Capítulo 10.

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El despertador suena y me pongo de pie, no estoy de humor para mi carrera habitual al aire libre por lo que me enfundo en mi ropa deportiva y me dirijo al gimnasio para utilizar la caminadora, siento la mirada de algunos sobre mí y puedo decir con seguridad que han sido presenciadores de uno de mis ataques, ¿esperarán que me rompa de nuevo?,  sonrío y coloco mis audífonos, "ya no eres la chica que dejó california, ya no eres la débil niña de la que todos se burlaban, ya no eres ella" me repite mi subconsciente y comienzo a trotar, mi mente viaja a mi conversación con Rick, no hay dudas en mi sobre qué es lo que tengo que hacer, iré, les demostraré que no me avergüenza ser quien soy y que no pueden hacerme daño, no pueden, aumento el paso, el rostro de Alan aparece frente a mí, ¿Cómo sería su familia?, ¿sus padres serían como los míos?, río, por supuesto que no, no hay nada en él que pueda provocar algún tipo de vergüenza, "tampoco en ti Emilia, tú no eres la del problema, son ellos" me repite mi voz interior y asiento, tiene razón, mis piernas comienzan a doler y aumento más la velocidad, ¿Qué iba a hacer después de california?, el sudor corre por mi espalda, respiro a prisa y cortas bocanadas, el dolor se ha ido y sonrío, parpadeo y vuelvo a la realidad, hay tres pares de ojos sobre mi sorprendidos por la velocidad que llevo, e incluso yo me sorprendo cuando me doy cuenta de a cuanto voy, comienzo a desacelerar y miro a mis admiradores, sonrío con un asentimiento y regreso mi atención a mis pensamientos, ¿Natalie aún estaría dispuesta a invitarme a su cena de navidad?.

~~~

—¡Sí!, ¡Por supuesto que sí! –chilla con emoción Natalie mirándome feliz, —siempre y lo sabes.

—¿Tus padres estarán bien con eso?

—Mis padres estarán mejor que bien, a papá le gusta lucirse con sus chistes y mamá... bueno, entre más bocas para alimentar haya en casa ella es más que feliz –asegura y sonrío.

—Mañana viajaré a California –informo y su ceño se frunce alerta, ella sabía que mi familia y yo no teníamos una buena relación, pero eso era todo —tengo un par de cosas sin resolver allí, así que las terminaré y entonces viajaré a New York tan pronto como me sea posible –aseguro y asiente nuevamente sonriendo, —¿debo llevar algo? ¿Qué debería comprarles a tus padres? ¿habrá niños?

—Olvídalo, si les llevas algo ellos se sentirán mal, no se les da muy bien aceptar cosas, algo sobre ser innecesario y algo más, no es necesario que lleves nada y no, aún no hay nietos en casa –asegura y me remuevo con incomodidad.

—No me sentiría bien si llegara sin nada, lo sabes –suspira.

—¿Qué sobre algunas galletas?, si quieres llevar algo eso puede funcionar –dice finalmente y asiento, haciendo nota mental sobre conseguir las mejores galletas posibles, —estoy realmente feliz de que hayas aceptado unirte a nosotros en navidad –sus manos toman las mías sobre la mesa y sonrío agradecida obligándome a no incomodarme, había pasado sola las últimas tres navidades y no había sido tan malo como la gente pensaba, películas y pavo a la naranja con una copa de vino, no era como se suponía que debía ser, pero sin duda era mejor a como solía ser, "no vayas allí" me reprende mi subconsciente y sacudo la cabeza.

—Entonces, te llamaré cuando llegue a New York para que me puedas dar indicaciones sobre cómo llegar a tu casa –ella asiente.

—O puedes llamarme antes y nosotros pasamos por ti –ofrece.

—¿No te importaría? –ella rueda los ojos y sonrío, —de acuerdo, entonces te llamaré – concedo y asiente, sus ojos brillan y aplaude feliz.

—Será increíble, te lo prometo –asiento y suspiro, lo sería, sería mi nuevo comienzo, mi comienzo real, finalmente dejaría el pasado atrás.

||Bésame Alan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora