Capítulo 18.

7.9K 723 44
                                    




           

La habitación que elijo es tan grande como mi antigua habitación en la casa de mis padres, pero esta es extraña, y una parte de mi agradece eso.

—¿Dónde dejo la maleta? –cuestiona Alan a mi espalda y me muevo dándole espacio para entrar.

—Ponla en cualquier lugar, no importa –aseguro, él la deja sobre la cama y me mira.

—¿Necesitas algo más? ¿Sabanas? ¿Otra almohada? ¿Quieres que te traiga agua? ¿Quieres cenar?  -ofrece inseguro y sonrío.

—¿No sueles tener muchos invitados aquí eh? –me burlo y suspira.

—Solo mi madre y hermana, y bueno, ellas no esperan para tomarlo así que eso lo hace sencillo –admite y sus ojos se abren como si eso le diera la respuesta, —¡eso es!, siéntete como en casa Em, toma lo que sea que necesites cuando lo necesites, ¿de acuerdo? –me mira y lo miro, sonrío.

—De acuerdo –acepto solo para tranquilizarlo y deja salir el aire, —ahora tomaré una ducha y después bajaré por un vaso de agua, no te estoy pidiendo permiso, solo te estoy informando –aseguro haciéndole sonreír.

—Bien, de acuerdo, entonces yo debería salir ahora –rasca su cuello con nerviosismo mientras camina hacia la puerta, me mira de nuevo y asiente, —gracias por acompañarme hoy.

—No hay problema, pero gané en la peor familia del mundo –él sonríe divertido.

—No lo sé, el Tío Gus y sus gases fueron algo demasiado para la primer cita –suelto una carcajada y asiento.

—Oye, ahora ya sabes cómo hacerlo, lleva a la próxima chica allí, si no sale huyendo entonces realmente le gustas –señalo y él sonríe alzando una ceja.

—Así que tú no saliste huyendo y de hecho decidiste acompañarme a casa, ¿Dónde nos deja eso? –sonrío y me encojo de hombros.

—Bueno, creí que era bastante obvio, soy una novia muy enamorada –bromeo, sus ojos brillan con algo no puedo describir y asiente, mira sus zapatos y se remueve en su lugar.

—Buenas noches Em –y sin esperar una respuesta sale, suspiro y paso mis manos por mis piernas, abro la maleta y saco mis pantalones deportivos y un nuevo conjunto de ropa interior con una blusa suelta, camino hasta la puerta que él señaló como el baño y entro, hay una toalla perfectamente doblada pero no hay jabón, suspiro y salgo de nuevo en búsqueda de Alan, camino hasta la puerta que indicó como su habitación y doy dos toques, —Un momento –dice y la puerta se abre enseguida, me sonríe mientras pasa la camisa sobre su cabeza y cubre su abdomen justo cuando comenzaba a apreciarlo, —¿Dime?

—Yo... -"son solo abdominales marcados Emilia, madura" me exige mi subconsciente, pero hay algo en él ahora, en su falta de traje, en su total despreocupación, en su casual forma de verse que no puedo dejar de mirar, "por favor deja de comértelo" me implora mi subconsciente y lo miro de nuevo a sus ojos, nuevamente su ceño está fruncido, —no hay...en el baño....jabón.... –¡eres estupenda Emilia!, se burla mi subconsciente, trago saliva y carraspeo para recuperar mi voz,  — no hay jabón en el baño –digo de mejor forma, sus ojos se abren y asiente, abre su puerta para que pase.

—Solo tengo el mío ahora pero puedo ir a conseguir uno para ti, ¿de cuál usas? –comienza a preguntar mientras coloca sus zapatos y niego a prisa.

—No es necesario, solo necesito un poco y estaré bien, si no eres uno de esos hombres que marcan territorio con sus cosas y puedes regalarme un poco del tuyo sobreviviré –sus ojos se abren y sonríe.

—Sí, quiero decir no, quiero decir... no hay problema –finalmente se tranquiliza y río, desaparece en el baño y reaparece unos momentos después con un bote de plástico en la mano, camina hacia mí y me lo entrega, —aquí tienes –lo tomo y asiento.

||Bésame Alan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora