Protective | l.h (Terminada)

4. "Acompañante"

−Yo salgo si quiero, no puedes detenerme −Lo miro desafiante.

−Claro que puedo. No sé si has hablado o no con tus padres, pero yo soy como un… jefe. Cuando se trata de tu seguridad puedo decidir y harás lo que te diga −Odio a este tipo, cree que puede meterse en mi vida de un día para otro y manejarla. Así no son las cosas.

−Pues yo no tengo jefe −Me suelto bruscamente de su agarre y salgo de la habitación. Bajo las escaleras y me dirijo a la puerta, antes de cerrarla veo a Luke bajando las escaleras mientras se coloca su chaqueta −. ¿Qué haces? −Le pregunto cuando lo veo tomando las llaves de su auto. Imagino que es su auto, ya que nadie en esta casa tiene unas llaves así.

−Iré contigo.

−Ni en tus más locos sueños…

Mis palabras fueron en vano, porque después de cinco minutos estaba sentada con Luke en el auto, mientras manejaba hacia la casa de Alexia. Le di la dirección a regañadientes, no quería que me llevara. Miro por la ventana tratando de ignorar a Luke.

Mis manos están congeladas, por lo que trato de soplarle aire caliente de mi boca y frotarlas una con otra para ver si se logran calentar. Estaba empezando a hacer un poco de frío y había olvidado salir de la casa con un abrigo. 'Eres tan precavida, ______' Me decía mi voz interior.

Tuve que dejar de ignorar a Luke cuando posó una de sus tibias manos sobre una de mis congeladas manos para poder calentarla. Ese simple toque hizo que me ponga nerviosa y que los latidos de mi corazón aumentaran. Él me mira fijamente, y cuando el semáforo vuelve a dar en verde quita su mano. Segundos después coloca la calefacción, y mi cuerpo comienza a sentirse más a gusto.

−Oye… no quiero que me tomes como un jefe o un guardaespaldas, solamente como un acompañante −Me dice, apartando la vista del camino unos segundos para mirarme.

−¿Acompañante? Yo creo que eres como un acosador −Su bonita risa se hace escuchar, haciendo que se forme una diminuta sonrisa en mi rostro.

−Seré como un… amigo.

Al llegar a la casa de Alexia me quito el cinturón apresuradamente. Me bajo y el frío me inunda de pies a cabeza. Temblaba como un cachorrito mojado.

Siento que el frío para cuando me colocan una chaqueta de cuero sobre los hombros. Miro con agradecimiento a Luke, que estaba temblando un poco, aunque trataba de ocultarlo.

Voy caminando rápidamente para tocar el timbre de la casa. Luego de unos minutos sale una de las empleadas de la casa, me invita a pasar a mí y a mi “acompañante”. Los dos esperamos tranquilamente en la sala de estar de la casa de Alexia.

Ella baja corriendo las escaleras, por lo que casi se cae, pero lo maneja con humor y viene a darme un gran abrazo.

−¡No sabes cuanto te he extrañado, __________! −Me dice, mientras seguimos abrazadas −. ¿Cómo has estado? Estuve muy preocupada por ti estos días.

−He estado bastante bien, por suerte −Su sonrisa se vuelve una mueca de confusión cuando ve al tembloroso Luke sentado en su sillón, viéndonos.

−¿Quién es él? −Me pregunta mientras se separa del abrazo, mirándome.

−Su guardaespaldas −Responde Luke, metiéndose en la conversación.

−Oh… ¿Cuándo ibas a decírmelo? −Se acerca a Luke y le extiende la mano −. Mucho gusto, soy Alexia, la mejor amiga de __________ −Le dice, con una bonita sonrisa.

−Mucho gusto, soy Luke Hemmings −Responde amablemente.

Alexia me toma de la mano, le hace un gesto a Luke de que nos espere y me lleva a la cocina. Cuando estamos en la cocina me suelta, pega un gritito de emoción y me mira sonriente.

−Te gusta −Dice, repentinamente.

−¿Qué?.

−Te gusta tu guardaespaldas, se te nota cuando lo miras −La miro atónita y se ríe −. Admítelo.

−¡No me gusta! ¿Acaso perdiste la cabeza? Yo tengo novio, Alex −Le digo, un poco indignada. ¿Cómo se le ocurre semejante cosa? Luke puede tener esa bella sonrisa, esos preciosos ojos que te hipnotizan y… ¡No! ¡Él no me gusta!.

−¡Oh vamos, __________! Es muy lindo, ¿Vas a decirme que no te gusta ni siquiera un poquito? −Mis mejillas enrojecen al instante.

−¡Ya te he dicho que no! −Le contesto un poco fastidiada.

−No te creo…