Capítulo 22.

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La música inunda mis oídos y el olor a alcohol golpea mis fosas nasales. Aaron parece más tranquilo que cuando hemos ido a buscarle. Al parecer, la discusión con su padre no ha ido muy bien.

– ¿Quieres algo? —Me pregunta Aaron, susurrándome al oído para poder oírlo.

– Lo que tú bebas. —Le respondo, sintiendo un extraño vacío al verlo marchar.

Clarice y yo nos vamos al patio trasero, junto a la piscina. La gente está bailando y bebiendo, pasando un buen rato, por lo que nosotros no vamos a ser menos. Así pues, comenzamos a bailar, disfrutando de la música y del buen ambiente que hay. Aaron llega poco después, ofreciéndonos un vaso a Clarice y a mí. Empiezo a beber y sigo bailando, haciendo que Aaron me rodee por la cintura para bailar juntos. La gente grita entusiasmada mientras algunos chicos que no reconozco nos van saludando. Cuando mi vaso se vacía, me acerco a la mesa con el alcohol para rellenarlo. Ahí es cuando el séquito de amigas de Ashley aparece frente a mí, aunque sin su reina.

– ¿Qué queréis? —Pregunto, con un tono entre enfadado y tranquilo.

– Queremos pedirte perdón. Todo lo que hemos hecho ha sido porque Ashley nos lo mandaba a hacer. Nunca nos has hecho nada para hacerte tanto daño, pero si no lo hacíamos, dejaríamos de ser populares y... No, eso no es excusa, perdón, Thomas.

– No hay nada de qué disculparse, pero dejadme preguntaros algo: si Ashley os ordena tiraros de un puente o dejar de ser populares, ¿lo haríais? Pensadlo.

Me encamino hacia Aaron que estaba con unos compañeros del equipo y veo como Ashley me sonríe macabramente desde la distancia, acortando su distancia con Aaron súbitamente, dejando a todos, incluido el rubio, en shock.

– ¿¡Estás loca!? —Grita el rubio, al separarse, evitando que la animadora vuelva a besarlo.

– Oh, vamos... Llevas cuatro años besándome... No me dirás que no te gustaba hacerlo. ¿Por qué no ibas a dejarme a hacerlo ahora?

– ¿¡Quizás porque soy gay y tengo novio!? —Exclama el quarterback, dejándonos a Ashley y a mí completamente boquiabiertos.

«Novio. Aaron me define como su novio.» pienso, negándole con la cabeza a Clarice, quien detiene su paso hacia la animadora. Mi corazón da un vuelco y sus palabras celestiales se repiten en mi mente una y otra vez. Me acerco a Aaron, que se sorprende al verme, tratando de justificarse, pero, antes de que pueda decir nada, rodeo su cuello y lo beso en los labios.

– Me encanta como suena... —Murmuro, al separarnos— Thomas Marshall, el novio de Aaron Collins.

– Así que ese beso ha sido por eso, ¿eh? —Río, volviendo a besarle.

Ashley, que chilla a mi lado, trata de separarme de Aaron para cantarme las cuarenta, pero yo la empujo con mi mano, con la mala fortuna de que la chica se resbala y cae a la piscina, haciendo reír a todos los que se encuentran a nuestro alrededor. Yo no sé si disculparme o reírme, pero alguien se me adelanta, exclamando algo y tirándose a la piscina, haciendo que más gente lo haga.

Mientras eso pasa, la persona que está poniendo música decide poner una canción lenta y Aaron me rodea con sus brazos, permitiéndome apoyar mi cabeza sobre su pecho por la diferencia de altura.

– No sabía que ser quien realmente quieres ser fuera tan liberador... —Me susurra el muchacho en el oído.

– ¿Sabes? Desde que te conozco, solo me arrepiento de una cosa.

– ¿De qué?

– De haber firmado la carta como Mercucio y no con mi nombre... No firmé como Mercucio porque ambos nos conociéramos gracias a Shakespeare, sino porque tenía miedo de que fueras el chico cliché que todos creían que eras y que me hubieses hecho la vida un infierno por escribirla.

Cartas para Romeo [Remastered]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora