Capítulo 11.

7.1K 662 64
                                    




           

El silencio reina en el comedor, todos me miran y yo los ignoro a todos, no sé qué vine a buscar pero sin duda esto no era, ¿Dónde está mi final?, ¿Dónde está mi cierre?, papá se aclara la garganta en un intento por llamar la atención pero fracasa, siempre lo hace, cuando mamá se encuentra él no existe, antes lo hizo, ahora no, suspira, se ha rendido, siempre lo hace.

—Entonces... Emi –finalmente Allison rompe el silencio y me obligo a participar en cualquier plan que se le haya ocurrido para humillarme.

—¿Si? –cuestiono.

—¿Has encontrado un trabajo real o sigues esperando entrar a trabajar en la moda? –cuestiona y sonrío.

—En realidad... -me preparo para contarles sobre mi nuevo trabajo cuando mamá interrumpe.

—¿Qué es lo que estas comiendo? –cuestiona mamá y miro mi plato, miro el suyo, niega y señala a nana que aprieta sus labios, le da una mirada dura y le pide a la chica a su lado que recoja mi plato, —solo la ensalada, doble y sin sal –indica y aprieto mis labios, —tu hermana tendrá su fiesta de compromiso y me niego a permitir que luzcas como un regalo mal envuelto en un vestido –mi hermana ríe y nadie dice nada al respecto, nana me mira pidiéndome disculpas y le sonrió asegurando que está bien, "estás bien, solo respira, estarás bien" las palabras de Alan vienen a mi cabeza y me relajo.

—Además, algunos de los amigos del trabajo de William vendrán a la fiesta, podrías esforzarte un poco para conseguir su atención –agrega la rubia con una sonrisa falsa, el plato con la ensalada es depositado frente a mí y ella lo mira, —tal vez deberías evitar la panela, ya sabes, mucha lactosa –guardo silencio, no digo nada, "esto no está saliendo como esperaba", pienso y mi subconsciente ríe, "¿Qué esperabas?", suspiro.

—Por más sorprendente que suene hermana, no he venido en busca de un marido –digo con sarcasmo y ella alza una ceja mirándome con curiosidad, mi celular suena.

—¿No? –Finge sorpresa, un globo verde aparece en la pantalla y deslizo mi dedo sobre este para que se abra.

"¿Adivina a quien me encontré en el aeropuerto? –Nat" sonrío.

—Bueno, hermana –su sarcasmo iguala el mío al pronunciar la palabra, —si yo fuera tú lo pensaría de nuevo, quiero decir, para una mujer promedio es difícil conseguir marido después de los veinticinco, si agregamos eso a tu.... Situación, creo que es algo que deberías tener en consideración –dice y aprieto los labios.

"¿A quién?" respondo a mi amiga y miro a mi hermana fingiendo una sonrisa justo como la suya.

—Bueno cariño, si yo fuera tú, ten por seguro que ya estarías casada –suelto y su mandíbula se aprieta, entonces finalmente mamá demuestra un poco de indignación.

—Emilia Harrison, eso ha estado fuera de lugar –reprende y ruedo los ojos, —ella solo intenta ayudarte, nada de lo que ha dicho es mentira, tienes 29 años ahora y tu apariencia no es precisamente lo que buscan los chicos, ¿has pensado en eso?, ella solo quiere ayudar, no tienes por qué ser tan cruel –aprieto mis puños, ¿cruel? ¿yo era cruel? ¿Acaso había olvidado lo que ella me había hecho? ¿Acaso ha olvidado la razón de que yo no me haya casado?

—Tienes razón madre, mi culpa –puedo sentir la mirada molesta de nana sobre mí, quiere que pelee, siempre ha querido que pelee, ¿pero para qué?, es obvio que jamás ganaré, no contra ellas, mi celular suena de nuevo y deslizo el dedo por la pantalla, la imagen de Alan llena la pantalla y mis ojos se abren, lleva el habitual pantalón costoso de un traje pero hace falta el saco, las mangas de su camisa blanca están dobladas en sus antebrazos haciendo que sus bíceps sean deliciosamente visibles, ¿Cómo mete todo eso en el angosto saco?, mi boca de pronto se siente reseca.

—¿Emilia me estas escuchando? –la voz de mamá me devuelve a la realidad y levanto la mirada.

—¿Cómo?

—Decía que debemos ir de compras para elegir un vestido que disimule tu... un buen vestido –se corrige a su misma y casi se lo aplaudo, hace cuatro años habría soltado sus pensamientos crueles sin remordimiento, —habrán muchos chicos y con suerte...

—Alguno lo suficientemente borracho –agrega Allison entre dientes pero la ignoro.

—Y con suerte podamos conseguir algún interesado –dice mamá y suspiro.

—Ya se los he dicho, no vine en busca de un hombre –repito con molestia.

—¿Por qué? ¿Es que ya tienes uno? –la burla en su voz finalmente toca mi nervio y aprieto mis puños bajo la mesa.

—En realidad si –suelto antes de que pueda pensarlo, todos los ojos están sobre mí, "mierda", "ya lo hiciste, lo dijiste, ahora continúa",  —hay alguien –repito, y me aplaudo ante la mirada llena de sorpresa en las mujeres frente a mí, papá me observa en silencio, de pronto siento lastima por él, estoy segura de que en algún momento fue un buen hombre, posiblemente antes de conocer a madre.

—¿Hay alguien? –cuestiona mamá y asiento, entonces Allison comienza a reír, fuerte, como si hubiese escuchado el mejor chiste de la historia, incluso hay lágrimas en sus ojos, mamá la mira confundida.

—Por Dios, eso... eso ha sido divertido Emi –limpia sus ojos con la servilleta en sus piernas, —por un momento estuve a punto de creerlo –ríe de nuevo, —chicago ha hecho que tu sentido del humor mejore –mamá me mira.

—No es ninguna broma, hay alguien, estoy saliendo con alguien y es muy serio –continúo, deseando borrar la sonrisa de superioridad de su rostro, alza una ceja.

—¿Y qué hace? ¿Es taxista? ¿Pintor? No me digas, alguien como tú que también sueña con ser modelo –ríe de nuevo y aprieto mis manos aún más, algo arde en mi palma y es posible que haya hecho un corte con mis uñas, río, es fingida pero aun así le toma por sorpresa.

—El compromiso ha despertado un lado que conocía en ti Allison, parece que puedes enserio reír –señalo y su mandíbula se remueve, sonrío aún más.

—Es por eso que quiero que conozcas a alguien, tal vez resulte ser inspiración y finalmente puedas comenzar una dieta que ayude –mi sonrisa aumenta, está atacando mi físico, realmente le afectó mi comentario, mis manos se relajan.

—No lo sé, a mi hombre parece que le gusta mi cuerpo como es, ya sabes, siempre hay algo nuevo por explorar –levanto la copa y la llevo a mis labios dando un trago.

—¿En realidad vas a seguir con eso? –Cuestiona divertida, —¿un hombre?, somos tu familia Emilia, sabes cuándo mientes, y sin duda ahora lo haces.

—Bueno hermana, eso podría doler sino fuera porque sé que no lo hago, me habría encantado que pudiese acompañarme pero ha tenido negocios que atender en Londres, aunque en cuanto vuelva podríamos buscar algún momento para visitarlos –mi voz es relajada, la mentira ha salido rápida dado que he recordado a Alan.

—¿Cuál es su nombre? –cuestiona retadora.

—Alan –sale antes de que pueda arrepentirme, "ya estás en eso, acabala", —Alan Potter –continúo, —¿lo reconoces?, es sobrino del dueño de esa revista que te gusta leer, ¿Cómo es?, ¿Magazine qué? –sus ojos se abren mira a madre, me mira a mí y después recupera la compostura.

—¿Enserio? –Dice y sonríe de nuevo, —bueno, sin duda ya estoy curiosa al respecto, deberías traerlo a la boda –sonrío y asiento.

—Supongo que podría hacerlo –digo con tranquilidad, miro a mamá y sonrío, finalmente veo lo que siempre quise ver, allí, en el fondo de sus ojos, una pequeña luz de orgullo brilla, e incluso aunque es por una mentira, me regocijo de ella.

||Bésame Alan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora