracturaste.
-–No creo, parece que solo me duele por lo del golpe.Después de desayunar y de escuchar las plegarias de Frank y de lo aburrido que estaba la película, Frank me convenció a ir al sótano para ver los "secretos de mi familia", así que sólo pude tomar una lámpara porque a pesar de que no bajaba mucho, al menos dos veces al mes o menos, sabía que no había luz en todo el sótano, sólo donde estaban las cajas de Navidad y Halloween, tomé de la mano a Frank, y bajamos al tan dichoso cuarto, como todo sótano, había unas escaleras de metal y el interruptor , el cual prendí, iluminó lo suficiente para ver donde pisábamos y no caer, El Enano solo me tomaba con fuerza del antebrazo el cual me empezaba a doler por tanta presión ejercida.
– Frank, mi brazo. Me duele.
– Oh, lo siento
– ¿Estas bien? Estás algo pálido .
– No no es nada,es sólo que...- vi como veía la parte mas obscura. Soltó mi mano.
– Te da miedo.- agachó la mirada.- Pues tú eras el que querías bajar así que ahora te aguantas jovencita.
– ¡Hey! no soy una jovencita.
– Ajá y yo soy prieto.
Volví a tomarlo de la mano y bajamos de las escaleras, estas rechinaban con cada paso que dabámos, estando ya dentro del sótano le pregunto que es lo que desea ver, porque yo solo veo cajas y bolsas llenas de polvo, me apoyé de una caja e inmediatamente sentí mi mano llena de polvo, que asco. Frank se soltó de mi agarre y fue hacia la parte donde el foco alumbraba más.
– ¿Y que vas a hacer? no hay nada interesante aquí.
– Ha de ver algo, sólo es cuestión de buscar, empezaré con estas cajas chicas.- señalo unas cajas forradas de azul, solo asentí, observé el resto del cuarto, había incluso juguetes de cuando éramos niños, los cuentos que mi mamá nos contaba a Mikey y a mi antes de dormir, todo un salón lleno de recuerdos de nuestra infancia...
– Ya vámonos Frank, ya me aburrí, no hay nada
– ¿Me pregunto que habrá en esta caja que dice "Bebe Gee"?
Así de como vergüenzas y faltas de dignidad.
– No te atrevas a ver algo.
– ¿Porqué no?
– Simplemente no.- Frank me ignoró olímpicamente y abrió la caja, esperaba que sacará mis fotos donde salgo desnudo o estaba en el baño, cuando tome el maquillaje de mi mamá y me lo puse en mis partes íntimas, yo que sé, todo lo que te puede sacar lo poco de dignidad que te queda. Pero sólo lo ví sacando ropa de bebé y un peluche que reconocí inmediatamente.- ¡Mr. Pumpkin!
– ¿Qué?
– ¡Mr. Pumpkin! pensé que jamás te volvería a ver.- se lo quité de las manos a Frank y lo abracé con fuerza.
– ¿Qué rayos, Gee?
– Es un juguete de mi infancia.
– ¿Y porque tanta alegría por encontrarlo?
– Creí que lo había perdido hace cuatro años.
– Vaya, ya tiene tiempo entonces.
– Lo sé, pero lo bueno es que lo encontré.
– Tienes catorce, por Dios Gerard.
– ¿Y? Ni que ya tuviera una familia.
– Además ¿porqué le pusiste "Mr. Pumpkin"?. Es un borrego no un gato o perro.
– Me gustan las calabazas, desde niño y ya cállate.- abracé el peluche más a mi pecho.- me lo dió una persona sumamente importante.- volteé hacia el lado contrario de Frank, con solo recordar ese momento, se me llenan los ojos de lágrimas.
– Vale, ya me lo contaras después, pero sigue siendo un nombre tonto.
– Este men. Vámonos allá arriba, ya no hay nada que ver.
– ¿Cómo de que no? Si sales bien guapo en esta foto vestido de elefantito.
– ¡No veas eso!
– Pero mira que trompa. Grrr.
– ¡Juro que te voy a partir en dos!
– ¡Mira ésta! ¡ahora eres Peter pan! ¿y esas mallas? ¡son divinas!.
– Ahora si ya te jodiste.
Me aventé contra Frank y caí directo al piso junto a Mr. Pumpkin en brazos, Frank me había esquivado con una agilidad digna de un enano.
– ¡Pero si están bien tiernas , Gee! ¿habrá de Mikey?.
– ¡Devuélvelas ahora mismo!.- me levanté del piso y corrí hacia Frank quien se subió a un montón de cajas que estaban apiladas en la esquina.
– Baja de ahí.
– Si no me golpeas me bajo sino le tomaré fotos a las fotos.
– Ni se te ocurra.
Frank me sacó la lengua y juro que en ese instante quería matarlo, como no tenía con qué, le aventé lo que estuviera al alcance de mi mano, literalmente.
– ¡Auch! Para ser esponjosito esta muy duro.
– Ya Frank, dámelas.
– ¿Quien es Frank? Yo no soy Frank.
– Entonces quien eres.– me acerque a donde estaba Frank para ver dónde había caído Mr. Pumpkin al mismo tiempo que escuché una exclamación.
– ¡Yo soy Batman! Turururu
Y una estruendo de cajas y porcelana vieja, cayendo del lado oscuro del sótano.
– ¡Pero qué te pasa!
– ¡Pensé que me ibas a cachar!
– ¡No me avisaste!
– Mi tobillo.
– Ya calláte, mira el tiradero que has hecho.
– Después lo arreglo,. Pero en serio me duele mi tobillo
– ¿Estás bien?
– Yo si pero mi tobillo no.
– Déjame ver.
Y así es como llegamos al principio, levanté a Frank y lo puse sobre un escritorio viejo de mamá, su tobillo se veía hinchado.
– ¿Seguro que sólo fue el golpe?
– Si no te preocupes. Parece que ya me puedo parar.
– Seguro?
– Ya te dije que sí. Vamos ayúdame.
Le tome el brazo que estiró para poder bajar del escritorio. Por un segundo volteo a ver el suelo, pude ver una caja, pequeña, donde alcance a ver unas fotos, donde mi mamá salía abrazada de un hombre. Un hombre que no conozco.Suelto el agarre y me agacho para poder tomarlas, en todas está ese hombre, en algunas sólo, en otras con mi mamá y en otras conmigo. ¿Que demonios es esto?.
– Gerard, ¿estás bien?.
– Hay fotos,Frank. Fotos.
– ¿Es algo importante para ti?
– El problema es que no sé quién es este hombre.
– ¿Ese eres tú de bebé, no? ¿Si no lo conoces que haces ahí?
– Eso es lo que tengo que averiguar.
Veo el resto de las fotos, cuando mi mamá estaba en el hospital abrazada por él y yo en sus brazos, en un bosque, en un restaurante, en una fiesta que yo sí recuerdo. Mi fiesta de tres años. El origen de Mr pumpkin.
– ¿De dónde habrán salido estás fotografías?
– Puede que de allá. Hay una caja más o menos grande pero aún no me puedo bajar del escritorio, me ha empezado a punzar.
Mencionó Frank desde el escritorio, había una caja, tirada como medio metro de la caja pequeña. Fui hacia ella, me arrodille y lo que vi me hizo explotar.
Era un vestido de novia, junto a esos accesorios que ni se para que son, más fotos de él, pareciera que sólo son fotos guardadas en donde sale él. ¿Pero quién es ÉL? ¿Porqué aparece en todas las fotos?.
– Gee, tu mamá ya va a llegar, ayúdame.
– Chitón, ya casi acabó.
– Ya me quiero ir.- dijo en un puchero que me hizo reír en cuanto me volteé a verlo.
– Tu querías una aventura en el sótano, ¿no?, Pues ahora te aguantas.
– Pero tengo el tobillo lastimado y eso ya no puede ser padre en una aventura.- sólo gire los ojos y me dispuse a buscar más cosas
Hasta que la palabra de Frank me taladró la lógica. Y pudo darme una opción. Pero todo eso se quedó suspendido cuando buscando al fondo de la caja una foto, particularmente maltratada y vieja.Una foto de bodas. De mi mamá y de "él".
"Donna Way y Donald Way, juntos por siempre"
Y una carta.
"Querido Hijo, cuida a tu madre y a tu próximo hermano pronto a nacer.."¿Quién eres Donald Way?
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Les viene lo bueno
Salvando el semestre.
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Fluoxetina. (F r e r a r d)
Fanfic"A veces los sentimientos de una persona, la superan más allá de lo que alguien pueda imaginar, tanto, que éstos sigan presentes aunque no podamos recordar porqué los empezamos a sentir."