Siento un beso en la mejilla y me doy vuelta para ver a Ashton mirándome con esos ojos que tanto me gustan.
Ashton es mi novio desde hace dos años, ya que somos amigos desde hace tres. Sus padres son unos empresarios muy conocidos aquí en Londres, al igual que los míos. Mis padres quieren que termine casándome con Ashton, porque saben que tendré un buen futuro con él, pero, no estoy segura de querer casarme con Ashton, por lo menos por ahora.
Él se acerca lentamente y deposita un suave beso en mis labios.
–Te extrañé, dulzura –Me dice en el oído, mientras me abraza por la cintura y coloca su rostro en mi cuello.
–Nos vimos ayer, Ash –Suelto una risa.
–Para mí fue una eternidad –Besa mi cuello y logra hacer que me estremezca.
Escuchamos el sonido del timbre y rápidamente nos vamos juntos a clases. En la primera hora tenemos historia. La profesora es una vieja arrugada que apenas puede mantenerse de pie y no puede hablar sin antes toser como si la vida dependiera de eso. Es el precio a pagar por ser fumadora.
Al entrar a la clase nos damos cuenta de que la Señora Reagan había faltado.
− Por suerte −Pienso.
Tuvimos hora libre, y la tarde siguió normal hasta la hora del almuerzo.
Todos corrían desesperados por conseguir el platillo especial del día: sólo una hamburguesa. Ashton y yo nos sentamos en la mesa de siempre, con Alexia, Stella, Mason, Nathan y Thomas. Son nuestro grupo de amistades, todos hijos de personas importantes, al igual que nosotros dos.
–Hola, chicos –Les digo, mientras me siento en la mesa.
–¡Hey, pequeña! –Nathan me despeina un poco, por lo cual suelto una carcajada.
–¿Irás con nosotras este fin de semana de compras? –Me pregunta Alexia.
–Claro que sí, Alex. No me lo perdería por nada −Le respondo mientras acomodo mi cabello.
Seguimos hablando de unas cuantas cosas más hasta que terminó el almuerzo. Las horas pasaron volando, y cuando menos lo esperaba ya estaba saliendo de la escuela, con Ashton a mi lado.
−Vamos, por allá está mi auto –Me señala el auto que está a unos cuantos metros de nosotros.
Todo el camino hablamos de lo que haríamos el fin de semana. Al parecer él tiene planeado hacer una fiesta en su casa, ya que sus padres estarán en un viaje de negocios. Él siempre suele hacer fiestas cuando sus padres se van, y como sus padres viven de viaje él puede hacer las fiestas que quiera.
Cuando él para en un semáforo, miro por la ventanilla para ver el exterior. Veo una camioneta negra que está a nuestro lado, tiene los vidrios polarizados, un aspecto que no me da confianza. Desde el momento en que bajan esa ventanilla y apunta con un arma hacia nosotros todo parece ir en cámara lenta.
Tres disparos fueron lo que encendieron la mente de Ashton para que acelere. Otro disparo. Lograron darle a la ventanilla de atrás, lo que me hizo gritar. Ashton iba lo más rápido que podía, estaba tan desesperado como yo. Otra camioneta sale de una calle, y dispara hacia adentro del auto. Suelto un gemido de dolor al sentir una bala en mi brazo que me hace agonizar. Ashton me mira asustado y trata de agarrar algo para cubrirme mi brazo. La pesadilla que estábamos viviendo no termina en eso. Rompen la ventana de Ashton, haciendo que esta le deje cortes en la cara, y, rompen la mía dejándome cortaduras en una mano y el rostro. Cuando al fin podemos evadirlos y llegar a mi casa él estaciona el auto y baja conmigo en brazos.
Mis padres casi se mueren al vernos, y llaman lo más pronto posible a una ambulancia.
–¡Dios mío, ______, Ashton! ¿Qué fue lo que pasó? –Decía mi madre, completamente frenética.
La ambulancia llegó y nos llevaron al hospital enseguida. Después de atendernos nos dieron de alta y nos fuimos a nuestras casas, acompañados por la policía.
La policía nos interrogó, pero eso no ayudó de mucho. No tenían mucha información para poder trabajar con eso, sólo sabían que unos tipos nos atacaron sin ninguna razón.
La policía llevó a Ashton a su casa y yo me quedé en la mía, estando completamente atemorizada.
(…)
Estaba en mi cuarto, sentada sobre mi cama, mirándome a través del gran espejo que tenía. Miro la venda que tengo alrededor de mi brazo, y las marcas que dejaron los trozos de vidrio en mi rostro. ¿Qué hice para merecer esto? Soy una chica buena, pero es obvio que ellos lo hacían con una intención: Matarme. Pero..., ¿Por qué? Esa era la gran pregunta que estaba cruzando por mi mente.
Mis pensamientos son interrumpidos por las voces de mis padres. Me levanto y asomo mi cabeza por el borde de la puerta para ver como hablan, mientras mi madre suelta lágrimas y mi padre tiene las manos sobre su rostro.
–¿Estás completamente seguro? –Le dice mi madre.
–Sí. Fue la gente de Dan Stoica la que atacó a ______, rompí un contrato importante con él hace unos meses, juró que me arrepentiría. Es ruso, lo que significa que es peligroso.
–¿Qué haremos? Esto no puede volver a pasar –Mi madre estaba perpleja con toda esta situación, no podía parar de llorar.
–¿Recuerdas a Henry Jones? –Mi madre asiente –. Me debe un favor, y ya sé que le pediré.
−¿Qué pretendes pedirle a ese hombre? −Le pregunta mi madre, seria y con el ceño ya fruncido.
Me distraigo tanto que termino chocando con la mesita que está en el pasillo, al lado de la puerta de la habitación de mis padres. Suelto un gritito y miro al florero que yace roto en el piso.
Mis padres salen de la habitación, los dos de brazos cruzados y serios.
−¿Qué hacías espiándonos, __________? −Pregunta mi padre. Quedo completamente muda, ¿Qué le digo ahora? Piensa, __________, piensa. Veo como mi madre se limpia cuidadosamente las lágrimas. Odio verla llorar.
−¿Yo? ¿Espiándolos? No, claro que no −Río tontamente −. Solamente venía a preguntarles a que hora cenamos, es que tengo hambre −Pongo la sonrisa más inocente que tengo.
−Claro, claro −Mi madre ríe un poco −. Cenaremos en una hora, te avisaré cuando esté lista. Mientras ve y quédate en tu cuarto.
Asiento levemente y me voy caminando a mi habitación. Me tiro en mi cama cuando ya estoy en ella.
Lo único que quería saber ahora es ¿Quién rayos es Dan Stoica?
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Protective | l.h (Terminada)
أدب الهواة¿Alguna vez han sentido un miedo intenso, ese que te consume y te atormenta? Bueno..., yo estoy sintiendo ese miedo. Nunca pensé que eso podía llegar a pasarme. No he querido salir de mi casa en días, aunque tampoco me dejan salir. Cada vez que toca...