Capítulo 17.

1K 73 6
                                    

Alcé mis ojos pidiendo una respuesta. No sabía cómo este chico sabía mi nombre y mucho menos, por qué quería conquistarme ya que no estaba yo para juergas. Me quedé mirándole un poco a los ojos y la verdad es que era un chico muy muy guapo. No pude evitar sacar una pequeña sonrisa que lo disimulé apretando en las heridas de Evan y él se quejó. No dejaba de pensar cómo sabría mi nombre.

–Pues lo llevas claro, no soy una chica fácil de conquistar y menos por tu tipo de chicos.

–Oh, ya lo sé. –Se rió. –Te recuerdo que me diste calabazas cuando tenías doce años y aún estabas pillada por el idiota de Aiden Greene.

Levanté mi cabeza mirando a Evan. Sí, ese chico me recordaba a uno que conocí en mis primeros años de instituto cuando yo aún tenía gafas y aparato y estaba super pillada por Aiden O’Conell, pero él no me hacía ni caso. Recuerdo que me perseguía por todo el instituto y muchas veces con ramos de flores. Recuerdo que no era nada guapo y ahora es… increíble.

–Dios, sí, ¡me acuerdo de ti! –Sonreí. –Creí que te habías mudado a Illinois.

–Y así fue, pero he vuelto. –Sonrió de lado y miró a Ann, que nos estaba observando mientras miraba el móvil. –Sigue igual de guapa, eh.

–Sí, pero con novio. Está con Oliver.

–¿El francés? Si no sabía pronunciar ni una palabra. –Se rió.

–Ese francés es mi mejor amigo. –Me reí un poco. –Yo le ayudé un poco con el idioma, aunque aún tiene el acento.

–Cómo han cambiado las cosas…

–Ni te lo imaginas. –Apreté los labios.

–Bueno, ¿y esa cita? –Me sonrió de lado, como pidiendo una respuesta.

–Lo siento, Evan… Acabo de salir de una relación que aún me duele y no creo que esté dispuesta a salir con nadie. Gracias, igualmente. Ha sido un placer verte…

–Siempre llego tarde. –Susurrando.

Me mordí el labio mirándole. La verdad es que el chico siempre ha intentado conquistarme pero siempre le he rechazado.

–Está bien… una cita.

En ese momento, Evan sonrió mucho y se levantó. Me abrazó tan fuerte que creí que iba a salir zumo de mí. Yo solo me reí y los dos nos miramos a los ojos.

–Pues eres preciosa. Y ningún tío merece tus lágrimas, ¿sabes?

–Sí, ya me lo han dicho varias veces y luego hacen que se me rompa el corazón. Yo solo busco un amor con el que pueda ser yo misma y… con el que pueda reírme y sentirme completa. Pero hace meses que ya no me siento así.

–¿Qué pasó?

–Malas compañías.

Evan no dijo nada más y se levantó. Se acercó a mí y me dio un beso dulce en la mejilla, sonriendo.

Ann y yo salimos del gimnasio mientras ella no me paraba de hacer preguntas. Yo solo podía sonreír pensando en lo último que me había dicho Evan: “yo no te dejaría escapar nunca, Ally”. Pero noté en mí cierta tristeza al pensar que Nathan también me había dicho eso antes de hacerlo

–Vale, ahora Nathan gira la cara al igual que Ally… ¡y se besan!

Me quedé mirando la cara Nathan, que estaba mirado a la profesora. Estábamos en un coche en la escena que Sandy y Danny están viendo una película en el autocine y es cuando él intenta montárselo con ella. Nathan me miró a mí y luego se quedó mirando a mis labios. Como echándolos de menos. Y la verdad es que yo también echaba de menos los suyos.

Amor contradictorioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora