Capítulo 03.

10K 738 22
                                    




           

Mi mirada recorre mi pequeña oficina por última vez, después de recoger los libros, revistas y pocos objetos que tenía dentro había esperado que se viera más grande, pero sigue siendo solo un hueco más, sonrío, ese hueco había sido mi vida por cuatro años, había sido todo y más de lo que siempre había necesitado, todo y más de lo que siempre había querido, limpio mis lágrimas y sacudo la cabeza. Una hora antes había escuchado como todos despedían al presidente cuando se marchó, escuché también como preguntaba por mí y decidí esconderme bajo el escritorio cuando escuché que respondían en su oficina, desde que había dejado su oficina en la mañana no había podido dejar de llorar, no había podido dejar de recordar cada momento en donde siempre estuvo allí para tenderme una mano, ¿por qué siempre las mejores personas tenían la peor de las suertes?, sobre el nuevo presidente no se había escuchado nada además del hecho de que había salido junto con su tío y no había vuelto, lo cual era mejor, aún estaba avergonzada por como nuestro encuentro se dio y como había actuado a su alrededor viéndome tan afectada por lo sucedido, ¿pensaría que soy patética?, "no sería el primero Emilia" se burla mi subconsciente y aprieto los labios. Tomo una respiración profunda y apago la luz de la oficina dándome vuelta y saliendo de allí.

Los pasillos están solos, no hay música, no hay voces, no hay risas, solo hay un silencio sepulcral  que me hace sentir enferma, supongo que es así como reaccionan las personas cuando pierden a alguien importante, porque eso es lo que el señor Potter es, más que solo el presidente y nuestro jefe fue nuestro líder, nuestro maestro, e incluso para algunos con más suerte como yo, fue nuestro amigo, camino hasta el escritorio de Nat y me mira con una sonrisa de lado, sé que a ella le duele, pero no le duele ni la mitad de lo que me duele a mí.

—Nos vemos mañana –digo y ella asiente, —ve con cuidado a casa –asiente de nuevo, a pesar de que había sido autorizada a dejar la oficina desde antes había decidido permanecer aquí más tiempo, pues sabía que llegar a casa solo significaría llorar hasta quedarme dormida, pero tampoco podía quedarme todo el día aquí, por lo que tendría que volver, llorar lo que tuviese que llorar y después volver a formarme en una sola pieza, pues él había confiado en mí y yo no podía defraudarlo.

~~~

El aire cálido me abraza cuando llego a casa, cierro la puerta con todos los candados dispuesta a no salir hasta el día siguiente, saco mi cardigan y lo cuelgo en el perchero junto con mi bolso en la entrada, camino hasta la cocina, tomo un vaso de agua y después me dirijo a mi habitación, donde sé que lloraré, por el señor Potter, por su familia, por sus amigos, por sus conocidos, y sobre todo por mi desgracia de perder todo lo bueno que llega a mi vida.

~~~~

El despertador suena y aunque no tengo ganas de levantarme y mucho menos de salir a correr, ser floja es un lujo que yo no puedo darme, "la grasa en las personas como tú siempre está esperando que decidas darte por vencida" las palabras de mi encantadora madre, -sí, fue sarcasmo –vienen a mi mente y dejo salir el aire pesadamente mientras me enderezo.

Mis piernas arden como si estuvieran prendidas en fuego, work bitch se termina y comienza de nuevo, "tu puedes Emilia" me animo, como nadie nunca lo hizo, aprieto mis puños pero no me detengo, estoy a solo dos cuadras de casa, —so...lo....dos....más....-mi voz suena agotada justo como me siento pero no me rindo, incluso Britney está cantando al respecto, "¿quieres lucir sexy en un bikini?, será mejor que trabajes", cuando llego finalmente a casa llevo mi mano a la pared y recargo mi peso sobre esta, obligo a mis respiraciones a salir calmadas y cierro los ojos para que todo deje de dar vueltas, "está bien, está bien, lo tienes, lo hiciste, respira" me apremio mentalmente mientras comienzo a recuperar la compostura, cuando mi respiración vuelve a la normalidad me enderezo y comienzo a estirarme un poco, ¿Por qué me había afectado tanto una carrera que había repetido desde los últimos cuatro años?, sacudo la cabeza y comienzo a girar el cuello, "seguramente fue el agotamiento de haber llorado tanto anoche" responde mi subconsciente.

Después de la ducha tomo 2 pastillas de ibuprofeno, mi cuerpo duele como si jamás hubiese hecho ejercicio antes y la cabeza parece que me va a explotar, "excelente forma de iniciar en tu nuevo puesto y sobre todo con tu nuevo jefe" escucho a mi subconsciente burlarse de mí, ignorando la súplica de mi cuerpo para tirarme sobre la cama y volver a dormir reviso nuevamente mi apariencia, jeans a tuvo, blusa de cuero beige y zapatos a juego, para cubrir el frio y completar el outfit una gabardina color nude y mi cabello suelto pues aún está húmedo, "bien, al menos no te ves tan mierda cómo te sientes" se anima a si mismo mi subconsciente y finalmente, pasando del desayuno, decido salir.

—Buen día señorita Emilia –sonrío mientras le entrego el vaso de café que he comprado en el camino.

—Buen día John –respondo, y mi voz suena tan cansada como me siento haciendo que me mire preocupado.

—¿Está usted bien? –asiento, "¡MENTIRA!"

—Solo aún con un poco de sueño –miento de nuevo pero él me cree, sonríe y asiente.

—El café es mi ayuda en esos casos –asegura y sonrío.

—Lo tendré en cuenta –me despido con un gesto de mano y me apresuro a subir los escalones, cuando llego al último siento como si todo frente a mi girara pero no me detengo, alguien grita un saludo y aunque quiero responderlo no encuentro fuerza para hacerlo, sin estar segura de cómo, llego al elevador y agradezco cuando las puertas se abren justo cuando estoy allí, dos personas que me saludan bajan y entro recargándome en la pared de este, "respira" me ordeno, presiono el botón del piso principal y cierro los ojos pues todo aún parece dar vueltas, escucho como las puertas comienzan a cerrarse y un "mierda" que hace que abra los ojos de golpe, el rostro del nuevo presidente de la revista aparece frente a mí y sonrío pues incluso él parece dar vueltas, dice algo que no puedo entender y entonces hay un golpe, un grito y mi cabeza comienza a doler, ¿Qué demonios ha pasado?

||Bésame Alan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora