Protective | l.h (Terminada)

34. El escape y el secuestro | Parte dos

–Espera, deten el auto –Le pido, por lo que él me mira extrañado, pero obedece –. Quiero saber cómo está Luke.

–A mí también me gustaría, pero no podemos, __________ –Dice, comenzando a manejar otra vez.

–Te he dicho que lo detengas –Suelto, molesta. Él suelta un bufido y vuelve a detener el auto –. Ellos lo tienen por lo que he hecho, y no dejaré que pague por mí.

Su celular comienza a sonar otra vez, por lo que él contesta inmediatamente, sin tomarse el tiempo de mirar quién le marca. Apenas pasaron cinco segundos cuando el rostro de Stag comienza a deformarse en una mueca de preocupación e incredulidad. Después de un tiempo, mira el teléfono sin poder creérselo aún, y cuelga.

Me observa con pena y tristeza. Y luego, como si no quisiera demostrar un lado sensible, su cara pasa a una mueca fría.

–¿Qué pasa? ¿Quién llamó? –Le pregunto, sin recibir respuesta por su parte.

Así transcurren unos cuantos minutos, en donde cada vez estábamos más cerca de nuestro destino. No quiero ir, sinceramente. Quiero saber qué le sucede a Luke. Ellos lo tienen, estoy completamente segura. Saben tanto de personas importantes para mí que eso sólo lo hace más preocupante.

Sorprendentemente, no nos dirigimos a una estación de policía, sino a la casa de Michael y Luke.

Al bajar del auto, veo como Michael sale de la casa y se queda congelado al verme. Después de unos segundos de estar mirándome, se acerca corriendo y me da un fuerte abrazo, levantándome por lo aires. No deja que escape de sus brazos por al menos diez minutos.

–¿Cómo... Cómo la...? –Tartamudea, sin poder creérselo.

–Supe que estarían en ese lugar, y revisé la zona hasta que pude encontrarlos –Explica.

–La has encontrado antes que todos, Stag –Dice, sin soltarme aún.

–No lo presumo –Se encoge de hombros –. Michael, tenemos que encontrar a Luke ahora.

–Oh, claro. Todavía no pude comunicarme, al parecer su teléfono está apagado –Nos cuenta, con la mirada más triste que jamás haya visto –. Hey, linda, deberías darte un baño y descansar un poco mientras nosotros pensamos en algo.

Cuando entro en esa casa, no puedo creer el desastre que causaron. Es como su marca personal dejar todo destrozado, porque lo mismo han hecho con mi cuarto en una ocasión anterior.

En la ducha apenas pude concentrarme en sólo ducharme. Es como si no pudiera sacar de mi cabeza los sonidos de mi último sueño, o más bien, pesadilla. Además, me imagino todo lo que deben estar haciéndole a Luke en estos momentos, y simplemente se me parte el corazón.

Después de cambiarme por algo simple (un pantalón de dormir con una camiseta algo grande y zapatillas), voy hasta la sala de estar, encontrándome con ellos dos hablando sobre la llamada que recibió Stag. Me quedo parada en un lugar discreto, donde pueda oír todo. 

–No puede ser...

–Así me lo han dicho, Michael. Quieren que la llevemos a ella y al dinero, o matarán a Luke. Fueron muy claros –Cuenta Stag.