Capítulo 21.

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Primero me gustaría disculparme por desaparecer, (en caso de que alguien estuviese esperando la actualización claro), es solo que no siento que este yendo a ningún lado y me cuesta continuar escribiendo, no estoy segura de que haya alguien que disfrute de la lectura de esta historia, esperare para ver la respuesta en este capítulo y decidiré entonces que pasará con la historia.
Saludos xxx

Ahora sí, disfruten.
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¿Qué estaba haciendo?, era lo único que mi mente preguntaba, pero no podía dar una respuesta, no cuando mis labios estaban sobre él y sus manos estaban sobre mí, no cuando era cargada sin problema hasta su habitación, no cuando todo lo que sentía era su dureza contra mí, no cuando estaba perdida en el sabor de sus labios, no cuando esto era lo que quería.

Era consciente de que esto estaba por cambiar todo, pretender que éramos una pareja era muy diferente a terminar en la cama juntos, ¿pero lo iba a detener?, absolutamente no, no estaba segura de que era lo que había empujado a Alan a esto, "no te hagas estúpida lo sabes, el alcohol" protesta mi subconsciente pero la ignoro, porque no me importaba, no podía importarme, no cuando sus caricias y besos me hacían perderme entre mis propios pensamientos, mi espalda choca con algo suave y me sorprende encontrarme ya en su habitación.

—Eres... –sus labios bajan por mi cuello, —la mujer... –su lengua toca mi piel y gimo, —más perfecta.... –sus manos recorren desde mi cintura hasta mis caderas, —que he conocido jamás –sus manos aprietan mi trasero y ni siquiera me importa que me mienta, ¿Qué esperaba?, esta borracho, paso mis dedos por las líneas de su abdomen marcado y muerdo mis labios cuando sus manos toman mis pechos, —eres hermosa Em –su voz sale en un susurro, me mira y agacho la mirada, su mano toma mi barbilla y levanta mi rostro para que lo vea, está serio y si no hubiese visto la botella vacía estrellarse contra la pared podría dudar de que estuviera borracho, —eres.hermosa.Em –repite con firmeza, lleva mis manos hasta su cuello y lo acerco a mí para besarlo, no quiero hablar.

—Por favor –pido y entiende. Sus manos viajan lentamente hacía mi espalda y se deshace del broche de mi sostén, sus ojos fijos sobre los míos en todo momento, me besa los labios, besa mi nariz, besa mi barbilla, mis manos pasan por los músculos de su espalda y puedo sentirlo temblar bajo mi toque, sonrío y repito mi movimiento.

—¿Sabes desde cuando he querido hacer esto? –cuestiona mientras sus manos se deslizan hacía mi trasero, lo ahueca y me empuja contra él, puedo sentir su dureza a pesar de estar vestido, gimo, —eres hermosa Emilia, tienes un cuerpo hermoso y...

—No –digo y me mira, su ceño fruncido, aprovecho su confusión para empujarlo y hacerlo que gire y quede con su espalda contra el colchón conmigo sobre él, —no quiero hablar, porque si hablo voy a pensarlo, y si pienso voy a detenerme y no quiero detenerme, no cuando es posible que nunca tenga una oportunidad como un chico como tú, y no me refiero al dinero, sino a esto –señalo su abdomen, él abre la boca y niego de nuevo, —solo hagámoslo –y sin dejar de diga algo más ataco sus labios, mis manos bajan a sus pantalones y juego con el elástico sonriendo internamente ante su eje tensándose bajo mí, él gruñe y empuja contra mí, nuestras respiraciones son agitadas y nuestros movimientos desesperados, ya no hay más tiempo que perder, lo haremos, haremos esto, —condón –susurro contra sus labios, su mano deja mi trasero y viaja hasta el cajón del mueble al lado de su cama cuando lo tiene me bajo para que pueda ponérselo, me deshago de la última pieza de ropa en mi cuerpo observando como él se deshace de la suya, siento mis piernas temblar cuando su miembro es liberado, es grande, trago saliva.

—¿Algún problema? –cuestiona confundido mirándome, niego y sonrío.

—Al menos no aún –intento bromear y funciona, él sonríe y se acerca cuando ha terminado, la sonrisa tiembla en mis labios ante su intensa mirada, gatea sobre mi cuerpo haciendo que me recueste sobre mi espalda, sus ojos me observan, cada mínimo rasgo de mi rostro con total atención, su seriedad comienza a ponerme nerviosa por lo que recurro a mi única salida para desviar su atención, su respiración queda atascada en su garganta y sus ojos se cierran mientras recorro con mi mano su eje, paso mi dedo sobre la punta sonriendo al notar su mandíbula apretarse, deslizo mano de arriba hacía bajo de nuevo provocando un gruñido de su parte, —dentro de mi Alan, ahora –dirijo su miembro hacía mi entrada y cuando se encuentran él pierde su resistencia, con su mano se ayuda para situarse y cuando nos tiene me observa de nuevo.

—Hay algo que tengo que decirte –dice y su seriedad me estremece.

—¿Tienes alguna enfermedad? –Cuestiono y él niega, —¿estás casado?

—¿Qué? ¡no! –dice y sonrío.

—Entonces puede esperar –levanto mis caderas haciendo que él se deslice un poco, ambos gruñamos.

—Em esto.... –intenta hablar y me mira, —tienes que saber lo que esto significa –"nada" puedo leer la respuesta en sus ojos, pero no hay forma de que eso me importe ahora, no espero nada así como él no ofrece nada, ambos lo sabemos y estamos aquí.

—Lo sé –aseguro con tranquilidad, sus ojos me observan esperando estar seguro de mi respuesta, sonrío y él se relaja, asiente y se inclina para besarme, entonces empuja y entra en mí, mi grito se ahoga contra sus labios y él se remueve lento para que me acostumbre, el dolor desaparece instantáneamente y abro los ojos encontrando sus ojos fijos sobre los míos.

—Em...-silencio sus palabras cuando lo beso, sus manos toman mis mejillas y sus caderas comienzan a moverse, no es rápido, torpe y apresurado como esperé que fuera después de casi terminar una botella de wiskey, es lento, es cálido, es tierno, es cuidadoso y casi se siente cariñoso, me besa y toca como si de arte se tratara, con cuidado y ternura, sus gemidos me erizan la piel, sus manos toman las mías y entrelaza nuestros dedos, quiero alejarme porque es un gesto intimo pero también quiero aferrarme a él y a todo lo que estoy sintiendo, a toda la tranquilidad, fuerza y paz que su agarre me da, que siempre me ha dado, entonces mi mente viaja  ese día en la oficina, cuando sus ojos se posaron en mi por primera vez, mi primer pensamiento, recuerdo también su mirada sobre mi cuando su tío anuncio su retiro, recuerdo su ceño fruncido cuando me encontró en el baño, recuerdo sus miradas y recuerdo las mías hacía él, recuerdo el primer ataque de pánico que tuve y como su voz logró calmarme, recuerdo entonces como continúo haciéndolo siempre, recuerdo cuando lo besé por primera vez, como sus manos no me alejaron y como las mías no querían dejarle ir, recuerdo como disfruté estar con su familia, recuerdo como desee ser "la chica", abro mis ojos y lo miro, ¿Cómo no me di cuenta antes?, levanta su cabeza y cuando me encuentra sonríe, es una sonrisa cómoda, es una sonrisa coqueta, es una hermosa sonrisa, y entonces lo sé, lo sé cuándo gime y cuando se tensa dentro de mí, lo sé cuándo ver eso me hace alcanzar mi propio placer, lo sé cuándo sus labios encuentran mi frente y cuando su cuerpo se relaja sobre el mío, lo veo claro cuando él se retira para deshacerse del condón, lo sé cuándo él regresa y se acuesta a mi lado, lo sé cuándo sus brazos me toman acercándome a él y cuando mi cuerpo no protesta ante la acción, lo sé cuándo él suspira y besa mi frente de nuevo, lo siento cuando nuestros corazones laten al ritmo de uno, lo sé cuándo su respiración se vuelve calmada, regular, y lo sé justo cuando antes de caer en su inconciencia susurra.

—Esto acaba de cambiarlo todo –dice él y yo lo sé.

Lo sé porque estoy enamorada.

||Bésame Alan||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora