21. Avión, baba, Australia y pretzel

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Me revuelvo incómoda en mi asiento. Apoyo mi cabeza sobre la ventana y cierro con fuerza los ojos. Comienzo a imaginarme una pradera, con miles de flores parlanchinas con cabezas de perros labradores y bonitos tutus, unos unicornios escupe fuego y Luke con el cuerpo de Homero bailando la macarena en bikini… Joder, necesito dormir.

No me gustaba para nada viajar en avión y menos cuando tengo que estar tantas horas en uno pensando si voy a morir o no en un accidente aéreo, o si unos extraterrestres se llevarán el avión. Es raro y casi imposible que eso pase, pero el mundo está lleno de sorpresas… Y el brazo de Luke lleno de saliva. Hago una mueca de asco, viendo como Michael le llenaba de baba el brazo, y un poco la camiseta, a Luke.

Mis padres intentaron acostumbrarme a viajar desde que era una tierna y pequeña niña, aunque el plan no les funcionó. Prefiero viajar en barco, en tren, en autobús… ¡Pero no! ¡Teníamos que abordar un puto avión para ir a la jodida tierra de los canguros! Ok, mejor me calmo.

Miro a Michael, y lo muevo un poco, intentando despertarlo. Él roncaba y dormía plácidamente, mientras yo estoy aquí sufriendo por no poder cerrar un maldito ojo para dormirme y terminar con esta tortura.

–Michael… Michael… –Sacudo uno de sus hombros, sin recibir respuesta por su parte –. Joder, maldito oso roncador, ¡despierta! –Le dije, levantando un poco la voz.

–Mmmm… –Se remueve molesto en su lugar y luego abre poco a poco uno de sus ojos, y eleva su cabeza para mirarme –. ¿Qué? –Pregunta, adormilado.

–Levántate –Él resopla y deja caer con pereza su cabeza sobre el hombro de Luke.

–¿Por qué? Estoy durmiendo, __________, ¡déjame dormir! –Exclama, sin importarle que los otros pasajeros estén durmiendo y que Luke hace un intento para dormir decentemente en su lugar.

–Tengo miedo –Digo, con voz dulce, como si fuese una niña pequeña que perdió su luz de noche y su osito Teddy.

–Abraza a mi pierna y duerme –Suelta, en tono cansado.

–Michael, no puedo dormir –Le digo, tirando de su camiseta.

Sé que soy irritante haciéndole esto al pobre que sólo quiere dormir y olvidarse de todo, hasta de cómo respirar, pero en serio tenía miedo, estaba enloqueciendo, y mi humor estaba yendo de niño alegre a viejo furioso.

Él se sienta correctamente en su asiento y me mira exasperado. Le sonrío con inocencia y él pone los ojos en blanco.

–Sólo lo hago porque eres tú –Me confiesa, luego acomoda su cabeza en mi hombro y suelta un suspiro –. Entonces… ¿Qué pasa?

–Me da miedo viajar en avión. Lo odio –Cubro mi cara con mis manos, ignorando por completo las nubes que pasaban para no comenzar a imaginarme todas las tragedias posibles.

–Oh, pequeña poni… No lo sabía. ¿Te sientes bien? No quieres vomitar ¿verdad?–Dice, en tono de padre preocupado.

–No, pero me aterroriza viajar en esta chatarra con alas –Dije, dándole un término bastante científico para mí. Ok, no tanto, pero en pocas palabras un avión era eso.

–Estarás segura con él –Dice, al mismo tiempo en el que se agacha para levantar al Capitán Asombroso del suelo, para luego dármelo con una sonrisa chistosa –. ¡Voy a cuidarte, pequeña poni! –Usa una voz rara y chillona, como una terrorífica marioneta.

–No me ayudas –Digo, seria. Quería reírme, pero luego miraba hacia la ventana y mi humor se desvanecía, o simplemente recordaba que no podía salir del avión sin morir. No era como un autobús, definitivamente.

Protective | l.h (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora