(18) Fuga

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- Intentaré convencer al policía de que eres inocente - aseguró Theo - Le diré que no eres tú, que te he confundido con otra persona o que vi a Lauren después de que saliera del insituto.

Josh asintió.

- Gracias.

- ¿Por qué? Estoy intentando enmendar mi error, así que, en vez de decirme gracias, yo te tendría que pedir perdón - dijo el chico - Haré lo posible para que te saquen cuanto antes y podamos encontrarla... Espero que no sea tarde por mi culpa, no me lo perdonaría.

- Todo va a salir bien - afirmó Josh tras los barrotes.

Theo asintió y se marchó, en busca del agente Carter. El chico no le había confesado que podría haber escapado, podría irse y no regresar jamás. Pero seguramente el vecino de Lauren lo obligaría a irse, y él no quería meterlo en problemas. Era el único que había hablado con él, el único que podía haberlo liberado. Además, no quería llamar la atención. Un sospechoso fugado misteriosamente, sin forzar la cerradura ni nada era más cantoso que un simple sospechoso. Así que se quedó sentado en la cama que había allí, de sábanas tan grises y frías como las paredes de la habitación, esperando a Theo, Carter, o cualquiera que le trajese noticias.

- ¿Josh Grey? - preguntó alguien del otro lado de la verja.

El chico alzó la cabeza. Era un policía, pero no era el agente Carter. Había algo raro en él. Algo poderoso, que atraía a Josh hacia aquel hombre.

- Soy yo - afirmó enseguida, sin pensárselo dos veces.

El policía asintió.

- Voy a sacarte de aquí - dijo.

El chico sonrió, convencido. Le parecía que su amigo Theo había hecho un gran trabajo. Pensaba que le resultaría bastante más complicado convencer a los policías para que lo sacasen de allí, que serían gente inteligente y que no se dejarían persuadir por cualquiera. Pero, o los agentes eran muy inocentes, o Theo era un experto a la hora de conseguir lo que se proponía.

El hombre abrió la celda y lo dejó salir. Se quedó observándolo, su cara le sonaba de algo. Era bastante alto, y tan fuerte como Carter. Llevaba el pelo castaño muy corto, rapado casi al cero, lo que contrastaba con la barba que llevaba. Sin embargo, le quedaba bien. No era un hombre feo. Tenía los pómulos marcados y parecía que se había echado rímel o algo parecido, porque tenía unas pestañas negras y largas enmarcaban sus duros ojos oscuros.

Le sonrió. Sus dientes eran blancos, con una forma y colocación que llevaba a pensar que quizá hubiera llevado aparato dental en el pasado. Sin embargo, no era una sonrisa que inspirara confianza. Una sonrisa suele ser un gesto de amabilidad, simpatía o incluso complicidad. Aunque también puede darse que sea de malicia, picardía o un intento de asustar a alguien. Sí, con esa sonrisa hubiera asustado a cualquiera, pero Josh no se dejó amedrentar.

- Vamos, chico, saldremos por detrás - comentó, tirándole del brazo.

Sonaba sospechoso, sí, y normalmente cuestionaría aquello con lo que no estaba conforme, pero tan sólo de pensar que aguantar a ese tipo lo acercaba más a Lauren, sentía que valía la pena. Obedeció y lo siguió a través del pasillo y, cuando ya casi estaban a punto de cruzar la puerta hacia la libertad, se escuchó una voz por detrás:

- ¡Alto! ¿Qué estáis haciendo? - era el agente Carter.

Josh volvió la cabeza (porque el otro policía lo tenía agarrado del brazo) y vio a Theo, con cara de confusión, detrás del agente. El hombre que sujetaba al chico se giró también hacia los otros dos y esbozó una lúgubre sonrisa. Avanzó hacia ellos tirando de Josh, despacio y sin dejar de sonreír.

- Tú... - murmuró Carter.

Entonces, al otro policía se le borró la sonrisa de la cara.

- ¡Es imposible! - exclamó -¡Tú estás...!

Lo siguiente ocurrió tan deprisa, que casi ninguno de ellos pudo darse cuenta de lo que pasaba. Carter no pudo acabar la frase, un disparo resonó en la comisaría. Después, un grito grave de dolor, ahogado por varios disparos más.

Aries (Doce Elegidos I) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora