Capítulo 3.

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El grupo de teatro se había reducido este año. La mayoría de los chicos se habían ido y solo quedaban varias chicas y el bueno de Oliver. A Ann no le gustaba el teatro, ella prefería gastar el tiempo de actividades en clases de guitarra o en ir de compras con su hermana o su madre.

Oliver y yo estábamos sentados en el escenario cuando sonó la puerta del salón de actos. Todos mis compañeros y yo miramos a ver quién había entrado y si venía para quedarse.

-Debe ser el nuevo-Dijo nuestra profesora-Le he reclamado al director chicos para el grupo de teatro, ya que solo teníamos a Oliver. Así que, ha accedido a que los castigados pasen el tiempo de actividades dedicándolo a teatro.

Nathan apareció entre las sombras del salón y yo me quedé mirándolo estupefacta. Él sonrió y saludó a todas las chicas. Ellas se lo quedaron mirando embobadas y no podían ni pronunciar una palabra. Oliver lo miró de arriba abajo y le extendió la mano y Nathan se la estrechó sonriendo. Luego, él me miró a mí y yo tragué saliva mirando para otro lado.

-Hola, repollito-Sonrió de lado-¿No me das dos besos?

-Vete a la mierda-Le dije sin mirarle.

Nathan se rió por lo bajo y se fue con las demás compañeras. Oliver me miró divertido y alzó las cejas.

-Repollito-Dijo en tono de broma.

-¡¿Quieres callarte?!-Alcé un poco la voz, molesta-No sé por qué me llama así, pero es imbécil.

Oliver siguió con sus bromas durante toda la clase, pero Nathan tampoco me dirigió la palabra, así que pensé que eso era bueno.

Cuando llegué a casa mi padre estaba echado viendo una película en la televisión. Dejé la mochila en la encimera y me tiré encima de él riendo.

-¡Hola, papá!-Me reí lo más fuerte que pude.

-Hola, princesa-Sonrió mucho y me dio un beso en la mejilla-Estás más guapa que de costumbre. Y como más alegre, ¿no?

-No sé-Me encogí de hombros y me levanté de encima de mi padre-¿Qué hay para comer?

-He hecho espaguetis a la carbonara.

La boca se me hizo agua solo de pensarlo y preparé la mesa mientras mi padre se dispuso a servir la comida.

Mientras terminaba de hacer los deberes, sonó un whatsapp y cogí mi móvil. Lo miré y vi que era de mi madre.

-Cariño, tienes que hacerme un favor…

-¿Qué pasa, mamá?

-Tienes que cogerme los papeles de encima de mi mesa y llevarlos a casa del señor Stiles. Es urgente. Me ha dicho que está su hijo en casa para cogerlos. Por favor, y te debo una.

¡¿A casa de Nathan?! Leí una y otra vez el mensaje de mi madre y puse los ojos en blanco. Pero si mi madre me decía que era urgente, no le podía decir que no. Tenía miedo que le costara hasta su trabajo.

-Pero una bien gorda me debes.

-Gracias, cariño. La dirección está en los papeles. Te quiero.

-Y yo a ti, mamá.

Me levanté de la cama y me preparé un poco. Me hice un recogido normal y me miré al espejo. No sé si llorar o reírme por ir a ver a Nathan. Era un chico muy guapo, pero un imbécil integral. Cogí los papeles de la mesa de mi madre y me fui.

Cuando llegué a casa de Nathan, el estómago me empezó a dar vueltas y me pregunté varias veces que por qué estaba nerviosa. No sabía si era porque iba a ver a Nathan o que su casa era tan grande que hasta me intimidaba. Tragué saliva y cerré los ojos. Piqué en el timbre y una gran puerta que tenía enfrente de mí, se abrió. Llegué a la puerta agarrando bien los papeles y volví a picar en la puerta de casa. Se oyeron un par de voces dentro de la casa, pero cuando Nathan abrió, a los dos se nos pudo escapar una pequeña sonrisa de nuestros labios.

-Traigo los papeles de mi madre-Dije por fin, recuperando la compostura.

-Oh, sí…-Nathan los cogió, tímido.

-Nathan, ¿quién es…?

De repente, mi mundo se paró y todo se convirtió en rabia. Mis puños se apretaron fuerte a ver a Amanda Hawthrone detrás de Nathan. Ella se me quedó mirando sin decir nada más y Nathan frunció el ceño.

-Ally-Era la primera vez que me llamaba por mi nombre-Ally, Ally, ¿estás bien?

Soñé como entraba en casa de Nathan sin hacerle caso y le partía la cara a la chica que tenía enfrente. De verdad pensaba en lo bien complacida que quedaría mientras ella me sonreía como si no hubiese pasado nada entre nosotras. Y lo peor, que ahora estaba con Nathan en su casa y a solas.

-Sí, lo estoy-Contesté seca, volviendo a la realidad. Le miré a la cara. -Buenas tardes.

-Buenas tardes…

Y me marché de ahí con furia. Amanda había sido la chica con la que Josh me había engañado y ella no tuvo reparo en decírmelo: es más, disfrutaba con ello. Su sonrisa en la cara era lo que más me jodía.

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Holu holu kjfkjfkjssd.

Gracias por estar aquí una vez más leyendo este capítulo y animándome a seguir. Es increíble los votos que he tenido durante los últimos capítulos y ha sido gracias a vosotros que me apoyáis un montón.

Siento no haber subido en mucho tiempo, pero he empezado la universidad y cuando subo un capítulo suelo dejar comentarios por ahí así que tampoco me da tiemp a subirlo, peor más o menos están escritos todos. Sé que este capítulo tampoco es para tanto, pero es importante para la historia ya que luego el papel de Amanda va a ser importante a lo largo de la historia y bueno, que Nathan esté en su clase de teatro también es importante.

Bueno, como siempre, me encantaría que me dejases tu opinión abajo en los comentarios, una estrellita y que si sabes de alguien que le encante leer, le recomiendes esta historia.

Gracias por apoyarme en todo y un beso muy fuerte ♥

Amor contradictorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora