(11) El Vínculo

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Una vez en la casa, decidieron que era hora de cenar. Lauren no protestó cuando le sirvieron una sopa humeante en la que flotaban distintas cosas que la chica no supo identificar.

- ¿Te gusta, Aries? - preguntó Jane.

- Llámame Lauren, por favor - pidió ella - No es lo que suelo tomar en mi casa, tiene un sabor extraño - al ver la mirada de reprobación de Alex y la de disgusto de su madre, rectificó - Pero no está nada mal, es diferente - sonrió.

La chica siempre había sido muy sincera, no le daba miedo decir su opinión sobre algo o alguien si se lo pedían, pero no entendía que podía herir a la gente. «Si me ha preguntado es para que responda con sinceridad, ¿no? Porque si quiere que le diga que está muy bien, ¿por qué me pregunta?» pensaba ella. Una vez acabada la cena, Alex y Lauren salieron a tomar el aire. Brooke le había prestado un abrigo y un pañuelo. No tenían exactamente la misma talla, Brooke tenía menos pecho, pero para un abrigo no importaba. Se sentaron en un banco que había en el porche de la casa.

- ¿Crees que vas a dejarlo? - preguntó Alex.

- ¿El qué? - contestó ella, aunque sabía perfectamente a lo que se refería.

- Tu misión, reunirnos a todos - dijo, paciente.

- No lo sé - se sinceró - A veces pienso que es mi imaginación, o que alguien me está gastando una broma pesada y que no es real. Que no tengo que haceros caso ni a ti ni a Josh, porque no sois reales. Que en algún momento me despertaré.

» Por otra parte, también me parece una estupidez. Es una tontería intentar encontrar a once personas de las que no sabes ni su nombre ni su aspecto, que encima están repartidas por el mundo. Y la única pista que tengo es mi instinto.

Alex asintió sin reprocharle nada.

- Ya me has encontrado a mí - sonrió - Y ahora que has visto la casa, podrás volver cuando quieras. Ahora sólo te quedan diez por encontrar y, según me has contado, te enteraste hace dos días de que eras Aries, ¿no?

Lauren afirmó con la cabeza.

- Podrás hacerlo - dijo muy seguro el chico.

- Pero me sigue pareciendo demasiado para una sola persona - replicó ella.

- Una vez que encuentres a Tauro, te ayudará a buscar a los demás. Nunca estarás sola, también tienes a tu Jelhoc.

Al recordar a Josh, Lauren bajó la mirada. Se preguntaba que estaría haciendo el chico en esos momentos y si, cuando regresara, estaría allí esperándola. No había actuado bien con él. Debería avisarle, decirle que estaba bien. Pero no iba a volver. Por lo menos, no ahora. Estaba a gusto con Alex y su familia. Además, pensaba aprender todo lo que debía saber antes de regresar, para no tener que tratar a Josh como un profesor o alguien a quien tenía que respetar porque era superior, sino como a un amigo que estaba ahí para ayudarla si lo necesitaba. Pero, hasta que no se aplicara, él seguiría siendo su "maestro" y Lauren seguiría dependiendo de él.

- Puede que vuelva - admitió la chica.

Alex sonrió.

- Pero no ahora - añadió.

El chico asintió, conforme.

- Creo que Josh te echará de menos - admitió.

Lauren rió ante su ocurrencia.

- Quizá esté preocupado por Aries, porque soy una de las únicas doce esperanzas que tiene el mundo, porque como falte uno de nosotros va a acabarse o algo así, pero no creo que eche de menos a Lauren - objetó ella.

El chico negó con la cabeza.

- Yo creo que sí - reafirmó - Además, cuando consigáis el Vínculo, vais a estar más unidos que nunca.

- ¿El Vínculo? - preguntó Lauren.

- Cuando estás muy unido a una persona, parece que existe una especie de vínculo entre vosotros.

Ella asintió, al ver que Alex paraba de hablar para comprobar si lo entendía.

- En el Zodiaco, es parecido - explicó - Sólo puedes crear el Vínculo con tu Jelhoc, si realizáis algún acto que os una definitivamente.

- Y, ¿para qué sirve?

- Podéis averiguar lo que el otro siente en todo momento, por muy lejos que estéis - le aclara - Además, podéis transportaros a dondequiera que el otro se encuentre. Igual que has llegado hasta aquí, podrás llegar hasta Josh.

Lauren asintió, pensativa. Su mente no pudo seguir observando las ventajas y desventajas del Vínculo, porque una voz interrumpió sus maquinaciones.

- Ya es tarde, entrad en casa - ordenó Jane, la madre de Alex.

Aries (Doce Elegidos I) [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora