Protective | l.h (Terminada)

17. Malos sueños

Intento gritar, pero algo puntiagudo me toca la espalda, entonces decido guardar silencio. La persona detrás de mí comienza a dibujar con esa cosa puntiaguda (una navaja, probablemente) sobre mi espalda. No me importaba realmente qué dibujaba, solamente quería que dejara de hacerlo.

Cierro los ojos con fuerza cuando siento su aliento en mi cuello, he intento contener el llanto. De verdad me estaba asqueando sentirlo tan cerca de mí, y no era sólo asco, era miedo también.

Me toma de la mano y de un solo tirón me logra dar la vuelta. Me encuentro con unos grandes ojos que emanaban maldad. No podía ver bien su color, pero por lo que me dejaba distinguir la oscuridad, eran grises. Un cabello azabache, que le tapaba casi toda la cara. Parecía el cabello de una estrella de rock, aunque está más que claro que no es una. Parecía ser un chico de unos 3 o 4 años mayor que yo. Su rostro estaba relajado, pero con una seriedad totalmente aterradora.

–No tienes ni la menor idea de lo difícil que ha sido encontrarte. Lo bueno es que ya te he encontrado y de esta no te salvas –Sonríe maliciosamente, mostrando una hilera de dientes blancos que relucían en la oscuridad.

Tenía un horrible nudo en la garganta y un miedo terrible. Logro darme cuenta de que el chico tenía un acento diferente. Era uno muy raro, algo como… ruso. Un impulso hace que me mueva unos cuantos pasos atrás, lo que causa que choque con la estantería y tire algunos libros al suelo. Cayeron con un ruido no muy fuerte, pero lo suficiente como para alarmar a alguien. Él se lleva la mano al cinturón y escucho como carga un arma. Me apunta con ella, y me quedo quieta, casi como una estatua, en mi lugar.

–No, no, bonita. Quieta ahí –Dice, negando con la cabeza.

–O la sueltas o te vuelo la cabeza. Tú eliges.

Me vuelvo hacia una sombra en la oscuridad. Logro notar ese cabello reluciente. Michael estaba parado a unos metros de nosotros, pero me sorprendió que llevara una pistola entre sus manos, apuntando peligrosamente al chico que me acorralaba contra la estantería.

Algo en la mirada de Michael parecía diferente. No tenía esa mirada de adolescente tonto e inmaduro que jugaba a los videojuegos. Era totalmente diferente. No entendía de dónde él había sacado el arma, pero eso no importaba. Agradecía eternamente que estuviera defendiéndome del chico.

–Es muy cómico que amenaces, Clifford. Te conozco. Nunca has cumplido con esas amenazas de niño estúpido. Siempre has sido un cobarde y eso no cambiará ahora.

–¡Aléjate de ella! –Le ordena Michael. Por su tono de voz sabía que las palabras del chico le habían afectado y estaba muy molesto por ello.

–¿Y si terminamos con esto y me la llevo? Eso estaría mejor.

Me toma por la cintura y me levanta. Al parecer a los demás les encanta levantarme como un costal en vez de pedirme que camine. Pego un gritito cuando comienza a correr, y sale de la casa rápidamente, conmigo apoyada por su cintura.

Oigo los pasos apresurados de Michael detrás de nosotros. Él le gritaba que se detuviera. No entendía por qué no le disparaba de una maldita vez. Tiene un arma y debe usarla en emergencias, ¡y esta es una!

Comienzo a gritar y patalear. El chico me presiona con fuerza contra su cuerpo y me golpea levemente en la espalda con la pistola, haciendo que gritara y a la vez cerrara la boca.

Yo rezaba para que Michael accionara el gatillo y se deshiciera del chico. Pero al parecer mis rezos eran en vano, porque Michael no pensaba mover un dedo para poder ayudarme.

Escucho un sonido estruendoso, caigo al suelo con un fuerte golpe y siento como algo cae sobre mí. Levanto la vista y veo al chico de ojos grises mirándome. Respiraba con dificultad, y de a poco sus ojos se iban cerrando. Me susurra “Ellos vendrán por ti” antes de cerrar completamente los ojos y después de eso me doy cuenta de que tenía a una persona fallecida sobre mí. Grito con fuerza, horrorizada. Cierro los ojos con fuerza e intento quitármelo de encima, pero se me era casi imposible. Alguien me lo quita de encima y logro distinguirlo a pesar de la oscuridad.