||Bésame Alan||

Capítulo 07.

           

Las puertas del elevador se abren y comienzo a escuchar risas, fuertes y largas, sonrío sin poder evitarlo mientras persigo el sonido con curiosidad, son de mi oficina, ¿mi oficina?, frunzo el ceño y abro la puerta, el primer rostro en aparecer es el de Rick, que me mira y sonríe, sonrío, no, no sonríe, él ríe, ¿de qué ríe?, su dedo me señala, reviso mi ropa, hay más risas, Natalie se le une, otra más, y otra, y otra, mi oficina está llena, todos ríen, me señalan, me giro, ahogo un grito.

—¿Mamá? –más risas, ella me mira con vergüenza, su mirada desaprobadora, niega, no está feliz, —mamá puedo explicarlo –aseguro, ¿puedo?, no, no tengo idea de que sucede.

—¿Esa es tu nueva novia? –una voz, la busco, —¿esa gorda sin gracia es la chica por la que me cambiaste? –la morena me mira con asco, otra risa, una ronca, es él, aparece en mi visión, al lado de la morena.

—¿Ella? ¿Es enserio? ¿La gorda? Por favor, sabes que tengo mejores gustos –ella ríe, él ríe, todos comienzan a reír, miro a mi alrededor, Rick y Natalie ríen, ¿Por qué ríen ellos? ¡ellos son mis amigos!

—¡Ustedes son mis amigos! –chillo, sus risas aumentan.

—¿Por qué seríamos amigos de la gorda? –miro hacia el frente, mi mamá me mira, ¿por qué no dice nada? ¿por qué no me defiende?, miro alrededor, de pronto ya no estamos en la oficina, estamos en la escuela, yo no soy la mujer de ahora, soy la pequeña niña regordeta de la que todo mundo se burla, me señalan, me tiran de la coleta, me esconden mi comida.

"¡tal vez si dejas de comer dejarás de ser tan gorda!" ellos gritan, miro a mamá, ella solo observa, "tal vez se comió a su hermana antes de venir, ¿estás allí Allison?" ellos ríen, yo estoy llorando, me duele, sus palabras duelen, ¿Por qué no se detienen?

—¡Has algo! –grito, de pronto estoy yo, la mujer adulta observando el abuso a la pobre niña, la mujer me mira, aburrida, como si esto solo le pareciera una pérdida de tiempo.

—Tal vez debería hacer caso, dejar de comer ahora y en un futuro no será... bueno... tú –la mueca de asco en su rostro me da nauseas, me enderezo a prisa y corro al baño, "solo ha sido un sueño" digo de rodillas frente al inodoro, ¿lo fue?, me reta mi voz interior y comienzo a llorar.