Capítulo 18.

1K 70 9
                                    

Me aparté de sus labios sonriendo y alguien me cogió por el brazo. Miré a la persona que me había hecho daño y la cara de Evan se puso pálida y vi a una señora mayor apretando la mandíbula. Me levanté como Evan y arreglé mis pantalones.

–Mamá… –Murmuró Evan. –¿Qué haces… aquí?

–Quería ir a verte al instituto. ¿Quién es esta?

–Es Ally, mamá… Allison…

La señora parecía muy enfadada con la idea de que Evan y yo nos hubiéramos estado besando.

–¿Y qué haces con ella?

–Vivir la vida.

–Ah, que ya te la has tirado.

–Mamá, eso da igual.

Ella aprieta la mandíbula y me soltó. Cogió a Evan del brazo y le apretó fuerte. Vi como él la miraba con miedo… como si… tuviera miedo a que le hiciera daño, pero daño de verdad.

–Nos vamos a casa.

–Mamá, por favor… No…

Fruncí el ceño, ¿quién tiene miedo a su casa si no es porque en ella sufre más que fuera?

–He dicho que nos vamos.

–Evan, ¿todo bien?

–Todo bien, niñata. –Contestó su madre, con voz seria.

–Sí, sí… Allison. Jennel.

Y se fue con su madre. ¿Qué significaba el nombre ‘Jennel’? ¿Era una persona del pasado? ¿Pero de dónde? ¿Dónde pudo ser que Evan y yo conociésemos a alguien?

–No sé, como que todo fue muy raro. –Ahogué la voz.

–Pues no lo sé, Ally, no me suena ninguna Jennel…

–¿Y a ti, Oli?

Non. J’étais en France. –Contestó con un acento en francés. Es verdad que Oliver aún no había venido de Francia. –No conocí a Evan cuando vine.

–Es todo muy raro. –Miré mis manos.

–¿Sabes qué? –Dijo Ann. –Yo sé quién tiene que tener el expediente.

–¿Quién? –La miré.

–El director.

Se hizo silencio entre nosotros. Es verdad que el director tiene que tener expedientes de todos los alumnos que hubo en el instituto y que luego se marcharon de él, ya que no había ninguna Jennel ahora mismo. Podía ser mi oportunidad para saber a qué se refería Evan cuando su madre se lo llevó.

–Entonces, ¿hoy Evan no ha venido a clase? –Preguntó Oliver.

–No… –Susurré. –Y es super raro porque casi siempre viene a clase, aunque esté malo. Me acuerdo de eso. La cosa es cómo puedo coger los expedientes del despacho del director.

Ann abrió mucho los ojos y cogió su móvil rápidamente. Empezó a mirar detenidamente su móvil sin contestarme a las preguntas.

–Annnnnnn… –Bufé y cerré los ojos. –¿Quieres contestarme?

–Sé quién te puede ayudar a robar el expediente. Un chico que hizo una broma sobre eso. –Me enseñó su móvil y vi el título del artículo: El hijo del rico empresario Stiles, roba expedientes del Universal College. –Él.

–Oh, no. No pienso hablar con él para coger el expediente de quien me ha besado.

–Uh… –Oliver me sonrió pícaro. –Te encanta Evan, ¿eh? –Abrazó a Ann por detrás. –Sino, no te importaría tanto hablar con Nathan…

Amor contradictorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora