Epílogo.

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–Bueno, pero cuéntame más, abuela. –Ríe nostálgica, dejando su pelo castaño cayendo por sus hombros.

–¿Otra vez le estás contando la historia, mamá? –La madre de la pequeña niña se sienta tras ella, rodeando el cuerpo con sus brazos. –No creo que sea el momento de recordar algo así, ¿sabes?

–Cariño, fue lo más bonito que me ocurrió nunca, es el momento apropiado. –Se ríe. –Bueno, pues yo me inscribí en Oxford y estaba feliz con mis nuevas amigas hasta que un día escuché un sonido, una voz.

-Ts, repollito.

Me giré para mirarle. Su pelo moreno se deslizaba junto al aire lo que hacía que lo tuviera un poco despeinado. Sus ojos verdes brillaron gracias a la luz del sol, y se posaron en mí. Las lágrimas salieron rápidamente de mis ojos y mis nuevas amigas me miraron dudosa.

–Le conoces, ¿Allison? –Dijo una chica peliroja.

–Sí, es el amor de mi vida.

Corrí hasta él y le abracé lo más fuerte posible. Un abrazo fuerte, sincero, desesperado. Intenté no llorar más, pero las lágrimas corrían por mi rostro más rápidamente y me separé para secarlas pero Nathan fue más rápido. Me las secó acariciándome la mejilla. Los dos sonreíamos de alegría.

–No te voy a perdonar nunca no haberte girado en el aeropuerto, ¿sabes? –Me susurró, muy cerca de mis labios.

–Si ya lo has hecho, idiota... –Reí, intentando dejar de llorar.

–Sabes que no me puedo enfadar contigo, así que deja de llorar que estás más fea.

–Para ti nunca estoy fea... –Susurré

–Para mí eres la chica más preciosa del mundo.

–¿Aunque sea un repollito? –Me reí.

–¿Sabes? Te puse ese mote porque me pareció gracioso. –Se ríe, acariciándome el pelo. –Tienes las mejores curvas que he visto.

–Igual que un repollo.

–E igual de rica... –Susurró.

–¿Te gusta el repollo?

–Es mi comida favorita...

Y nuestros labios se juntaron, deseosos de haberse encontrado de nuevo. Éramos Nathan y yo. Un Nathan y yo para siempre, un Nathan y yo que no se olvida.

 

–Pero, ¿y qué pasó con él? ¿Se mudó a Oxford? –Pregunta mi nieta, interesada en la dulce historia de mi vida.

–Sí, nos quedamos allí durante toda la carrera. Y luego Ann se quedó embarazada del tío Oliver. –Las lágrimas cayeron de nuevo por mi rostro, ya arrugado, y miré a mi joven nieta.

–Mamá, tiene quince años...

–Está bien, hija.

Miro a la pequeña Charlotte, la nieta más joven que tengo. Sus ojos también se llenaron de lágrimas al verme llorar.

–Abuela... –Dijo Charlotte. –Yo quiero tener una historia de amor como la tuya.

–Todos la tenemos, mi querida Charlotte. –Hice una pequeña sonrisa, recordando la mía. –Solo que algunos la vivimos de diferente manera. Algunas personas eligen mal y dejan pasar a la persona que de verdad aman, y otras la encuentran. Eso solo depende de ti, de ser paciente, de no tener prisa por amar y porque te amen.

–Pero tú eras muy pequeña, mamá.

–Es cierto que fui muy joven, pero a mí se me apareció así. Y me alegro por ello.

Charlotte empezó a llorar con fuerza, mientras que mi hija la abrazó. Ella me miró y negué con la cabeza. Las dos se levantaron del sucio banco y se fueron de ese lugar, en el cual quedé yo sola. Me acerqué a donde él estaba y me arrodillé.

–Siempre te amaré, lo sabes, ¿verdad? –Miré a la tumba que ponía el nombre de Nathan Stiles sin aún decorada ni tapizada. Solo con su nombre puesto con un pobre cemento que cubría una de las dos tumbas de la familia Stiles. cerré los ojos, llorando mucho más. –Me alegra de haber pasado toda mi vida contigo. Te amo y te amaré hasta que no me quede vida.

Noté una mano por detrás, apoyándose en mi hombro. Y algo se me acercó a la oreja.

–No llores, repollito, que así estás más fea. –Susurró la voz. La voz joven de mi marido. –Yo también te amo.

Cerré mis ojos, queriendo dejarme llevar por él. Para estar a su lado de nuevo. Llené la tumba de flores que había traído. Sabía que se me iba a hacer difícil una vida sin él, una vida sin Nathan Stiles.

Él murió dos días antes de esto. Ella murió una semana después ocupando su mismo lugar. A él le dio un infarto al corazón, ella murió de pena. Y así yacieron juntos en una tumba con el nombre de "los señores Stiles".

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Ah mierda hostia como he llorado en esta mierda de epílogo, bueh. Espero que os haya gustado mucho porque yo he llorado como una maldita magdalena así desprendiendo amor y todo eso. Pues eso se me ocurrió para haceros sufrir más. Pero en realidad, es un final bonito pero puto ?)))).

Que muchas gracias a todas las personas que han leído esta novela. Me hace muy feliz saber que tengo lectores que la lean porque me ha costado muchísimo escribirla y siempre me he tomado mi tiempo y esas cosis. Y me da muchísima pena despedirme de Allison y Nathan, srsly, les he cogido tanto cariño que son ya como mi familia bueh ?)))). Espero que os haya gustado y que lloréis tanto como yo, perras ?). Na, es bromi c: Y que en serio, gracias por leer, repollitos míos ♥

Ahora estoy subiendo otra novela que se llama Into My Shadows. Prometo dar tanto en los feels como esta y no dejaros respirar ni un solo segundo. ¡Os prometo que engancha *-*!

Que gracias, en serio. Gracias por estar conmigo. Os debo mucho.

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Amor contradictorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora