Capítulo 05.

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Las puertas del elevador se abren y entro, finalmente el día había terminado y era hora de volver a casa, con la medicina tomada pude relajarme y sobreviví sin más humillación  evitando al presidente tanto como pude, levanto la mirada justo a tiempo para verlo girar en el pasillo, su mirada me encuentra y noto como apresura su paso para alcanzar a tomar el elevador, pero las puertas se cierran y lanzo un "gracias Dios" mirando hacia arriba, espero a que el elevador avance pero se mantiene quieto, y cuando estoy a punto de presionar nuevamente el botón para el piso uno las puertas se abren dejándome pretificada, una sonrisa brilla en su rostro dejando en claro que sabía que intentaba irme sin él y burlándose por no haber podido conseguirlo.

—Vaya, creí que lo perdería –dice y entra, incontrolablemente me arrincono y bajo la mirada hacía mis pies, las puertas finalmente se cierran y el elevador comienza a moverse, "por favor no digas nada, por favor no digas nada, por favor no... -guardo silencio cuando habla, se que ha dicho algo porque mi cuerpo tembló, pero estaba tan entretenida rogando al cielo que no fuera así que no he entendido lo que ha dicho, lo miro.

—¿Perdón?

—¿Te encuentras bien? –cuestiona y frunzo el ceño, ¿ha preguntado cómo estoy?, me observa fijamente, "te ha cargado hasta su oficina" me recuerda mi subconsciente y siento mi rostro arder en llamas de humillación, desvío la mirada y asiento, sin poder articular palabras, puedo sentir su mirada sobre mí y las ganas que tiene de hablar, pero no lo hace, cuando las puertas se abren casi salto fuera del elevador pero me detengo, lo miro encontrándolo mirándome confundido, tal vez esperaba que solo corriera y no volviera jamás, esperen, ¿y si eso es lo que él quiere?

—Gracias –digo finalmente, —y lo lamento –y dicho esto desaparezco.

~~~~~

Había temido que después de lo sucedido trabajar con él fuera difícil, que las burlas no se detuvieran, que disfrutara de humillarme en cada oportunidad que se le presentara pero nada de eso había pasado, y ni siquiera a mirarme se había dignado, ¿tan poca cosa resultaba?, las palabras que compartimos en el elevador aquel día habían sido las únicas que compartimos fuera del tema del trabajo, pues desde el día siguiente para todo por lo que me llamaba era trabajo y para todo para lo que yo lo buscaba era lo mismo, mis ataques no habían aparecido, y a pesar de que seguía resultándome agotador el correr por las mañanas, con solo darme cinco minutos después del ejercicio lograba volver a la normalidad.

El lunes de la semana siguiente dejo el café y la dona que he comprado para el señor John en la recepción del primer piso pues no se encontraba y subo al elevador, mientras las puertas se cierran veo al presidente entrar y antes de poder entender que hago me encuentro deteniendo las puertas de cerrarse con mi tacón, su mirada se eleva cuando la campanilla de este suena y noto como se tensa, puedo incluso ver su debate emocional entre tomar el elevador ahora que lo he detenido o ignorarlo y subir por las escaleras solo para evitarme, pasa un largo momento y cuando pienso que elegirá la segunda opción lo veo caminar hacia mí, su mirada evita la mía a toda costa haciendo que mi subconsciente se burle de mi al ser tan cruelmente rechazada.

—Buen día –el saludo sale incluso antes de que pueda evitarlo, pasan tres segundos –si, los he contado –antes de que él deje salir el aire y responda.

—Buen día –el elevador señala que vamos en el número tres cuando mi cuerpo que parece seguir sus propias órdenes y no las mías actúa y lo detiene, mi mano se queda sobre el botón rojo unos momentos en los que yo me maldigo infinitamente, —¿sucede algo? –cuestiona y cierro los ojos, "¿¡qué demonios ha sido eso!?" me exijo una respuesta pero parece que la voz que disfruta de burlarse de mi ha decidido quedarse callada, niego y lo presiono de nuevo para que vuelva a avanzar.

—Era solo un bicho –miento y vuelvo a mi lugar pegada a la pared, ¿un bicho? ¿Enserio? ¿ha sido lo mejor que pudiste..., el elevador se detiene de nuevo esta vez tomando por sorpresa, levanto la mirada encontrándolo justo donde yo estuve hace unos momentos, ¿Por qué ha detenido el elevador?.

—Yo... –duda, lo observo esperando que se dé la vuelta y me dé la cara, que finalmente hable y me diga cuál es su problema pero no lo hace, en vez de eso sacude su cabeza y presiona nuevamente el botón, —vi otro insecto –dice finalmente, niego y apenas se retira presiono el botón nuevamente, me mira y su ceño se frunce, —¿qué su...

—¿Cuál es su problema? –suelto, mis manos están en mis caderas y mi voz suena molesta, exigente, dios, parezco una novia pidiendo explicaciones, él frunce su ceño confundido, "te vas a quedar sin trabajo", oh, así que allí estabas ¿no?, "puedes pelear contigo misma o reaccionar y mantener la poca dignidad que conservas"  recuerda y aunque me molesta tiene razón, él aún espera que me explique y trago saliva, bajo mis manos y desvío la mirada un poco, —l-los insectos también merecen vivir –¡pero que brillante idea Emilia!, dejo salir el aire y me giro mirándolo de nuevo para disculparme, entonces él avanza hacía mi haciendo que yo retroceda y choque contra la pared, su pecho choca con el mío y su mirada está sobre mi, siento su respiración chocar contra la mía pesada y casi descontrolada, su mirada cae a mis labios y noto como traga saliva, ¿va a...., el elevador vuelve a ponerse en movimiento, y antes de que incluso pueda recuperarme de lo sucedido las puertas se abren y él sale a prisa.

—¿Qué fue eso? –susurro para mí misma pasando mis manos por mi rostro.

~~~~~

—La temporada de invierno está por llegar así que mi propuesta está basada en ello –informa Rick, es la primer "reunión de ideas" en la que el señor Potter no se encuentra, en la que yo vine como crítica y no como presentadora y en la que Alan nos acompaña, Alan, mi mirada lo busca, su ceño está fruncido mientras mira atento al rubio que continúa hablando –y al cual no estoy poniéndole atención –toma su pluma y hace algunas anotaciones, asiento cuando algo le convence y aprieta sus labios cuando algo no, lleva la pluma hacía sus labios y asiente de nuevo, sonríe, no, no solo sonríe, ¡ha reído!, "si animal, ha reído y te lo has perdido" mi voz interior recuerda y frunzo el ceño, sacudo la cabeza y vuelvo a mirarlo, él ahora está mirándome, sonrío, esperen, ¿está mirándome?, mis ojos se abren y siento como mis mejillas se encienden, miro a mi alrededor y todos me observan, mierda, mierda, mierda, mierda, aclaro mi garganta.

—Yo... lo apoyo completamente –aseguro y todos ríen, Rick sacude su cabeza y le hago una mueca de "pues ayúdame", dejo salir el aire y me encojo de hombros, —lo siento, no estaba escuchado –admito.

—Solo continúe, y usted señorita Harris por favor ponga su atención en él –la forma en la que dice "él" deja en claro que ha sido consciente de mi embobamiento anterior y que no le ha agradado en absoluto, ¿Por qué no me traga la tierra y ya?.

||Bésame Alan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora