(4) Ignis

320 34 4
                                    

Una llama se encendió en algún  lugar del mundo. Lauren y Josh aparecieron en una habitación. Era muy amplia y apenas estaba amueblada. Todas sus paredes eran de cristal, perfectamente transparente, que permitía que una gran cantidad de luz inundara el cuarto. En el centro había lo que parecía un sofá, pero la parte para sentarse era tan ancha que habría parecido una cama si no hubiera tenido brazos ni respaldo.

- ¿Dónde estamos? - preguntó Lauren.

- Esto es Ignis la Casa de Fuego - presentó Josh.

- Es impresionante - al pronunciar la palabra, fue bajando el tono de voz hasta casi no decir la última sílaba.

Entonces, la chica se desplomó. Josh sabía que pasaría, así que la cogió a tiempo. Como él también estaba algo débil, la tumbó en el sofá. Apreció su rostro sereno mientras dormía y le colocó sus cabellos castaños. El chico sonrió. Sabía que a Lauren no le gustaría el cambio, pero que se acabaría acostumbrando, pues era bastante fuerte. Sabía que le gritaría para que le explicara lo que pasaba, y que cuando lo hiciera no le creería. No conocía de nada a Lauren, pero había estudiado durante prácticamente toda su vida a Aries y ambas eran la misma persona. Sonrió y decidió explorar la casa.

Deambuló por los pasillos de Ignis. Esa vivienda era toda una leyenda, y sólo había podido acceder porque Lauren estaba con él. De no haber sido así, no habría sido capaz de encontrarla. El salón de paredes de cristal estaba en el centro de la casa. En una esquina de este había una escalera, que ascendía y descendía. Por lo que Josh supuso, debía de conducir a las distintas habitaciones. Para su sorpresa, las paredes que había a ambos lados de esta también eran de un cristal totalmente transparente. Sin embargo, tampoco se veía ningún paisaje a través de ellas, puesto que la luz era tan intensa que no se podía mirar más allá. Escaleras arriba, Josh llegó a la puerta de una habitación. Estaba fabricada con madera de un color rojizo y había un carnero tallado en ella. Josh comprendió que sería el cuarto de Aries, pero no se atrevió a abrir la puerta. Esperaría a que Lauren se despertara para poder hacerlo.

Bajó de nuevo hacia la sala de estar y observó a la chica, que seguía profundamente dormida. Había gastado bastante energía cuando estaba furiosa, una energía que Josh había canalizo para lograr llegar hasta Ignis. Porque sólo podía haber transportado a dos personas con esa energía que Lauren le había prestado. Además, si no hubiese sido suya, de Aries, no podrían haber alcanzado Ignis. Igual que si Josh no hubiera sabido como era la casa leyendo tantas leyendas, no habría podido pensar con claridad en el lugar al que quería llegar.

Pero localizar a Aries había sido la parte más difícil. Se sentía orgulloso de haber sido él quién lo había logrado, y no cualquier otro aprendiz de zodiaco nacido entre el 21 de marzo y el 21 de abril. A partir del momento en el que la vio, supo que era ella, y que sería su servidor para siempre. Él sería su chico de confianza, porque así lo dictaban las normas. De los aprendices de cualquier signo del zodiaco, sería su acompañante aquel que primero lo encontrara. Y él había sido el primero y había cumplido su sueño. Josh se sentía bastante orgulloso de sí mismo.

Decidió continuar explorando Ignis, la casa en la que había deseado vivir desde que le nombraron aprendiz y servidor de Aries. En el salón, había también una puerta. Aunque esta, en vez de un carnero, había un león tallado en ella. Sería la habitación de Leo y de su aprendiz, o Jelhoc, como también se llamaban.

Bajó por las escaleras, y se encontró con otra puerta. Comprendió que sería la habitación de Sagitario, cuando se percató del centauro tensando un arco que había tallado en ella.

Suspiró. Si todo iba bien, conocería a todos los signos del zodiaco y, además, viviría con los grandes Leo y Sagitario. No podía creerlo, al fin y al cabo, podría ser que los sueños si se hicieran realidad. Pero tenía que centrarse, no estaba ahí para cumplir su sueño, sino para salvar el planeta. Debía esforzarse en recordarlo.

- ¿Dónde estoy? - escuchó en el piso de arriba.

Aries (Doce Elegidos I) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora