(25) Theo en Ignis

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Lauren decidió volver a Ignis para prepararse. Una llama apareció a su alrededor, pero Theo la agarró en el último momento. Si ella no hubiera querido llevarle a la casa de fuego, no lo habría hecho. Pero en el fondo de su corazón, no quería estar sola. Ahora que Josh no estaba, deseaba alguien que le hiciera compañía, alguien que entendiera cómo se sentía y sus preocupaciones. Y, en ese momento, la única persona que sabía realmente por lo que estaba pasando era él.

Aparecieron en el amplio salón de Ignis. A Theo le deslumbraron un poco las paredes, pero en seguida se acostumbró. Había agarrado el brazo de Lauren porque la acompañaría hasta el fin del mundo si era necesario, no quería dejarla sola cuando más necesitaba a alguien. Sin embargo, no había pensado bien, porque todavía le dolía el hombro al que había atravesado la bala. No había caído en que, estando herido, sería más una carga que una ayuda. Pero ya no pensaba echarse atrás.

- ¿Aquí vivís? - preguntó, aunque ya conocía la respuesta.

Lauren asintió.

- Esto es Ignis, la casa de fuego - presentó - Por ahora sólo vivimos Josh y yo aquí, pero cuando llegue el momento Alex y Brooke y Sagitario y su Jelhoc vendrán con nosotros.

- ¿Alex y Brooke? - inquirió Theo.

- Leo y su Jelhoc, es una larga historia - contestó, quitándole importancia.

El chico asintió, conforme. Conocía a Lauren desde que eran pequeños y sabía que si no quería contar algo no lo iba a hacer, por mucho que le insistieran.

- ¿Por qué estamos aquí?

- Porque es el mejor sitio para pensar, nadie nos puede molestar - respondió la chica.

- ¿Tienes algún plan para encontrar a Josh?

Ella negó con la cabeza.

- No, pero ya se nos ocurrirá algo.

No creía en absoluto en aquellas palabras. Sentía que estaba buscando una aguja en un pajar y que jamás lo encontrarían, que sería imposible. Porque, si bien Theo decía que aquel policía conocía el zodiaco, tal vez supiera cómo transportarse a cualquier lugar del mundo. En cuyo caso, estarían perdidos. Odiaba sentirse tan impotente, sólo le faltaba un dato para acudir a dondequiera que el chico se encontrara y rescatarlo de allí, su ubicación.

- Quizá debas descansar, así tu cerebro funcionará mejor - observó Theo.

- Pero Josh estará ahí, en alguna parte, perdido - negó ella - ¿Y yo voy a estar aquí durmiendo?

- Pronto se hará de noche - informó el chico - Esta mañana he ido a denunciar a Josh a la policía, después he descubierto que no era responsable de tu desaparición y cuando he ido a sacarlo de la celda un hombre nos ha disparado a mí y a otro policía. He estado en el hospital toda la tarde, de repente estás junto a mí y viva pero resulta que cuando te encuentro quieres ponerte en peligro para rescatar al chico que acabo de denunciar. Y encima sólo he comido algo de arroz para enfermos que me han dado en el hospital. ¿Tú quieres matarme?

Acabó riéndose, aunque Lauren detectó algo anormal en su risa. Parecía, no sé, ¿qué le dolía reírse? Cayó en la cuenta.

- ¡Tu herida! ¡No te habrá dado tiempo a curarte, hay que volver al hospital! - exclamó Lauren - Tal vez, si te llevo ahora, las enfermeras no se den cuenta de que no estás.

- Lauren, no voy a irme a ninguna parte - declaró el chico con cierto cariño, apoyando una mano en el hombro de la chica.

- Theo, no me apetece discutir contigo.

- No te corresponde a ti la decisión, sino a mí, así que no tenemos nada que discutir - no lo dijo con tono amenazante ni duro.

Entonces, Lauren se marchó. No se transportó a ningún sitio, sino que subió las escaleras y entró en su cuarto, el cuarto que compartía con Josh. Se sentó en la litera de arriba, con los pies colgando, la espalda pegada a la pared y la cabeza apoyada en la almohada que tenía entre sus brazos. Como cada vez que pasaba por una situación difícil.

Tomó el collar que Alex le había regalado y lo acarició con las yemas de los dedos. "Para que recuerdes quién eres" las palabras del chico no dejaban de resonar en el interior de su mente.

- ¿Y si no quiero ser Aries? - le gritó a la nada.

Entonces, Theo, que había estado dudando tras la puerta rojiza con el carnero, decidió entrar.

Aries (Doce Elegidos I) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora