Capítulo 22.

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Espero solo el tiempo suficiente para que él esté completamente dormido y pido en mi mente que no sea de sueño ligero, después de lo que parecen siglos pero supongo solo son unos pocos minutos me remuevo y al ver que él no protesta ni reacciona me libero de su agarre, en completo silencio y de puntitas me desplazo por el lugar recogiendo mi ropa, lo observo una última vez y cuando tengo todo en mis manos salgo de allí.

Regreso a mi habitación y voy directo al baño, disfruto de una larga ducha por un tiempo y cuando salgo me coloco mi ropa deportiva, me quedo sentada con la vista en la puerta, sin saber si estoy esperando que aparezca o rezando para que no lo haga, recapitulo todo lo sucedido, ¿estaba enamorada?, no podía estarlo, ¿podía?, su rostro viene a mi mente y casi río cuando aparece con el ceño fruncido, si, era guapo, y si, estaba tremendamente atraída hacía él, pero atracción y amor eran cosas diferentes, y yo solo sentía atracción ¿no es así?, la conexión que sentía era solo por esta pequeña mentira, pero tenía que terminar, terminaría, muerdo mis labios y paso las manos por mi rostro, pensando en lo que será dentro de unas horas, ¿bajaremos a desayunar y pretenderemos que jamás pasó nada?, ignoro la puñalada que siento en el pecho, ¿o hablaremos solo para dejar en claro que fue solo una consecuencia del alcohol? ¿Era siquiera una mejor que la otra?, gruño y me enderezo caminando hasta el tocador, tomo mi teléfono y hago lo único que se me ocurre y lo que mejor opción parece.

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Me abrazo a mí misma mientras camino fuera del aeropuerto, ¿Cómo olvidé el frio que hacía aquí?, hago calor con mis manos y me las coloco en las mejillas para calentarme.

—¡Taxi! –grito y el auto se detiene, tomo mi maleta y me apresuro a correr hacía él, una vez que entro casi gimo de satisfacción ante el calor dentro del espacio, le digo la dirección y el avanza.

—Esta será una noche buena congelada –dice y sonrío mientras miro las calles blancas pasar.

—Sin duda así será, está más frio de lo que recordaba –admito mientras miro hacía el frente, sus ojos me buscan por el espejo retrovisor.

—¿Hace mucho que no venía? –cuestiona y sonrío sintiendo el sarcasmo de mi propia ironía.

—Parecen siglos –murmuro y me recuesto cerrando los ojos, ¿Qué estaría haciendo? ¿Estaría molesto porque me he marchado sin decir nada? ¿estaría feliz de que nos he ahorrado la incomodidad? ¿Qué era lo que esperaba? Sacudo la cabeza y comienzo a buscar mi teléfono, lo enciendo y me tenso cuando veo las 12 llamadas perdidas de Alan, hay un mensaje que elimino antes de siquiera pensarlo, abro un nuevo mensaje solo para hacerle saber a Nat que no estaré viajando hacía casa de su madre y una vez enviado apago nuevamente el teléfono.

Entrego un par de billetes extras al hombre cuando deja mi maleta en la puerta de mi casa y respondo un "igualmente" a su "feliz navidad", abro la puerta y entro encendiendo a prisa el calentador, camino hasta la cocina y pongo la cafetera y mientras esta está lista comienzo a prepararme un emparedado.

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Santa Clausula termina justo cuando el reloj marca las 7:30, estiro mis brazos sobre mi cabeza y suspiro, miro la pila de películas navideñas que he visto desde que llegué en la mesa y la pila de películas navideñas que me faltan por ver, tomo "santa clausula 2" y me dirijo al reproductor, mi estómago ruge y suspiro, camino hacía refrigerador y tomo la tarjeta de la casa del sushi y regreso a la sala. Tres timbres suenan y entonces es enviado al buzón, "si en este momento no respondemos, es posible que estemos ocupados, intenta más tarde", mi pansa ruge ante el conocimiento de la espera, suspiro y tomo mis llaves, el local no está muy lejos, coloco mi sudadera especial, guantes, bufanda y mi gorro antes de dirigirme a la calle. Media hora más tarde gracias al montón de gente, finalmente me dirijo fuera del establecimiento, me abrazo con fuerza y apresuro mi paso de regreso a casa, "ver la película, cenar y después ir a dormir" pienso mientras atravieso la calle, ¿por qué este año se siente más solo si los últimos años han sido iguales?, sacudo la cabeza y comienzo a buscar mis llaves, me detengo cuando veo una sombra y pronto descubro que no es una sombra sino alguien, y no cualquier alguien, es él, camina hacía mi puerta y se regresa antes de llegar, lo escucho maldecir incluso desde mi distancia y regresarse, pararse justo frente a la puerta y levantar su mano, pero su mano jamás toca la madera, se queda allí un momento y se rinde, se gira y cuando dejo salir el aire su rostro se alza, sus ojos conectan con los míos y contengo la respiración, pienso entre girarme y correr pero ya he corrido antes y además estoy comenzando a congelarme, aferrándome a mi fuerza de voluntad termino mi camino hasta estar a solo unos pasos de con él.

||Bésame Alan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora