5. Calum Hood

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−Pues no me creas, me da igual. Es ridículo lo que estás diciendo −Ella niega levemente con la cabeza y me jala del brazo para volver a la sala. 

Luke estaba observando determinadamente todos los detalles de la casa. Ni siquiera se percató de que Alexia y yo entramos a la habitación. Carraspeo un poco y Luke se da vuelta a vernos, nos regala una sonrisa y se acerca. Noto que aún tiembla un poco. No puedo dejarlo así, por más que lo deteste debo ser buena persona y devolverle su chaqueta.

 −Alex, necesito que me prestes un abrigo, por favor. Tengo que devolverle esto a Luke o va a congelarse −Le digo, para luego dar una mirada rápida a Luke −. Creo que he dejado una chaqueta aquí la última vez que vine, así que sólo dame esa. 

Me quito la chaqueta de Luke y se la doy, agradeciéndole. Subo las escaleras con Alex para poder ir a su cuarto. Además de darme la chaqueta me da las tareas de la escuela que tenía que hacer. Bajo con la chaqueta ya puesta y miro la hora en el reloj de pared que está sobre la chimenea.

 −Creo que es algo tarde así que ya deberíamos irnos, Luke. 

Después de que Luke y yo saludáramos a Alex nos dirigimos a la puerta y salimos de la casa. Él me abre la puerta del auto así que entro sin decir una palabra y enciendo la calefacción. Él conduce en silencio, pero deja de lado el silencio para comenzar a cantar cuando escucha una canción en la radio. Por dios, este chico canta bellísimo. Me quedo mirándolo como una tonta mientras él sigue cantando. 

−Ya deja de mirarme así −Me canta, cambiando la letra de la canción y mirándome con una sonrisa, haciendo que me sonrojara. 

−Lo siento −Musito un tanto nerviosa. 

−No canto tan bien como para que te me quedes mirando así −Vuelve su mirada al camino. Me acomodo en mi asiento para poder mirarlo mejor. 

−¿Bromeas? ¡Cantas fenomenal! −Él suelta una risita y me dirige una mirada rápida. 

−Si tú lo dices… −Suspira y se queda callado. Después de unos minutos decide hablar −. ¿Te gustaría ir a almorzar en algún lugar? −Me pregunta. 

−Claro, muero de hambre −Me froto mi estómago y río. 

Llegamos a un bonito lugar que estaba en el centro de Londres, era un restaurante de comida italiana, con un aire alegre. Entramos y tomamos asiento en una mesa y, a los segundos viene un mesero a tomar nuestras órdenes. Nunca creí que podría tener una conversación normal y sin pelear con Luke, pero la estaba teniendo. Es una persona muy interesante. Aunque de un momento a otro se pone a decirme las reglas que debía seguir al pie de la letra. 

−No puedes salir sola. Si no es conmigo no es con nadie −Frunzo el ceño y lo miro sin decir nada −. Debes estar conmigo las veinticuatro horas. No puedes ir a fiestas sin mí, y yo decido si puedes quedarte o no. Y debo aprobar a tus amigos −Casi me atraganto al escuchar lo último. 

−Estás chiflado −Digo un tanto molesta. Tomo un sorbo de agua y lo miro seriamente. No quería que me siguiera a todas partes y controlara mi vida. 

−Es por tu seguridad −Toma un trago de su refresco. 

−Pareces un novio posesivo y no un guardia de seguridad −Digo mientras sigo comiendo y trato de ignorarlo. 

−Tu padre ha aprobado esas reglas, linda −Dijo con una sonrisa burlona, sabiendo que me molesta que me diga linda −. Además la idea de las fiestas y los amigos la ha tenido él. 

−Como sea −Dije completamente furiosa. Odio a este tipo, y a mi padre. 

(…) 

−¡Quiero seguir yendo a la escuela, mamá! ¿Por qué no puedo? −Le digo molesta a mi madre. Ella se negaba a dejarme ir a la escuela, ya iban como más de dos semanas en las que no asistía. 

Protective | l.h (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora